Violencia no se vence con violencia, sino con amor: obispo

En la celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia, dijo Monseñor Benjamín Castillo Plascencia

Ana Medina | El Sol del Bajío

  · lunes 12 de abril de 2021

Durante la celebración eucarística por la Fiesta de la Divina Misericordia, Castillo Plascencia, mencionó que la violencia no se vence con violencia, sino con amor. | Foto: Javier Patiño | El Sol del Bajío

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Durante la celebración eucarística por la Fiesta de la Divina Misericordia, Monseñor Benjamín Castillo Plascencia, Obispo de la Diócesis de Celaya, mencionó que la violencia no se vence con violencia, sino con amor, sin devolver bofetadas, ya que Cristo “nos enseña a sufrir por el bien de los demás, buscando la reconciliación, no la venganza”.

Comentó que la paz y la reconciliación es obra de la misericordia de Dios, y este domingo “es de la Misericordia, todo el amor de Dios por nosotros es misericordioso, es decir, se apiada de nuestra miseria, siendo pecadores nos ha rescatado a precio de la sangre de su hijo por amor a nosotros, un amor misericordioso. Hemos de sentirnos amados por Dios con ese amor misericordioso, no nos ama por nuestros méritos, son muy pobres, nos ama por el amor que nos tiene, por sí mismo”.


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Explicó que lo que tiene que fructificar es la paz, por lo que la violencia no se vence con violencia, sino con amor, sin devolver bofetadas, ya que Cristo enseña a sus fieles a sufrir por el bien de los demás, buscando la reconciliación y no la venganza.

También dijo que hay muchas personas que son egoístas y solo buscan su bienestar y salvación sin importarles los demás, por eso, los invitó a que cuestionen su vida familiar, si es verdaderamente comunitaria, “nuestra vida de barrio, nos conocemos, no nos conocemos, nos ignoramos, sabemos quién está enfermo, quién no tiene que comer en nuestra comunidad cercana, sabemos compartir”.

Destacó que los fieles deben ser el rostro misericordioso de Dios en el mundo de los cristianos, lo cual no es fácil, pero “para eso Cristo nos da el Espíritu Santo”. Espera que no pierdan de vista la santidad, la vida cristiana y la transformación del mundo, misma que no es obra solo de cada uno, sino además del “Espíritu Santo que trabaja en nosotros que nos transforma y nos ayuda en transformar”.

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