CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Con una asistencia de aproximadamente 120 espectadores y la participación de 319 personas representantes de las 17 diferentes cofradías, la tarde de este viernes se llevó a cabo la edición 59 de la Procesión del Silencio de Celaya; sin embargo, al igual que el año pasado las actividades se desarrollaron a puerta cerrada al interior del templo y de la explanada.
Con la finalidad de continuar con la tradición de acompañar a la virgen María en su dolor, los integrantes de la asociación civil Vía Mater Celaya, realizaron con éxito una edición más de la Procesión del Silencio de Celaya, la segunda más importante del país.
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Para ello, los organizadores tuvieron un acercamiento con las autoridades sanitarias para realizar un análisis de los espacios físicos dentro del templo y de toda la logística implementada por los colaboradores, pues cabe recordar que es el segundo año consecutivo que se realiza a puerta cerrada.
Al final se determinó realizar la procesión con todas las medidas sanitarias, al igual que en el año 2021; por lo que desde el año de 1963 el evento popular y religioso se celebra de forma ininterrumpida; unidamente en el año 2020 fue cuando se canceló al cien por ciento debido a la contingencia sanitaria.
Aunque ya hay más apertura para la realización de eventos, no se permitió la aglomeración de personas durante el recorrido; mientras que a las afueras del templo se reunieron cerca de 120 personas para presenciar el acto, según reportó personal de Protección Civil. Y desde sus hogares, cientos de personas siguieron las transmisiones en vivo desde las plataformas digitales.
El recorrido estuvo acompañado de emotivos cánticos y alabanzas, mientras que en la explanada del templo el padre Raúl Tapia realizó oraciones por la paz en Celaya, mencionando lo complicado de la situación de inseguridad que se vive día a día, pero invitando a los fieles a no perder la fe y a acercarse cada vez más a la iglesia.
Al final el evento culminó con saldo blanco y sin ningún tipo de contratiempo, tras aproximadamente dos horas de duración y ante la mirada de la virgen del Carmen, que fue bajada de su camarín para tan importante ocasión.