/ jueves 16 de agosto de 2018

Gobierno de Quintana Roo pedirá apoyo internacional para combatir sargazo

Ya iniciaron los trabajos de manejo, contención y disposición final del arribo masivo de sargazo a las costas del caribe mexicano

Quintana Roo.- El gobierno de Quintana Roo informó que busca encabezar, junto con los países del Caribe que son afectados con el arribo masivo de algas marinas, una solicitud de financiamiento para combatir el problema, ante instituciones de cooperación internacional como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Esta solicitud de apoyo será uno de los objetivos de un simposio contra el sargazo que realizarán este año el Instituto de Ecología y Cambio Climático, y las secretarías de Ecología y Medio Ambiente y de Turismo, a nivel estatal.


CONTIENEN EL SARGAZO

Por lo pronto, ya iniciaron los trabajos de manejo, contención y disposición final del arribo masivo de sargazo a las costas del caribe mexicano, que coordina la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales apoyada por un Comité Científico a través de un contrato con la empresa Goimar Logística y Servicios.

El proyecto de contención que realiza la empresa consiste en la instalación de un sistema de barreras de contención que se colocarán a lo largo de 27 kilómetros de la costa del estado de Quintana Roo, desde Cancún, cabecera del municipio de Benito Juárez, en el norte, hasta la bahía de Chetumal, en la cabecera del municipio de Othón P. Blanco, al sur de la entidad.

La línea de contención integra herramientas utilizadas para la contención de derrames petroleros y herramientas a desarrolladas para el manejo de manchas de sargazo.

La barrera es no contaminante y resistente al oleaje, está sostenida mediante anclaje no invasivo para el lecho marino, así como la colocación de embarcaciones dinámicas para redireccionar el sargazo recolectado en las áreas de contención.

Esta mezcla de sistemas representa un referente a nivel internacional en el desarrollo de una técnica y uso de dispositivos para el control de contingencias marinas naturales y artificiales, cuya aplicación permitirá atender un fenómeno que afecta la costa del Atlántico desde Brasil, hasta la zona del caribe y el Golfo de México.

Cabe destacar que el manejo de la masa de sargazo, la manera en que se va a operar, ha sido diseñada 100% por empresas mexicanas.

Para la realización del proyecto, el gobierno del estado de Quintana Roo firmó el pasado 10 de agosto el contrato con Goimar Logística y Servicios SA de CV, la prestación de los servicios de contención y redireccionamiento de algas marinas conocidas como sargazo luego de su arribo masivo a la costa de la entidad.

Este proyecto es el primero que coordina un gobierno estatal, pues aunque el sargazo afecta varios países, el gobernador Carlos Joaquín encabeza una suma de esfuerzos en lo que se convertirá en un referente internacional.

El programa de trabajo incluye instalar el sistema de barreras de contención ya mencionado no contaminante y resistente al oleaje sostenidas mediante anclaje no invasivo para el lecho marino, así como la colocación de embarcaciones dinámicas para redireccionar el sargazo recolectado en las áreas de contención.

Se instalarán 27 kilómetros de barreras en tramos individuales de 30.48 metros en la zona de flotación del sargazo antes de su llegada a la línea de playa.

El dispositivo de contención está compuesto de tres partes. La primera, superficial, integrada por un sistema de flotación y una barrera de lona recubierta de polivinilo con aditivos para resistencia a los rayos ultravioleta, con una altura de 0.61 metros.

La parte central, consiste en paneles de poliéster con lastre de cadena galvanizada con una altura de 0.91 metros; a su vez, la inferior está compuesta por un sistema de anclaje tipo de mantarraya para cada uno de los tramos de los sistemas de contención.

Las medidas y los materiales señalados permitirán evitar cualquier afectación al ecosistema marino en la zona ya que no interfieren con las dinámicas del lecho marino ni del desplazamiento de especies en las áreas de contención.

El contrato entre el gobierno de Quintana Roo y Goimar Logística y Servicios se suma a los trabajos coordinador por la Semarnat y un comité científico que integra a varias instituciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre estas los Institutos de Ingeniería, Geografía, Ecología y Biotecnología, así como de Ciencias del Mar y Limnología, además del Centro de Ciencias de la Atmósfera y las Facultades de Química, Medicina y Economía.

