/ lunes 13 de marzo de 2023

Tejieron huachicoleros alianzas con GN para robar gas LP en Guanajuato

Un documento de la Sedena dado a conocer por el grupo de hacktivistas Guacamaya revela la red de complicidad de la corporación federal

En los últimos cinco años, el robo de gas LP se ha convertido en el otro huachicoleo en Guanajuato; de acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), 2022 ha sido el año con mayor detección de tomas clandestinas, las cuales presuntamente fueron utilizadas para robar este hidrocarburo.

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El robo de gas LP a través de los ductos de Pemex no es nuevo en Guanajuato, incluso, desde 2019 el gobierno federal había detectado a una banda dedicada al hurto de este combustible, a través de tomas clandestinas, agrupación que tenía su centro de operaciones en el Estado de México, pero que tras una alianza con el Cártel Santa Rosa de Lima, logró incrementar su área de influencia.


La Sedena tuvo conocimiento de la complicidad de la GN con huachicoleros.


De acuerdo con un documento fechado en mayo de 2020, el cual fue sustraído a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por parte del grupo de hacktivistas Guacamaya, José Trinidad Zarco, alias El Padrino y señalado como el líder de un grupo dedicado al robo del gas LP en el Estado de México, tejió una alianza con José Antonio Yépez, alias El Marro y quien fuera líder el Cártel Santa Rosa de Lima, para detonar el hurto de este combustible en Guanajuato.

El documento recuperado por Guacamaya indica que luego de la implementación del Plan Conjunto del Gobierno de México para Combatir el Robo de Hidrocarburos de Pemex, en diciembre de 2018, el Cártel Santa Rosa de Lima vio afectada su actividad de robo de hidrocarburo, desde el que hacía a través de tomas clandestinas hasta el que realizaba con la presunta complicidad de trabajadores de Petróleos Mexicanos.

Por ello, el 17 de enero de 2019, El Marro contactó a El Padrino para proponerle una alianza para explorar la posibilidad de robar gas LP en Guanajuato y poner estaciones de carburación en el Estado de México. El documento de la Sedena indica que ambos personajes se reunieron en Celaya el 22 de enero de 2019.


El gas robado en Guanajuato era llevado al Estado de México.


Sin embargo, no fue sino hasta abril de 2020, justo en el inicio de la pandemia de Covid-19, cuando el proyecto comenzó a tomar forma. La Sedena interceptó una serie de llamadas que El Padrino realizó con sus colaboradores, en donde se revela cómo fue urdido todo el proceso para que desde Guanajuato se tuviera otra fuente de robo de gas LP, la cual fue ubicada en el municipio de Apaseo el Grande.

Complicidad de la Guardia Nacional

Las investigaciones federales dieron cuenta que todo comenzó el dos de abril de 2020. José Trinidad Zarco comenzó a tejer toda la red para el trasiego de combustible desde Guanajuato hasta el Estado de México.

Primero se aseguró que por Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México, le dejaran pasar pipas cada tercer día, sin que éstas fueran revisadas y si por alguna situación la revisaban, reportaran que no había nada anómalo; las pipas pasarían cada tercer día y por cada una que cruzara daría cinco mil pesos, se lee en el reporte de la Sedena.



El mismo documento de la Sedena expone que la intención de El Padrino era instalar un centro de carburación, que serviría como fachada para almacenar el gas LP robado en Guanajuato y éste estaría en Ecatepec.

Mientras tanto, en Guanajuato, el ocho de abril, un colaborador de El Padrino le confirmó a éste que ya había tenido arreglo con la Guardia Nacional para dejarlos trabajar en San Antonio Calichar; ese mismo día, El Padrino mismo confirmó que ya había platicado personalmente con “el chido” de la Guardia Nacional, para poder trabajar también en Celaya; para el primero de mayo, el mismo José Trinidad Zarco dijo en otra conversación telefónica que los elementos de la Guardia Nacional con los que se había arreglado querían 120 mil pesos por noche, para dejarlos trabajar.

La ruta de huachicoleo

El documento de la Sedena indicaba que el gas LP robado en Guanajuato salía de una toma clandestina, ubicada ésta en El Sabino, en Apaseo el Alto.



El gas LP robado salía entonces de Apaseo el Alto y para llegar al Estado de México tomaban dos rutas: la que carretera México-Querétaro y por el Macrolibramiento. En ambos lugares, los elementos de la Guardia Nacional que estaban asignados en turno presuntamente eran los que colaboraban, previo acuerdo.

Así, el gas LP robado en Guanajuato llegó hasta el Estado de México, por lo que el gobierno federal, con esa información, dio seguimiento a José Trinidad Zarco, quien fue detenido el 27 de septiembre de 2020, casi dos meses después de la detención de El Marro, quien fue capturado el dos de agosto de 2020.

Las tomas aseguradas

En 2020, cuando se concretó la alianza de El Padrino con El Marro, sólo fue detectada una toma clandestina y fue justamente la que estaba en Apaseo el Alto.



Sin embargo, de acuerdo con datos de Pemex, en 2018 habían sido detectadas ocho tomas clandestinas de gas LP en Guanajuato, todas ellas en Apaseo el Alto.

Para 2019 la cifra aumentó a 10 tomas clandestinas y también todas en Apaseo el Alto.

No obstante, para 2021, la cifra creció y fueron 12 tomas clandestinas, pero ahora la ubicación de éstas ya se diversificó, pues fueron detectadas nueve en Apaseo el Alto y tres en Apaseo el Grande.

