CELAYA, Gto.- Desde 2019 en México se ha popularizado la costumbre de colocar un altar de muertos cada 27 de octubre para recibir el alma de las mascotas que regresan del más allá a visitar a sus dueños. Al respecto, el padre José de Jesús Palacios Torres, Vocero de la Diócesis de Celaya, comentó que respeta las creencias de los demás, sin embargo, de acuerdo con lo que enseña la Iglesia Católica, es a través de los animales como se puede reconocer la grandeza y omnipotencia de Dios que ha creado todo, pero al creer que realmente regresan es parte de una contaminación que se ha generado con el tiempo al darles la misma dignidad que tiene el ser humano, lo cual no es correcto.
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El sacerdote comentó que “quien no conoce a Dios, donde quiera se anda hincando, es decir, hay que reconocer en la creación o a partir de la creación la existencia de Dios y yo creo que hay muchos caminos para descubrir que Dios existe. Si vemos una creación con todo lo que tiene, sus flores, sus animalitos, las aves, los peces, los perritos, los gatitos, todos estos son criaturas de Dios y como hechos por Dios nos tienen que llevar a entender que, si estas mascotitas, plantas, flores o aves son tan perfectos, su vida y su entorno nos hacen descubrir una perfección, posiblemente quien los hizo es mucho más perfecto, más bello y ese es Dios”.
“Si nos quedamos solamente en el gatito, en el perrito, en el pajarito, en el loro y luego empezamos a rendir culto a la criatura y no al creador, entonces ya se descompuso el negocio, o sea, la criatura tiene que llevarnos a venerar, a honrar, a reconocer a aquel que la creó y en este caso pues la criatura o sea la podemos reconocer, la podemos entender, la podemos descubrir en toda su belleza, en razón de creada por Dios”.
Recordó que la Iglesia Católica reconoce como santo a San Francisco, mientras los hermanos de otras denominaciones como un hombre laudable, debido a que, entre otras cosas, honraba y alababa a Dios a través de las aves, los peces y todos los animales, sin embargo, destacó que él “no se atoró en la criatura olvidándose del creador como a veces sucede”.
“Ciertamente esto ya está, diría yo, como contaminado, porque por una parte sí se reconoce a la criatura, mi perrito que se murió y lo recuerdo. Reconozco y creo que eso es de entender, que los lazos que nos unen a un animalito son lazos de afecto, pero no tienen que ser al grado de llegar a sentirse como lazos de humano a humano, de persona a persona, sino que son lazos que nos ayuda a ser una mediación entre la criatura y el creador, entre el animalito y aquel que lo creó”.
Reiteró que los animalitos son la mejor oportunidad para reconocer la grandeza de Dios y su omnipotencia, ya que ha creado todo lo visible e invisible, pero de ahí a pensar que ellos tienen un alma, tal y como lo tiene el ser humano, además de que se piense que realmente vienen a visitarlos, ya no está bien.
Siguiendo este sentido, mencionó que si se piensa que las mascotas tienen alma al igual que las personas, la cual en todo caso sería diferentes, “tendríamos que hablar entonces del cielo para los perros, los gatos y de todos los demás y del purgatorio para los perritos y como no todos se portan bien, del infierno para los perritos, entonces si ya de por sí, la gente no acepta el infierno, el purgatorio y muchas veces ni creen en el cielo para los seres humanos, criaturas de Dios y con máxima autoridad porque nos ha hecho a imagen y semejanza suya”.
“Quiero hacer como referencia que Dios creó todo, pero solamente al hombre y a la mujer los creó a imagen y semejanza suya, y en esa razón es que somos herederos o coherederos en Jesucristo del cielo, porque somos imágenes semejanza de Dios”.
De igual forma, explicó que el cielo es un lugar perfecto y, si Dios así lo quiere, posiblemente tenga animalitos con alitas, sin embargo, “pensar en poner un altar y poner las croquetas que tienen que ser de marca para que le aproveche al perrito, porque el alma del perrito vino a visitar, pues no”.
Finalmente, dijo que respeta las creencias de los demás, pero lamentó que la tradición del Día de Todos los Santos y del Día de Muertos se haya degenerado, porque, aunque reconoce que también tuvo perritos que ya han muerto, él respeta la dignidad que tienen como animalitos, la cual es muy distinta a la de los seres humanos.