/ miércoles 8 de noviembre de 2017

¡Súbale, súbale! Inseguros y a toda velocidad viajan en el transporte

Los colectivos en la zona centro de la República se ha convertido en blanco de la delincuencia

Así llaman los usuarios a los choferes del transporte público en el Estado de México, los cuales dominan más de cinco mil derroteros redistribuidos en cinco zonas con más de 60 mil camiones urbanos y suburbanos, que mueven a 8 millones de mexiquenses, la mitad de los habitantes en la entidad, que refleja uno de los servicios más extensos del país.

Durante varias administraciones estatales el tema del transporte público ha sido una promesa incumplida, movido entre intereses políticos, concesionarios poderosos, el cáncer del transporte pirata, que según las cifras de la Secretaría de Movilidad solo en la región correspondiente al Valle de Toluca concentra cerca de 12 mil taxis colectivos.

Asimismo, el servicio es uno de los más caros del país, pues con el último incremento el pasaje mínimo, en septiembre, llegó a 10 pesos, tarifa que en la realidad ya se imponía por parte de las líneas desde principio de año sin que hubiese sanciones contra concesionarios.

Operativos para prevenir asaltos son implementados cada tanto en diversas zonas de la entidad, pues los asaltos, que incluso terminan en muertes, son una constante / Foto: Archivo

 

Recientemente, la Secretaría de Seguridad, en coordinación con la de Movilidad (Semov) y transportistas acordaron instalar en las unidades botones de pánico y cámaras de videovigilancia para brindar mayor seguridad a los usuarios.

Según el reglamento de la Semov, los tapices, cortinas, vidrios polarizados, calcomanías e incluso los santos, están prohibidos en las unidades, porque contraponen la cromática.

En Puebla, blanco de delincuencia

A lo largo del presente año, el servicio de transporte público se convirtió en un blanco de la delincuencia, al grado de que se llegaron a presentar hasta seis eventos en un día y han cobrado la vida de varias personas.

La inseguridad es el principal problema en micros y camiones del servicio tradicional de transporte colectivo, pues usuarios son vulnerables a que hombres armados, prácticamente a cualquier hora del día, asciendan a las unidades y los amenacen para despojarlos de sus pertenencias.

Según los operadores, son presa fácil porque suelen traer mucho dinero en efectivo y no cuentan con algún mecanismo de seguridad en su interior.

La velocidad y la falta de higiene son otras de las quejas que en menor proporción manifiestan quienes se transportan en los “micros” o camiones.

En tanto, en las dos líneas de la RUTA, el primer sistema local de autobuses de tránsito rápido, la principal queja es el mal servicio relacionado con la falta de unidades que genera saturación en horas pico.

“Respecto a la seguridad sí no me puedo quejar, hay más seguridad y sí vienen más limpias (en comparación con las unidades de las rutas comunes)”, explicó Elsa, quien viaja en la RUTA todos los días.

Impudencia en el Bajío

Para los usuarios en Celaya, los viajes son como un suicidio, pues apenas suben al camión y ya está arrancando, “no se esperan a que uno se siente ni nada”. Afirman que el pasaje sale muy caro y en ocasiones los choferes ponen música muy fuerte; además, como los timbres no sirven, anunciar la bajada es un martirio. “No me siento segura, siento que en cualquier momento me van a asaltar y mejor prefiero usar taxi”, dice Ángeles, una usuaria.

La comisión de delitos es baja en este municipio, pero aún así se ha implementado un programa en conjunto de seguridad y prevención / Foto: Archivo

Los celayenses reconocen que hay algunos autobuses “bonitos”, en cambio, hay otros que por dentro y por fuera parece que se están cayendo cuando avanzan, además de que los choferes “manejan horrible” y han ocurrido accidentes por los excesos de velocidad.

Chatarrabuses en Irapuato

De los 467 camiones del transporte público que hay en Irapuato, 50% tienen una edad mayor a 10 años y pese a ello continúan en circulación. Los usuarios han llamado a las 231 unidades “chatarrabuses”. La tarifa pasó en la última modificación de 7 pesos a 8.

Más allá de la contaminación, los interiores tienen pintas y no han sido reparados. En el municipio hay 467 unidades / Foto: Archivo

 

A pesar de que el promedio de asientos por unidad es 42, circulan con sobrecupo y ha habido sanciones por traer hasta 62 pasajeros en una unidad.

A pesar de que se ha avanzado en unificar la imagen de los camiones, la queja constante más que el aspecto de las unidades es el mal trato de los transportistas.