Para 2022 la cifra creció, pues el año cerró con 14 tomas clandestinas, localizadas éstas en 12 en Apaseo el Alto, una en Pénjamo y una más en Pueblo Nuevo.


En los últimos cinco años, el robo de gas LP se ha convertido en el otro huachicoleo en Guanajuato; de acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), 2022 ha sido el año con mayor detección de tomas clandestinas, las cuales presuntamente fueron utilizadas para robar este hidrocarburo.

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El robo de gas LP a través de los ductos de Pemex no es nuevo en Guanajuato, incluso, desde 2019 el gobierno federal había detectado a una banda dedicada al hurto de este combustible, a través de tomas clandestinas, agrupación que tenía su centro de operaciones en el Estado de México, pero que tras una alianza con el Cártel Santa Rosa de Lima, logró incrementar su área de influencia.


La Sedena tuvo conocimiento de la complicidad de la GN con huachicoleros.


De acuerdo con un documento fechado en mayo de 2020, el cual fue sustraído a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por parte del grupo de hacktivistas Guacamaya, José Trinidad Zarco, alias El Padrino y señalado como el líder de un grupo dedicado al robo del gas LP en el Estado de México, tejió una alianza con José Antonio Yépez, alias El Marro y quien fuera líder el Cártel Santa Rosa de Lima, para detonar el hurto de este combustible en Guanajuato.

El documento recuperado por Guacamaya indica que luego de la implementación del Plan Conjunto del Gobierno de México para Combatir el Robo de Hidrocarburos de Pemex, en diciembre de 2018, el Cártel Santa Rosa de Lima vio afectada su actividad de robo de hidrocarburo, desde el que hacía a través de tomas clandestinas hasta el que realizaba con la presunta complicidad de trabajadores de Petróleos Mexicanos.

Por ello, el 17 de enero de 2019, El Marro contactó a El Padrino para proponerle una alianza para explorar la posibilidad de robar gas LP en Guanajuato y poner estaciones de carburación en el Estado de México. El documento de la Sedena indica que ambos personajes se reunieron en Celaya el 22 de enero de 2019.


El gas robado en Guanajuato era llevado al Estado de México.


Sin embargo, no fue sino hasta abril de 2020, justo en el inicio de la pandemia de Covid-19, cuando el proyecto comenzó a tomar forma. La Sedena interceptó una serie de llamadas que El Padrino realizó con sus colaboradores, en donde se revela cómo fue urdido todo el proceso para que desde Guanajuato se tuviera otra fuente de robo de gas LP, la cual fue ubicada en el municipio de Apaseo el Grande.

Complicidad de la Guardia Nacional

Las investigaciones federales dieron cuenta que todo comenzó el dos de abril de 2020. José Trinidad Zarco comenzó a tejer toda la red para el trasiego de combustible desde Guanajuato hasta el Estado de México.

Primero se aseguró que por Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México, le dejaran pasar pipas cada tercer día, sin que éstas fueran revisadas y si por alguna situación la revisaban, reportaran que no había nada anómalo; las pipas pasarían cada tercer día y por cada una que cruzara daría cinco mil pesos, se lee en el reporte de la Sedena.



El mismo documento de la Sedena expone que la intención de El Padrino era instalar un centro de carburación, que serviría como fachada para almacenar el gas LP robado en Guanajuato y éste estaría en Ecatepec.

Mientras tanto, en Guanajuato, el ocho de abril, un colaborador de El Padrino le confirmó a éste que ya había tenido arreglo con la Guardia Nacional para dejarlos trabajar en San Antonio Calichar; ese mismo día, El Padrino mismo confirmó que ya había platicado personalmente con “el chido” de la Guardia Nacional, para poder trabajar también en Celaya; para el primero de mayo, el mismo José Trinidad Zarco dijo en otra conversación telefónica que los elementos de la Guardia Nacional con los que se había arreglado querían 120 mil pesos por noche, para dejarlos trabajar.

La ruta de huachicoleo

El documento de la Sedena indicaba que el gas LP robado en Guanajuato salía de una toma clandestina, ubicada ésta en El Sabino, en Apaseo el Alto.



El gas LP robado salía entonces de Apaseo el Alto y para llegar al Estado de México tomaban dos rutas: la que carretera México-Querétaro y por el Macrolibramiento. En ambos lugares, los elementos de la Guardia Nacional que estaban asignados en turno presuntamente eran los que colaboraban, previo acuerdo.

Así, el gas LP robado en Guanajuato llegó hasta el Estado de México, por lo que el gobierno federal, con esa información, dio seguimiento a José Trinidad Zarco, quien fue detenido el 27 de septiembre de 2020, casi dos meses después de la detención de El Marro, quien fue capturado el dos de agosto de 2020.

Las tomas aseguradas

En 2020, cuando se concretó la alianza de El Padrino con El Marro, sólo fue detectada una toma clandestina y fue justamente la que estaba en Apaseo el Alto.



Sin embargo, de acuerdo con datos de Pemex, en 2018 habían sido detectadas ocho tomas clandestinas de gas LP en Guanajuato, todas ellas en Apaseo el Alto.

Para 2019 la cifra aumentó a 10 tomas clandestinas y también todas en Apaseo el Alto.

No obstante, para 2021, la cifra creció y fueron 12 tomas clandestinas, pero ahora la ubicación de éstas ya se diversificó, pues fueron detectadas nueve en Apaseo el Alto y tres en Apaseo el Grande.

Para 2022 la cifra creció, pues el año cerró con 14 tomas clandestinas, localizadas éstas en 12 en Apaseo el Alto, una en Pénjamo y una más en Pueblo Nuevo.


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