CELAYA, Gto.- En Celaya existen muchos mitos y leyendas que se transmiten de generación en generación y los templos del centro histórico no quedan exentos de ellas y, es que, se cuenta que en la ciudad hay construcciones subterráneas mejor conocidas como túneles, las cuales se dice, fueron utilizadas por la Iglesia Católica para conectar a los templos, usarlos de escondites, de ruta de escape e incluso para realizar celebraciones eucarísticas.

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Fray Alfredo Vega, encargado del archivo histórico de la Provincia Franciscana de Michoacán y Rafael Soldara Luna, coordinador del Museo de Celaya Historia Regional coincidieron en que, al no contar con documentos, ni evidencia al respecto, se puede decir que estos túneles no se utilizaban para lo que las leyendas cuentan, por lo que, solo queda en “bellas leyendas urbanas”.

Sin embargo, para Moisés Covarrubias, quien desde hace cinco años se dedica a la exploración urbana, de manera especial, a los túneles, la falta de evidencia y documentos que confirmen lo que se cuenta, solo lo impulsa más a seguir buscando hasta descubrir la verdad y, de ser posible, convertir estos túneles en un atractivo turístico para la ciudad.

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“BELLAS LEYENDAS URBANAS”: FRAY ALFREDO

El encargado del archivo histórico de la Provincia Franciscana de Michoacán, Fray Alfredo Vega, mencionó que hasta la fecha se sabe que debajo de los templos no existen pasadizos secretos, ni subterráneos que unan a San Agustín, el Carmen y San Francisco.

“Sin evidencia de documentos y elementos que así lo confirmen a todo esto yo le llamo bellas leyendas urbanas. Muchas veces quienes tocan estos temas y escriben estas historias las sacan de su imaginación o repiten lo que otros le han dicho. Lo que yo puedo decir es que en el archivo se tocan muchos temas, pero este no”.

“Tal vez exista debajo de este complejo actual subterráneos para distribuir el agua, pero no que van conectando entre convento y convento. Sabemos que en las construcciones españolas e italianas que se hacían antes, por ahí de la segunda mitad del 1800, se colocaba otro piso por debajo de la planta baja para guardar los insumos, la alimentación o en tiempos de conflictos bélicos se usaban para resguardarse bajo tierra y ahí tenían todo como si fuera un primer piso. Creemos que los primeros colonos que llegaron a vivir a Celaya crearon sus casas de esta forma”.

Además, mencionó que en el templo de San Francisco lo que existen son criptas que no son muy antiguas que tienen sus puertas y gavetas, pero lo que no tienen son corredores o pasadizos de convento a convento “o al menos no se tiene registro de ello”.

El sacerdote agregó que de 1848 hasta 1950 el templo de San Francisco estuvo en poder del ejército, el cual realizó muchas alteraciones arquitectónicas. Para 1952 el ejército lo devolvió a la orden franciscana y se volvieron a hacer alteraciones, por lo que, se desconoce qué tan amplio haya sido el lugar.

ACUEDUCTO SUBTERRÁNEO: SOLDARA LUNA

Rafael Soldara Luna, coordinador del Museo de Celaya Historia Regional, refirió que se cuenta con muy poca información sobre quién o quiénes los construyeron y en qué año exactamente, sin embargo, lo que sí se tienen son datos muy generales que se han encontrado en los archivos históricos privados, así como en los archivos provinciales de las diferentes órdenes religiosas.

“Sabemos que en la segunda parte del Siglo XVIII se construyó una alcantarilla subterránea para conducir agua superficial hacia campos de cultivo y, sobre todo, a través de ella suministrar esta agua a las huertas de diferentes fundaciones religiosas”.

“Por ejemplo, tenemos un documento en Celaya en el archivo parroquial que habla del permiso que se les otorga a las beatas, que ahora es el lugar que ocupa el Conservatorio de Música y Artes de Celaya, ahí se encontraba un pequeño convento de unas mujeres que vivían en comunidad muy devotamente cumpliendo ciertos preceptos religiosos católicos”.

Además, dijo, en el Centro de Estudios de Historia de México se encontraron las escrituras de la Alameda Hidalgo de Celaya, donde se precisa que un virrey autorizó la construcción de un tramo de esta alcantarilla para que permitiera conducir el agua superficial de una antigua cenega que existía en esa zona hacia el sur de la marcha urbana.

Este acueducto, aseguró, “es el que pasa por el conjunto arquitectónico de los franciscanos. En el caso de los Carmelitas Descalzos, ellos se distinguieron por ser pioneros, constructores, arquitectos y escultores entre los mismos frailes y destacaron particularmente en esta región del bajío por participar de una manera muy importante de la construcción de toda una infraestructura hidráulica, no es extraño que ellos también hayan tenido a bien participar en estas construcciones subterráneas”.

Indicó que desde hace tiempo se ocultó un antiguo escurrimiento que venía de la Alameda que entraba al terreno de la huerta y luego se iba sobre la calle que ahora se llama Jiménez y que da origen al escurrimiento que ahora se conoce como Los Cañitos.

“Estos trazos antiguos ya no están tan presentes a nuestra época, sino solamente en la denominación por ser transformado completamente la marcha urbana, pero sí nos permite con esta fuente documental confirmar el uso que tenían estos túneles con fines de carácter hidráulico, no hemos encontrado fuente documental que nos hable de estas construcciones como pasadizos, escondites o como zonas de tránsito peatonal”.

