CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Este Día del Padre cientos de familias se dieron cita en los panteones Norte y Sur para festejar a los papás que ya no se encuentran físicamente con ellos; los visitantes llenaron de flores y música las tumbas, además de que ofrecieron oraciones por su eterno descanso.
Tal es el caso del señor Carlos Delgado Ramos de 61 años, quien en compañía de su esposa María Ester, acudió al Panteón Norte a visitar la tumba de su papá, David Delgado Hernández, quien falleció en diciembre de 1965 a la edad de 65 años.
Contó que “cuando tenía cinco años mi papá falleció, eso me hizo sentir muy triste sobre todo en estos días, porque siempre veía a todos con sus papás y yo estaba sin el mío. Cuando él murió dejó a mi mamá con nueve hijos y ella tuvo que salir adelante sola haciéndole de madre y padre”.
Refirió que por la mañana acudió a misa para ofrecer por el eterno descanso de su papá, después acudió al panteón, “llené las cubetas con el agua que está en la piscina de la entrada para lavar su lápida, mientras lo hacía platiqué con él de mis problemas y preocupaciones, luego le puse sus flores y recé el rosario”.
Indicó que en la misma tumba, se encuentra su mamá, su sobrino y su tía, por lo que aprovechó para elevar una plegaria por el eterno descanso de todos ellos, así como por el de sus hermanos Gloria y Enrique, aunque no estén en ese lugar.
Dijo que agradece a Dios por “permitirme estar aún con vida, por permitirles a mis tres hijas tener a su padre y por permitirle a mi esposa contar con mi apoyo para educarlas y cuidarlas”. Agregó que procura ir al panteón dos veces por semana para mantener limpia la lápida y porque le da paz estar cerca de sus seres queridos, que aunque no los tiene físicamente “aún los llevo en el corazón”.
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Por otra parte, en un recorrido realizado por El Sol del Bajío por los panteones Norte y Sur, se constató que llegaron familias completas a rezar por sus seres queridos, dejarles flores y en ocasiones regalarles la música que les gustaba interpretada por los mariachis que estaban en la zona.
En el Panteón Sur, se colocaron puestos de flores, alimentos, dulces, aguas frescas, tamales, cacahuates y fruta, mientras que en el Panteón Norte, estuvieron comerciantes de flores y raspados. Todos ellos agradecieron al municipio por dejarles vender este año, ya que los últimos dos años no se les permitió para evitar contagios de Covid-19.