CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Desde hace décadas, la ciudad de Celaya ha sufrido el robo y daño de su patrimonio histórico. Placas conmemorativas, cívicas, estatuas y bustos, en su mayoría hechos de cobre y hierro forjado, que van desde los 25 hasta los más de 100 años de antigüedad, han “desaparecido”.
“Esto es muy triste. Si hacemos la reflexión de qué tanto valor económico puede tener, es mínimo; sin embargo, el valor sentimental de la memoria de los celayenses y su pasado, es invaluable”, dijo el cronista municipal, Fernando Amate Zúñiga.
SANTOS, PERSONAJES Y DEIDADES
El daño al patrimonio histórico de la ciudad del que se tiene memoria, comenzó cuando fueron robadas dos estatuas de la Alameda Hidalgo en los años 70, y de donde en junio del 2020 se robaron otra estatua: la de la Diosa de la Victoria Alada.
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Otro robo ocurrió hace aproximadamente 11 años, y fue el busto de la Madre Teresa de Calcuta en el centro de la ciudad. El rostro de la misionera de la caridad estaba en una de las jardineras de la Calzada Independencia, a un costado de la bola del agua y frente al templo de San Francisco.
Hace cinco años, aunque no era patrimonio de la ciudad, se robaron el busto de Emiliano Zapata, que se encontraba en el Barrio de la Resurrección, en el jardín de las oficinas de una organización campesina.
Del portal Independencia, afuera de la presidencia municipal, arrancaron la placa alusiva a los símbolos patrios, pero ésta fue repuesta por otra.
SE INTENSIFICA VANDALISMO
El año pasado se comenzó a registrar con mayor frecuencia el robo y daño de placas históricas y cívicas en diferentes puntos de la ciudad, como el ocurrido el 18 de julio del 2020 a la fuente ubicada en el andador Perfecto I Aranda, en pleno centro.
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Dicha fuente, localizada frente al templo de San Francisco y a un costado de la Bola del Agua, tiene 25 años de antigüedad y fue colocada por el primer presidente municipal, Carlos Aranda Portal, durante su último año de gobierno en 1994. Hasta la fecha no ha sido repuesta.
El 8 de agosto del año pasado, desapareció la placa de la calle Miguel Hidalgo, esquina con Leandro Valle. Ésta tenía 110 años de antigüedad, ya que se colocó en 1910 con motivo del primer Centenario de la Independencia de México.
En agosto, también de 2020, robaron la placa en la calle Mutualismo, la cual fue colocada en reconocimiento a los 90 años de presencia de la Sociedad Mutualista y fue colocada en 1997.
En septiembre se llevaron las dos placas del Templo de los Pobres que tenían más de 70 años de antigüedad, las cuales tenían inscripciones poéticas alusivas al agua, con los poemas dedicados al agua, de Amado Nervo y Alfonso Rivera Pérez Campos. Lo mismo ocurrió con las placas conmemorativas del Puente Francisco Eduardo Tresguerras.
En el mismo mes, la placa conmemorativa de la Estela de la Libertad (Cabezas de Águila) ubicada en la avenida Tecnológico frente al panteón Norte, fue robada. Ésta representa la ruta de la Independencia.
La estatua de la Diosa Griega de la Victoria, que se encontraba en uno de los andadores de la Alameda, desapareció de su pedestal en junio de 2020. Por ésta se ofreció una recompensa, pero hasta la fecha no se ha dado con su paradero.
VANDALIZAN PLACA DE TRESGUERRAS
En febrero de este año fue vandalizada y dañada por el intento de robo, la placa de la erección del monumento al insigne arquitecto celayense Francisco Eduardo Tresguerras, misma que actualmente se encuentra resguardada por la Dirección de Desarrollo Urbano.
Ante estos robos del patrimonio histórico que ha sufrido Celaya, el cronista de la Ciudad, Fernando Amate Zúñiga dijo que, es inaudito que éstos ocurran y más en la zona centro; por tal motivo, hizo un llamado a la población a proteger el patrimonio histórico de la ciudad.
Amate Zúñiga, mencionó y resaltó que, aunque la Dirección de Desarrollo Urbano, ha realizado el levantamiento de las actas ante las autoridades correspondientes, es importante reponerlas porque forman parte de la memoria histórica celayense, como las placas de las Cabezas de Águila que señalan la ruta del Ejército Insurgente.
Finalizo diciendo que lo ideal es que no siga ocurriendo y que la ciudadanía se involucre, porque por no meterse en problemas no denuncian lo que está sucediendo.