Estos trabajos permitirán atender la contingencia que actualmente afecta a las costas del estado de Quintana y que podría afectar tanto la economía del estado sostenida por las actividades turísticas de playa, así como al ecosistema de la región, en detrimento futuro del equilibrio natural, social y económico de la entidad.

La instalación del sistema de barreras permitirá evitar la llegada de los cúmulos de sargazo a las playas ya afectadas en los municipios de Chetumal, cabecera de Othón P. Blanco; Cancún, cabecera de Benito Juárez; Playa del Carmen, cabecera de Solidaridad; Puerto Morelos y Tulum.

Evitar la llegada de más biomasa a la costa favorecerá además la planificación de las labores de disposición final del sargazo ya acumulado en las playas y que también ha representado un problema debido a las condiciones necesarias para desecharlo sin generar daños posteriores al medio ambiente.

De acuerdo con información proporcionada por la investigadora titular de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM en Puerto Morelos, Brigitta van Tussenbroek, el fenómeno que enfrenta el estado de Quintana Roo, en México, además de otras zonas del caribe, carece de relación con el denominado Mar de los Sargazos, al norte del Atlántico.

El registro y revisión de imágenes satelitales, la información generada a través de boyas oceanográficas y el monitoreo de corrientes superficiales ha permitido identificar el origen de las acumulaciones de sargazo en una zona del Océano Atlántico ubicada entre África y Brasil.

El primer antecedente de eventos como el que ocurre este 2018 se registró en el año 2011 con la llegada de algunas acumulaciones menores, pero atípicas en la zona. En 2012 se detecta que las masas de sargazo provenían de la zona antes mencionada y se descarta el desprendimiento de cúmulos de la zona denominada Mar de los Sargazos.

El primer evento masivo de arribo de la planta ocurrió en 2014 y en 2015 llega al punto de sumar 10 toneladas por kilómetro a lo largo de la línea de playa en el estado, desde la zona norte hasta el sur.

Se trata de microalgas flotantes de rápido crecimiento que pueden llegar a duplicar su masa y peso en 18 días de contar con las condiciones favorables de temperatura, luz y nutrientes.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, el aumento de la temperatura marina en casi dos grados Celsius, sumado al incremento de nutrientes y materia orgánica en el mar proveniente de las corrientes de los ríos Orinoco y Amazonas, en Venezuela y Brasil, respectivamente, han sido factores sustanciales para el fenómeno.

El incremento de temperatura además provoca modificaciones en las corrientes marinas, de ahí que la hipótesis más cercana al origen del hecho es que ciertas condiciones estacionales de temperatura, más el cambio de corrientes, han favorecido el desarrollo masivo del sargazo y su desplazamiento hacia zonas de México, Belice, Honduras, Jamaica, Cuba y Barbados.

El impacto negativo inmediato de la acumulación de la planta en la zona costera se centra en la actividad turística, así como en la mortandad de peces. La descomposición de la planta genera ácido sulfhídrico, que provoca mal olor y puede afectar la salud humana. Así mismo, la barrera creada por el sargazo afecta la anidación y eclosión de huevos para las tortugas marinas que llegan a la costa de Quintana Roo.

A mediano plazo, la falta de luz en el lecho marino por la cobertura de sargazo, así como la falta de suficiente oxígeno –consumido por el algo- afectan la vida de los pastos marinos costeros y con ello el ecosistema dependiente desde especies de fauna marina y corales, lo que pone en riesgo el equilibrio natural del área.

El sargazo, de acuerdo a lo que señala la investigadora Brigitta van Tussenbroek, no sirve para uso agrícola pues menos del 10 por ciento de la biomasa es aprovechable como base fertilizante. Además, el ácido sulfhídrico generado por su descomposición afecta las condiciones de los suelos de cultivo. La planta también produce arsénico cuya acumulación sobrepasa la normatividad sobre su presencia en alimentos naturales para ganado y aves de corral por lo que no puede utilizarse tampoco para forraje.

Su disposición final a cielo abierto o en sascaberas –zonas de extracción de tierra y material pétreo- implica el riesgo de afectar el manto freático, es decir las reservas de agua del subsuelo con los líquidos que puedan producirse en la descomposición de la planta y que puedan filtrarse a los depósitos de agua.

Contrario a lo que pudiera pensarse, el arribo masivo de estas algas no es un evento natural que se haya registrado como actualmente antes de la presente década.

