CORTAZAR, Gto.- “No mataron a ningunos delincuentes, se acabó una familia completa”, fueron las palabras de familiares de Lidia, Héctor Antonio, Hugo Daniel, Francisco y el niño de 8 años, quienes fueron velados por su familia, amigos y conocidos en una funeraria de este municipio, la mañana del lunes, luego de que sujetos armados llegaran al balneario "La Palma" y asesinaran a siete personas la tarde del sábado.
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Ante este hecho, también solicitaron el apoyo del gobierno para los gastos funerarios, pues señalan que desde un principio se les informó que habría ayuda por parte del Gobierno Municipal, pero después de varias horas se les negó, con la excusa de que el programa de apoyo ya no existe.
Los gastos funerarios ascienden a 25 mil pesos por persona. Aunque en el caso de Francisco, Lidia y el pequeño, la empresa donde Francisco se desempeñaba como auditor interno ayudó con los gastos, sin embargo, aún falta cubrir 50 mil pesos de los dos familiares restantes.
Es importante señalar que estos cinco integrantes eran de la familia Torres Sanromán, siendo tres hermanos y el niño, así como el papá del niño y esposo de Lidia, quienes formaron la familia Prado Torres y quienes dejaron a una niña de siete años de edad en orfandad.
“Le comentaron al papá de los fallecidos que iban a dar el apoyo económico, donde él ha estado moviéndose de manera personal, pero luego le dijeron ayer que ya no estaba el programa vigente, nos prometieron apoyo económico, psicológico y moral, pero tal parece que no va a haber nada, estamos muy mal".
NO FUE AJUSTE DE CUENTAS
Señalaron que el Gobernador del Estado declaró que fue un ajuste de cuentas o un pleito entre crimen organizado, cuando no es así, que siempre se escuda en que si te asesinen es porque andaban mal o con la delincuencia, cosa que en este caso no fue así, la familia expresó estar harta de esta situación que se vive y el dolor tan grande que ahora los aqueja
“El hablar mal y desprestigiar a la gente no se vale, ellos solo se lavan las manos diciendo que tenían que ver con la delincuencia, sin en realidad investigar o esperar a lo que dice la Fiscalía General del Estado, porque la FGE revisó todo de mi familia y no hubo nada malo qué encontrar”.
Asimismo pidieron que el Presidente de la República, voltee a ver Guanajuato y apoye, pese a que el Gobierno sea de un partido opositor, pues los ciudadanos no deben estar en medio de estas rencillas y trabajar para mejorar el país y que estos ataques, donde familias son destruidas y desintegradas, se eliminen.
Lidia, la hija mayor, era ama de casa, y dejó en orfandad a Regina, una niña de 7 años, quien lamentablemente le tocó ver la trágica escena donde su mamá, su papá, su hermano y sus dos tíos fueron asesinados.
Francisco, padre de Regina era un hombre trabajador en una empresa en Celaya y quien hasta sus últimos días siempre fue un hombre y padre amoroso.
El pequeño de 8 años estudiaba en la primaria, era un niño sano y alegre, quien siempre dio amor y alegría a la familia.
Hugo, hermano de Lidia, dejó a su esposa y dos hijos, quienes también señalaron estar destrozados por este hecho, era trabajador, responsable y una persona seria, además de ser el pilar de sus padres con los que vivía actualmente.
Héctor Antonio, el menor de la familia, dejó una niña y a su esposa, quien también estuvo presente en ese momento y a quienes, afortunadamente, no les pasó nada.
Finalmente, la familia Torres Sanromán exige justicia y el apoyo a las autoridades, pues cinco personas que dejaron incompleta a una familia, serán recordadas como si fueran delincuentes, cosa que no es así y fue comprobado por la Fiscalía General del Estado, quienes revisaron celulares, redes sociales y la vida que llevaban día a día cada uno de ellos
“Es triste todo lo que está pasando, pero es más triste que aparte del dolor y la pena de la familia, vengan a hablar mal y que tan fácil sea para ellos decir en una mesa de trabajo, pues andaban mal porque eran primos, en Fiscalía dicen otra cosa, nos dijeron que no había problema, que ya habían checado, por qué no informarse y no decir qué está pasando, por qué no buscar más allá, por qué no dar apoyos a gente de trabajo".
Entre llantos y lágrimas, los familiares, amigos y conocidos de la familia llegaban a la funeraria y lamentaban lo sucedido, en dos capillas velatorios se les daba el último adiós a quienes ellos describieron como buenas personas, las flores y coronas no dejaban de llegar.
Incluso los cohetes sonaron en señal de que un ángel regresaba al cielo después de 8 años de vida, alegría y felicidad en la tierra, por varias horas entraba y salía gente para acompañar en este trago amargo a la familia.