“Arquitectónicamente es un poco complicado porque algunos de ellos están muy profundos, otros están muy estrechos, otros son muy obscuros, no hay oxígeno, no hay ventilación, no hay una iluminación que permita la ventilación de estos espacios, son espacios que cuando se han encontrado están llenos de moho con el piso resbaladizo, con una concentración de lodo muy importante y con un arrastre de elementos sólidos como basura de otra época, encontramos fragmentos de platos, de material constructivo, de herramientas de trabajo, entre otros”.

Mencionó que con la transformación que ha tenido la ciudad las construcciones que se han encontrado están en un estado importante de abandono, ya que actualmente se han secado los cuerpos de agua superficiales y aunque están húmedos, ya no están llenos de agua, sin embargo, esto ha permitido explorarlos para conocer cómo eran y qué características tenían.

“Lamentablemente no hay tramos largos, lo que se ha encontrado son fragmentos, algunos metros se han documentado, en algún momento se ha dado parte al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y ahora hay toda una propuesta de otros especialistas para que se haga una georreferencia de cada uno de estos hallazgos y sepamos a través de un mapeo digital que se pueda incluso imprimir, exactamente por dónde pasaban por estos túneles, hacer una reconstrucción hipotética, pero a partir ya de los sitios específicamente donde se han localizado”.

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“También sabemos que hay muchas leyendas urbanas, no es extraño que estos espacios en algún momento dado hayan fungido como escondites eventuales para esconder alimentos, provisiones. Yo llegué a entrevistar al padre Gerónimo Reséndiz Ruíz un fraile muy arraigado en Celaya, franciscano y él me explico exactamente por dónde pasaba este acueducto subterráneo por el conjunto arquitectónico de San Francisco y él me decía que cuando era seminarista habían hecho una perforación en una parte del convento que va hacia el huerto de los olivos, es un espacio muy agradable donde hacen actividades de retiro”.

“Al hacer obras se encontraron un túnel y en el túnel había, decía él, muchos fierros viejos, cuando los sacaron era como un escondite de elementos para cabalgar, había monturas, había muchas espuelas y cuando le pregunte qué habían hecho con todo ello no me supo dar respuesta, la gente lo sacó y me cambiaron, yo ya no supe exactamente qué pasaría, pero no había nada de valor, no había dinero, más bien eran provisiones que ahí habían guardado”.

Un caso más reciente, recordó, fue cuando realizando unas obras en la escuela Tresguerras, la cual formaba parte del conjunto arquitectónico del convento de El Carmen, los trabajadores encontraron un túnel y de él obtuvieron un cañón y balas de cañón en otro extremo, los cuales fueron donados al museo de historia.

DESDE HACE 5 AÑOS REALIZA EXPLORACIÓN A TÚNELES

Moisés Covarrubias, quien desde hace cinco años realiza exploraciones urbanas, de manera especial, en los túneles, indicó que esta iniciativa surgió como una inquietud que tienen todos los celayenses por conocer la realidad, es decir, si realmente existen los túneles tal y como se cuentan en las leyendas e historias que indican que por ellas se comunicaban los sacerdotes de Iglesia en Iglesia y que sirvieron como rutas de escape o escondite.

Mencionó que desde el Siglo XVIII estas estructuras ya existían, un ejemplo de ello dijo, se encuentra en la fábrica La Favorita, la cual fue construida con la intención de realizar los procesos industriales que ahí se hacían, es decir, de fabricación de alcohol.

“Estos túneles o alcantarillado fueron utilizados para el desagüe de grandes cantidades de agua o para conducir el agua y utilizarla en lo que era la destilación de alcohol, entonces, si tenemos una relación de que el auge de La Favorita fue a finales del Siglo XVIII y luego vemos en secuencia cronológica en el tiempo que esa parte de La Favorita fue utilizada como el cuartel militar para el general Álvaro Obregón, indudablemente esos túneles de La Favorita fueron utilizados para otros propósitos militares”.

“Ahí es donde a lo mejor no compaginamos o no se compagina con otros historiadores o cronistas donde dicen que los túneles solo eran para distribuir el agua”. Cuando las órdenes religiosas llegaron a Celaya, alrededor de 1570 “ellos tenían una prioridad que era traer el agua para regar sus parcelas, entonces, cómo hicieron esto”.

“Construyeron zanjas o riachuelos para traer el agua y poder llevar a cabo ese riego. Al paso del tiempo esas zanjas quedaron abovedados, esas estructuras o construcciones subterráneas son las que nos importa investigar por la relación en el tiempo, la antigüedad que esas estructuras tienen”.

Aunque no se cuenta con documentos que sirvan como guía para conocer en qué fecha fueron construidos y por quién, al menos dijo, se puede tratar de ligar el tiempo con las etapas constructivas y con el tipo de túneles que existen, “porque existen túneles de tierra, de ladrillo machetón, de piedra que son los que estamos buscando porque son los túneles más antiguos”.

Recordó que un ejemplo de túnel de ladrillo machetón es como el que apareció años atrás en la calle Sostenes Rocha, el cual tenía entre dos y tres metros de profundidad, se encontraba casi sobre el subsuelo y desde antes de 1920 ya se contaba con él con la finalidad de distribuir toda el agua que venía de las compuertas hacia el río.

Finalmente, aseguró que su intención es encontrar un túnel, el cual pueda ser rehabilitado por las autoridades correspondientes para convertirlo en un centro turístico, sin fines de lucro y, con ello poder mantener las leyendas de los túneles de Celaya más vivas que nunca.