Como se señalaba en un principio, el proyecto que realizará la empresa Goimar permitirá contener la llegada de más biomasa del alga a la costa de Quintana Roo, sino además generar un margen de operación para las autoridades, instituciones y organizaciones en el manejo y disposición fina


Quintana Roo.- El gobierno de Quintana Roo informó que busca encabezar, junto con los países del Caribe que son afectados con el arribo masivo de algas marinas, una solicitud de financiamiento para combatir el problema, ante instituciones de cooperación internacional como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Esta solicitud de apoyo será uno de los objetivos de un simposio contra el sargazo que realizarán este año el Instituto de Ecología y Cambio Climático, y las secretarías de Ecología y Medio Ambiente y de Turismo, a nivel estatal.


CONTIENEN EL SARGAZO

Por lo pronto, ya iniciaron los trabajos de manejo, contención y disposición final del arribo masivo de sargazo a las costas del caribe mexicano, que coordina la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales apoyada por un Comité Científico a través de un contrato con la empresa Goimar Logística y Servicios.

El proyecto de contención que realiza la empresa consiste en la instalación de un sistema de barreras de contención que se colocarán a lo largo de 27 kilómetros de la costa del estado de Quintana Roo, desde Cancún, cabecera del municipio de Benito Juárez, en el norte, hasta la bahía de Chetumal, en la cabecera del municipio de Othón P. Blanco, al sur de la entidad.

La línea de contención integra herramientas utilizadas para la contención de derrames petroleros y herramientas a desarrolladas para el manejo de manchas de sargazo.

La barrera es no contaminante y resistente al oleaje, está sostenida mediante anclaje no invasivo para el lecho marino, así como la colocación de embarcaciones dinámicas para redireccionar el sargazo recolectado en las áreas de contención.

Esta mezcla de sistemas representa un referente a nivel internacional en el desarrollo de una técnica y uso de dispositivos para el control de contingencias marinas naturales y artificiales, cuya aplicación permitirá atender un fenómeno que afecta la costa del Atlántico desde Brasil, hasta la zona del caribe y el Golfo de México.

Cabe destacar que el manejo de la masa de sargazo, la manera en que se va a operar, ha sido diseñada 100% por empresas mexicanas.

Para la realización del proyecto, el gobierno del estado de Quintana Roo firmó el pasado 10 de agosto el contrato con Goimar Logística y Servicios SA de CV, la prestación de los servicios de contención y redireccionamiento de algas marinas conocidas como sargazo luego de su arribo masivo a la costa de la entidad.

Este proyecto es el primero que coordina un gobierno estatal, pues aunque el sargazo afecta varios países, el gobernador Carlos Joaquín encabeza una suma de esfuerzos en lo que se convertirá en un referente internacional.

El programa de trabajo incluye instalar el sistema de barreras de contención ya mencionado no contaminante y resistente al oleaje sostenidas mediante anclaje no invasivo para el lecho marino, así como la colocación de embarcaciones dinámicas para redireccionar el sargazo recolectado en las áreas de contención.

Se instalarán 27 kilómetros de barreras en tramos individuales de 30.48 metros en la zona de flotación del sargazo antes de su llegada a la línea de playa.

El dispositivo de contención está compuesto de tres partes. La primera, superficial, integrada por un sistema de flotación y una barrera de lona recubierta de polivinilo con aditivos para resistencia a los rayos ultravioleta, con una altura de 0.61 metros.

La parte central, consiste en paneles de poliéster con lastre de cadena galvanizada con una altura de 0.91 metros; a su vez, la inferior está compuesta por un sistema de anclaje tipo de mantarraya para cada uno de los tramos de los sistemas de contención.

Las medidas y los materiales señalados permitirán evitar cualquier afectación al ecosistema marino en la zona ya que no interfieren con las dinámicas del lecho marino ni del desplazamiento de especies en las áreas de contención.

El contrato entre el gobierno de Quintana Roo y Goimar Logística y Servicios se suma a los trabajos coordinador por la Semarnat y un comité científico que integra a varias instituciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre estas los Institutos de Ingeniería, Geografía, Ecología y Biotecnología, así como de Ciencias del Mar y Limnología, además del Centro de Ciencias de la Atmósfera y las Facultades de Química, Medicina y Economía.

Estos trabajos permitirán atender la contingencia que actualmente afecta a las costas del estado de Quintana y que podría afectar tanto la economía del estado sostenida por las actividades turísticas de playa, así como al ecosistema de la región, en detrimento futuro del equilibrio natural, social y económico de la entidad.