Entre malos olores

Música banda a todo volumen, malos olores, paradas para atender asuntos personales del chofer y viajar parado son características recurrentes en el transporte público de la ciudad de Morelia, Michoacán, y pese a que existen rutas que han dignificado las condiciones de sus vehículos, el estado no se distingue por estar a la vanguardia.

Las unidades más representativas son las combis, que tienen una capacidad máxima para 18 personas y un costo de 8 pesos por pasaje, aunque se cobran siete pesos a adultos mayores y personas con discapacidad.

Una queja constante de los pasajeros son las condiciones en las que operan un gran número de unidades, pese a que las autoridades estatales aseguran que la mayoría de las combis no tienen más de tres años.

Música, exceso de velocidad e incomodidad distinguen al transporte público michoacano, sin mencionar que es obsoleto y de mala calidad / Foto: Archivo

 

Sin embargo, en el camión colectivo se advierte claramente que hay un problema por el deterioro de muchas unidades, lo que líderes transportistas atribuyen a una situación que se presentó desde el año 1990, cuando el desaparecido Sindicato de Transporte Público de Michoacán, y éste entregó los autobuses a los choferes después de que el transporte público pasó a manos del gobierno, pero al poco tiempo el Estado abandonó el proyecto, generando un limbo jurídico que dejó en manos de los propios choferes la responsabilidad de adquirir las nuevas unidades si querían cambiarlas.

Por ello, a muchos choferes se les dio el permiso de operar con esa unidades, mas no la concesión, o con concesiones de los años 80 y pese a que se han hecho esfuerzos por emplacarlas, aún quedan 350 autobuses funcionando sin placas.

De acuerdo con cifras de la Cocotra, hasta 2015 había un total de 40 mil concesiones de transporte público, con lo que Michoacán triplica la cantidad de unidades promedio con las que cuentan en el resto del país y en toda América Latina.

Tlaxcala, al ritmo de la MS

De acuerdo con cifras oficiales, hoy en día los tlaxcaltecas son de las poblaciones que gozan de un parque de transporte público decoroso, pues a pesar de que existen sus excepciones, en su mayoría las unidades que utilizan para trasladarse a lo largo y ancho del territorio estatal cumplen con las reglas, como una antigüedad menor a 10 años.

El promedio de las cinco mil 500 unidades que cuentan con una concesión estatal es de cinco años, y de este universo, apenas unas 267 no cumplen con la normatividad, no así el resto.

De hecho, las principales quejas, más que en contra de las condiciones de las unidades, se basan en el cobro excesivo de quienes cuentan con concesiones federales, pues tan solo para viajar de la capital de Tlaxcala a Huamantla, el costo por persona es de 38 pesos, hasta 245% superior a la establecida para el transporte local.

Las quejas persisten por los abusos en el transporte y los elevados decibeles con música de banda; hay casos de unidades con más de 30 años de antigüedad / Foto: Archivo

 

Aunque también hay quejas por la forma de conducir de los choferes de las unidades, la falta de precaución, el elevado nivel de decibeles para escuchar su música preferida, hablar, mensajear y textear, entre otras situaciones que generan malestar entre los ciudadanos.

En el estado, las unidades Urvan, cuyos asientos son adaptados para ofrecer el servicio de traslado de hasta para 18 pasajeros en cada viaje, son las que más adquieren los concesionarios, pues aseguran que tienen un costo inferior al resto de las unidades que están disponibles para el servicio.

Contradictoriamente, a las afueras de la central camionera se encuentra la base de las unidades del transporte público que, pese a circular por las principales calles de la ciudad, se trata de transporte que cuenta con más de 30 años de antigüedad y aun cuando han visto pasar varias administraciones estatales, simplemente ningún gobierno ha logrado obligarlas a renovarse.

De todo un poco

En Morelos, urbans, microbuses y camiones es los más representativo, y este año el pasaje incremento 1.50 pesos. Para los taxis el costo subió 5 pesos. No obstante, también existen los mototaxis que, aunque no legalizados, cobran como mínimo 5 pesos.

Lagunas legales y exceso de concesiones impiden modernizar el servicio, que en algunas rutas muestra carencias evidentes / Foto: Archivo

 

Si se revisa la Zona Metropolitana de Guadalajara, las quejas principales de los usuarios son maltrato por parte de choferes, tardanza en las corridas, exceso de velocidad y que no se respetan las paradas oficiales, además de sobrecupo en las unidades y su calidad, ya que hay asientos descuidados, rotos o sueltos, así como vidrios quebrados. El pasaje mínimo es de 3.50 pesos y puede elevarse hasta 12, en vehículos que pueden estar modificados por los conductores, convertidos en discotecas.

En Querétaro, recientemente arrancó el nuevo sistema de transporte colectivo Qrobús, que contempla la puesta en funcionamiento de 222 unidades más cómodas, ecológicas y con condiciones de accesibilidad para todos.

