CELAYA, Gto.- (OEM-informex).- La falta de agua para riego, que impide iniciar la siembra del ciclo agrícola primavera-verano impacta a los usuarios de los ejidos ubicados dentro del Distrito de Riego 85, al norte de Celaya, los más afortunados son los que tienen alguna actividad adicional, a otros que dedican de tiempo completo a los apoyan sus familias, todos ellos, con la esperanza de que haya un buen temporal.
Aunado a lo anterior, no hay posibilidad de acceder a los programas oficiales porque todos están suspendidos por el periodo electoral.
El Sol del Bajío entrevistó a algunos productores del Módulo de Riego Margen Derecha, que este año no dispusieron ni siquiera para un primer riego debido a que la presa Ignacio Allende está prácticamente vacía por la falta de lluvias en 2020.
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Dora Elia Vázquez Plaza, del ejido de Jáuregui, manifestó que “la familia nos ayuda, pero además nos estamos acercando a los préstamos que nos está haciendo el gobierno, pero todavía no están autorizados porque hay elecciones, imagínese, ni con ese recurso contamos”, dijo.
“Fuimos a SADER a solicitar los de seis mil pesos y nos dijeron que ya no los estaban dando, porque todo estaba detenido por las votaciones, hemos tratado de sacar otros recursos, pero tampoco, me dicen mis hijos que cuántos has pedido y ninguno se te ha aprobado, estamos a puntos de ahogarnos, la verdad, y además sin agua, ya solo estamos con la esperanza de que llueva”.
Comentó que ella siembra normalmente 2.5 hectáreas de maíz en el Ejido de Santa María, de Jáuregui, que es el más cercano a Celaya.
Ernesto Pacheco, del Ejido de Roque, manifestó que “están difíciles las cosas, a veces y gracias a Dios uno tiene un trabajito por fuera, pero desgraciadamente mucha gente no y está esperanzados a que llueva”.
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“Es una tristeza salir al campo y ver todo seco, es donde queremos el apoyo del gobierno, pero a veces nomás prometen y si llega ahí se va desglosando”, explicó.
“Yo ya preparé mi tierra, con amor, ahora estamos a la voluntad de Dios, si nos va bien y cae una lloviznita, es un riesgo que lleva uno, es una inversión, estamos hablando de cuatro hectáreas y me estoy gastando un promedio de 30 mil pesos, si llovió, bien, y si no, ahí se pierde todo”.
Agregó que preparar la tierra, la rastra, el barbecho, hablamos de 15,00 o 18,000 pesos más, “la semilla, que gracias a Dios la consigo a vuelta de rueda, me la fían, si se da que bueno, si no, de todos modos, hay que pagarla”.