/ lunes 30 de noviembre de 2020

Restaurantes de Turín ayudan a los necesitados

Los cocineros de la región italiana han elaborado alrededor de 35 mil comidas para las personas vulnerables de la zona

El chef italiano Matteo Baronetto se inclina sobre una enorme olla hirviendo con 'paccheri', los conocidos grandes tubos de pasta, que está por sumergir en una salsa de tomate ligera.

La deliciosa comida no será servida a los huéspedes de su histórico restaurante Del Cambio, con candelabros y espejos en las paredes, con una estrella Michelin y ubicado en Turín, ubicada al noroeste de Italia.

En realidad será servido a un número creciente de personas necesitadas, que comen gracias a un grupo de propietarios de restaurantes de Turín.

La idea de abrir los restaurantes para preparar platos para los pobres, durante la pandemia de coronavirus, se ha expandido en Italia y en todo el mundo.

Pero en esta ciudad italiana, el mecanismo está tan bien organizado, que es probable que se mantenga e incluso se amplíe.

Foto: AFP

El proyecto “Cocinas solidarias”, que involucra a 21 restaurantes, cuenta con una red de voluntarios y organizaciones benéficas que transportan y distribuyen comidas desde que comenzó a fines de marzo, durante el primer brote de Covid.

Hasta ahora, ha servido alrededor de 35 mil comidas a los pobres de la ciudad, conocida por ser la cuna de la industria automotriz italiana y también por estar en la región con el mayor número de restaurantes con estrellas Michelin de Italia.

Andrea Chiuni, chef del restaurante “Tre Galline” (Tres Gallinas) y coordinador del proyecto, asegura que a los cocineros profesionales no les representa un gran esfuerzo preparar una comida sencilla y nutritiva para cientos de personas.

“Todos los cocineros de nuestro equipo están felices de formar parte de esta iniciativa”, sostiene Chiuni.

“Es más difícil que trabajen 30 minutos más para los clientes, que quedarse todo el tiempo necesario para cocinar para los pobres”, comenta.

Todos los cocineros de nuestro equipo están felices de formar parte de esta iniciativaAndrea Chiuni / Chef del restaurante Tres Gallinas

En el listado de establecimientos que han adherido a la iniciativa figuran, desde restaurantes sencillos y familiares, hasta sofisticados con estrellas, pasando por las cocinas étnicas.

Los cocineros participan en forma gratuita, y a menudo utilizan ingredientes que han sido donados.

Como ocurrió a inicios del año, los restaurantes de Turín han sido cerrados al público debido a las restricciones destinadas a detener el segundo brote de la epidemia de Covid-19, que ha causado la muerte de 50 mil personas en Italia.

Gracias al programa, los chefs siguen activos y preparan comidas equilibradas, ricas en proteínas para varias asociaciones, entre ellas una orden de monjes franciscanos y la asociación católica San Egidio.

El sacerdote Mauro Battaglino, de la Orden de los Frailes Menores, contó que podían proporcionar unos 200 almuerzos a personas que necesitan ayuda.

Pero a partir de marzo, el número se ha multiplicado y más de 400 personas hacen fila todos los días para almorzar, un número que tiende a aumentar, según el religioso.

“Después del confinamiento, los problemas siguen”, lamenta el padre Battaglino, preocupado por las personas que perdieron sus trabajos y colaboraciones y por aquellos sin hogar.

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El chef italiano Matteo Baronetto se inclina sobre una enorme olla hirviendo con 'paccheri', los conocidos grandes tubos de pasta, que está por sumergir en una salsa de tomate ligera.

La deliciosa comida no será servida a los huéspedes de su histórico restaurante Del Cambio, con candelabros y espejos en las paredes, con una estrella Michelin y ubicado en Turín, ubicada al noroeste de Italia.

En realidad será servido a un número creciente de personas necesitadas, que comen gracias a un grupo de propietarios de restaurantes de Turín.

La idea de abrir los restaurantes para preparar platos para los pobres, durante la pandemia de coronavirus, se ha expandido en Italia y en todo el mundo.

Pero en esta ciudad italiana, el mecanismo está tan bien organizado, que es probable que se mantenga e incluso se amplíe.

Foto: AFP

El proyecto “Cocinas solidarias”, que involucra a 21 restaurantes, cuenta con una red de voluntarios y organizaciones benéficas que transportan y distribuyen comidas desde que comenzó a fines de marzo, durante el primer brote de Covid.

Hasta ahora, ha servido alrededor de 35 mil comidas a los pobres de la ciudad, conocida por ser la cuna de la industria automotriz italiana y también por estar en la región con el mayor número de restaurantes con estrellas Michelin de Italia.

Andrea Chiuni, chef del restaurante “Tre Galline” (Tres Gallinas) y coordinador del proyecto, asegura que a los cocineros profesionales no les representa un gran esfuerzo preparar una comida sencilla y nutritiva para cientos de personas.

“Todos los cocineros de nuestro equipo están felices de formar parte de esta iniciativa”, sostiene Chiuni.

“Es más difícil que trabajen 30 minutos más para los clientes, que quedarse todo el tiempo necesario para cocinar para los pobres”, comenta.

Todos los cocineros de nuestro equipo están felices de formar parte de esta iniciativaAndrea Chiuni / Chef del restaurante Tres Gallinas

En el listado de establecimientos que han adherido a la iniciativa figuran, desde restaurantes sencillos y familiares, hasta sofisticados con estrellas, pasando por las cocinas étnicas.

Los cocineros participan en forma gratuita, y a menudo utilizan ingredientes que han sido donados.

Como ocurrió a inicios del año, los restaurantes de Turín han sido cerrados al público debido a las restricciones destinadas a detener el segundo brote de la epidemia de Covid-19, que ha causado la muerte de 50 mil personas en Italia.

Gracias al programa, los chefs siguen activos y preparan comidas equilibradas, ricas en proteínas para varias asociaciones, entre ellas una orden de monjes franciscanos y la asociación católica San Egidio.

El sacerdote Mauro Battaglino, de la Orden de los Frailes Menores, contó que podían proporcionar unos 200 almuerzos a personas que necesitan ayuda.

Pero a partir de marzo, el número se ha multiplicado y más de 400 personas hacen fila todos los días para almorzar, un número que tiende a aumentar, según el religioso.

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