La instalación del sistema de barreras permitirá evitar la llegada de los cúmulos de sargazo a las playas ya afectadas en los municipios de Chetumal, cabecera de Othón P. Blanco; Cancún, cabecera de Benito Juárez; Playa del Carmen, cabecera de Solidaridad; Puerto Morelos y Tulum.

Evitar la llegada de más biomasa a la costa favorecerá además la planificación de las labores de disposición final del sargazo ya acumulado en las playas y que también ha representado un problema debido a las condiciones necesarias para desecharlo sin generar daños posteriores al medio ambiente.

De acuerdo con información proporcionada por la investigadora titular de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM en Puerto Morelos, Brigitta van Tussenbroek, el fenómeno que enfrenta el estado de Quintana Roo, en México, además de otras zonas del caribe, carece de relación con el denominado Mar de los Sargazos, al norte del Atlántico.

El registro y revisión de imágenes satelitales, la información generada a través de boyas oceanográficas y el monitoreo de corrientes superficiales ha permitido identificar el origen de las acumulaciones de sargazo en una zona del Océano Atlántico ubicada entre África y Brasil.

El primer antecedente de eventos como el que ocurre este 2018 se registró en el año 2011 con la llegada de algunas acumulaciones menores, pero atípicas en la zona. En 2012 se detecta que las masas de sargazo provenían de la zona antes mencionada y se descarta el desprendimiento de cúmulos de la zona denominada Mar de los Sargazos.

El primer evento masivo de arribo de la planta ocurrió en 2014 y en 2015 llega al punto de sumar 10 toneladas por kilómetro a lo largo de la línea de playa en el estado, desde la zona norte hasta el sur.

Se trata de microalgas flotantes de rápido crecimiento que pueden llegar a duplicar su masa y peso en 18 días de contar con las condiciones favorables de temperatura, luz y nutrientes.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, el aumento de la temperatura marina en casi dos grados Celsius, sumado al incremento de nutrientes y materia orgánica en el mar proveniente de las corrientes de los ríos Orinoco y Amazonas, en Venezuela y Brasil, respectivamente, han sido factores sustanciales para el fenómeno.

El incremento de temperatura además provoca modificaciones en las corrientes marinas, de ahí que la hipótesis más cercana al origen del hecho es que ciertas condiciones estacionales de temperatura, más el cambio de corrientes, han favorecido el desarrollo masivo del sargazo y su desplazamiento hacia zonas de México, Belice, Honduras, Jamaica, Cuba y Barbados.

El impacto negativo inmediato de la acumulación de la planta en la zona costera se centra en la actividad turística, así como en la mortandad de peces. La descomposición de la planta genera ácido sulfhídrico, que provoca mal olor y puede afectar la salud humana. Así mismo, la barrera creada por el sargazo afecta la anidación y eclosión de huevos para las tortugas marinas que llegan a la costa de Quintana Roo.

A mediano plazo, la falta de luz en el lecho marino por la cobertura de sargazo, así como la falta de suficiente oxígeno –consumido por el algo- afectan la vida de los pastos marinos costeros y con ello el ecosistema dependiente desde especies de fauna marina y corales, lo que pone en riesgo el equilibrio natural del área.

El sargazo, de acuerdo a lo que señala la investigadora Brigitta van Tussenbroek, no sirve para uso agrícola pues menos del 10 por ciento de la biomasa es aprovechable como base fertilizante. Además, el ácido sulfhídrico generado por su descomposición afecta las condiciones de los suelos de cultivo. La planta también produce arsénico cuya acumulación sobrepasa la normatividad sobre su presencia en alimentos naturales para ganado y aves de corral por lo que no puede utilizarse tampoco para forraje.

Su disposición final a cielo abierto o en sascaberas –zonas de extracción de tierra y material pétreo- implica el riesgo de afectar el manto freático, es decir las reservas de agua del subsuelo con los líquidos que puedan producirse en la descomposición de la planta y que puedan filtrarse a los depósitos de agua.

Contrario a lo que pudiera pensarse, el arribo masivo de estas algas no es un evento natural que se haya registrado como actualmente antes de la presente década.

Como se señalaba en un principio, el proyecto que realizará la empresa Goimar permitirá contener la llegada de más biomasa del alga a la costa de Quintana Roo, sino además generar un margen de operación para las autoridades, instituciones y organizaciones en el manejo y disposición fina


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