 

Así llaman los usuarios a los choferes del transporte público en el Estado de México, los cuales dominan más de cinco mil derroteros redistribuidos en cinco zonas con más de 60 mil camiones urbanos y suburbanos, que mueven a 8 millones de mexiquenses, la mitad de los habitantes en la entidad, que refleja uno de los servicios más extensos del país.

Durante varias administraciones estatales el tema del transporte público ha sido una promesa incumplida, movido entre intereses políticos, concesionarios poderosos, el cáncer del transporte pirata, que según las cifras de la Secretaría de Movilidad solo en la región correspondiente al Valle de Toluca concentra cerca de 12 mil taxis colectivos.

Asimismo, el servicio es uno de los más caros del país, pues con el último incremento el pasaje mínimo, en septiembre, llegó a 10 pesos, tarifa que en la realidad ya se imponía por parte de las líneas desde principio de año sin que hubiese sanciones contra concesionarios.

Operativos para prevenir asaltos son implementados cada tanto en diversas zonas de la entidad, pues los asaltos, que incluso terminan en muertes, son una constante / Foto: Archivo

 

Recientemente, la Secretaría de Seguridad, en coordinación con la de Movilidad (Semov) y transportistas acordaron instalar en las unidades botones de pánico y cámaras de videovigilancia para brindar mayor seguridad a los usuarios.

Según el reglamento de la Semov, los tapices, cortinas, vidrios polarizados, calcomanías e incluso los santos, están prohibidos en las unidades, porque contraponen la cromática.

En Puebla, blanco de delincuencia

A lo largo del presente año, el servicio de transporte público se convirtió en un blanco de la delincuencia, al grado de que se llegaron a presentar hasta seis eventos en un día y han cobrado la vida de varias personas.

La inseguridad es el principal problema en micros y camiones del servicio tradicional de transporte colectivo, pues usuarios son vulnerables a que hombres armados, prácticamente a cualquier hora del día, asciendan a las unidades y los amenacen para despojarlos de sus pertenencias.

Según los operadores, son presa fácil porque suelen traer mucho dinero en efectivo y no cuentan con algún mecanismo de seguridad en su interior.

La velocidad y la falta de higiene son otras de las quejas que en menor proporción manifiestan quienes se transportan en los “micros” o camiones.

En tanto, en las dos líneas de la RUTA, el primer sistema local de autobuses de tránsito rápido, la principal queja es el mal servicio relacionado con la falta de unidades que genera saturación en horas pico.

“Respecto a la seguridad sí no me puedo quejar, hay más seguridad y sí vienen más limpias (en comparación con las unidades de las rutas comunes)”, explicó Elsa, quien viaja en la RUTA todos los días.

Impudencia en el Bajío

Para los usuarios en Celaya, los viajes son como un suicidio, pues apenas suben al camión y ya está arrancando, “no se esperan a que uno se siente ni nada”. Afirman que el pasaje sale muy caro y en ocasiones los choferes ponen música muy fuerte; además, como los timbres no sirven, anunciar la bajada es un martirio. “No me siento segura, siento que en cualquier momento me van a asaltar y mejor prefiero usar taxi”, dice Ángeles, una usuaria.

La comisión de delitos es baja en este municipio, pero aún así se ha implementado un programa en conjunto de seguridad y prevención / Foto: Archivo

Los celayenses reconocen que hay algunos autobuses “bonitos”, en cambio, hay otros que por dentro y por fuera parece que se están cayendo cuando avanzan, además de que los choferes “manejan horrible” y han ocurrido accidentes por los excesos de velocidad.

Chatarrabuses en Irapuato

De los 467 camiones del transporte público que hay en Irapuato, 50% tienen una edad mayor a 10 años y pese a ello continúan en circulación. Los usuarios han llamado a las 231 unidades “chatarrabuses”. La tarifa pasó en la última modificación de 7 pesos a 8.

Más allá de la contaminación, los interiores tienen pintas y no han sido reparados. En el municipio hay 467 unidades / Foto: Archivo

 

A pesar de que el promedio de asientos por unidad es 42, circulan con sobrecupo y ha habido sanciones por traer hasta 62 pasajeros en una unidad.

A pesar de que se ha avanzado en unificar la imagen de los camiones, la queja constante más que el aspecto de las unidades es el mal trato de los transportistas.

Entre malos olores

Música banda a todo volumen, malos olores, paradas para atender asuntos personales del chofer y viajar parado son características recurrentes en el transporte público de la ciudad de Morelia, Michoacán, y pese a que existen rutas que han dignificado las condiciones de sus vehículos, el estado no se distingue por estar a la vanguardia.

Las unidades más representativas son las combis, que tienen una capacidad máxima para 18 personas y un costo de 8 pesos por pasaje, aunque se cobran siete pesos a adultos mayores y personas con discapacidad.

Una queja constante de los pasajeros son las condiciones en las que operan un gran número de unidades, pese a que las autoridades estatales aseguran que la mayoría de las combis no tienen más de tres años.

Música, exceso de velocidad e incomodidad distinguen al transporte público michoacano, sin mencionar que es obsoleto y de mala calidad / Foto: Archivo

 

Sin embargo, en el camión colectivo se advierte claramente que hay un problema por el deterioro de muchas unidades, lo que líderes transportistas atribuyen a una situación que se presentó desde el año 1990, cuando el desaparecido Sindicato de Transporte Público de Michoacán, y éste entregó los autobuses a los choferes después de que el transporte público pasó a manos del gobierno, pero al poco tiempo el Estado abandonó el proyecto, generando un limbo jurídico que dejó en manos de los propios choferes la responsabilidad de adquirir las nuevas unidades si querían cambiarlas.

Por ello, a muchos choferes se les dio el permiso de operar con esa unidades, mas no la concesión, o con concesiones de los años 80 y pese a que se han hecho esfuerzos por emplacarlas, aún quedan 350 autobuses funcionando sin placas.

De acuerdo con cifras de la Cocotra, hasta 2015 había un total de 40 mil concesiones de transporte público, con lo que Michoacán triplica la cantidad de unidades promedio con las que cuentan en el resto del país y en toda América Latina.

Tlaxcala, al ritmo de la MS

De acuerdo con cifras oficiales, hoy en día los tlaxcaltecas son de las poblaciones que gozan de un parque de transporte público decoroso, pues a pesar de que existen sus excepciones, en su mayoría las unidades que utilizan para trasladarse a lo largo y ancho del territorio estatal cumplen con las reglas, como una antigüedad menor a 10 años.

El promedio de las cinco mil 500 unidades que cuentan con una concesión estatal es de cinco años, y de este universo, apenas unas 267 no cumplen con la normatividad, no así el resto.

De hecho, las principales quejas, más que en contra de las condiciones de las unidades, se basan en el cobro excesivo de quienes cuentan con concesiones federales, pues tan solo para viajar de la capital de Tlaxcala a Huamantla, el costo por persona es de 38 pesos, hasta 245% superior a la establecida para el transporte local.

Las quejas persisten por los abusos en el transporte y los elevados decibeles con música de banda; hay casos de unidades con más de 30 años de antigüedad / Foto: Archivo

 

Aunque también hay quejas por la forma de conducir de los choferes de las unidades, la falta de precaución, el elevado nivel de decibeles para escuchar su música preferida, hablar, mensajear y textear, entre otras situaciones que generan malestar entre los ciudadanos.

En el estado, las unidades Urvan, cuyos asientos son adaptados para ofrecer el servicio de traslado de hasta para 18 pasajeros en cada viaje, son las que más adquieren los concesionarios, pues aseguran que tienen un costo inferior al resto de las unidades que están disponibles para el servicio.

Contradictoriamente, a las afueras de la central camionera se encuentra la base de las unidades del transporte público que, pese a circular por las principales calles de la ciudad, se trata de transporte que cuenta con más de 30 años de antigüedad y aun cuando han visto pasar varias administraciones estatales, simplemente ningún gobierno ha logrado obligarlas a renovarse.

De todo un poco

En Morelos, urbans, microbuses y camiones es los más representativo, y este año el pasaje incremento 1.50 pesos. Para los taxis el costo subió 5 pesos. No obstante, también existen los mototaxis que, aunque no legalizados, cobran como mínimo 5 pesos.

Lagunas legales y exceso de concesiones impiden modernizar el servicio, que en algunas rutas muestra carencias evidentes / Foto: Archivo

 

Si se revisa la Zona Metropolitana de Guadalajara, las quejas principales de los usuarios son maltrato por parte de choferes, tardanza en las corridas, exceso de velocidad y que no se respetan las paradas oficiales, además de sobrecupo en las unidades y su calidad, ya que hay asientos descuidados, rotos o sueltos, así como vidrios quebrados. El pasaje mínimo es de 3.50 pesos y puede elevarse hasta 12, en vehículos que pueden estar modificados por los conductores, convertidos en discotecas.

En Querétaro, recientemente arrancó el nuevo sistema de transporte colectivo Qrobús, que contempla la puesta en funcionamiento de 222 unidades más cómodas, ecológicas y con condiciones de accesibilidad para todos.

 

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