CELAYA, Gto.- Una realidad del cambio climático es que las sequías se van a presentar de manera recurrente, probablemente se tenga otro año con sequía, éste o el próximo, y la situación es cada vez más complicada.
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Así lo señaló José Luis Luege Tamargo, presidente de la Asociación Civil “Una ciudad posible”, quien agregó que las sequías son parte de las consecuencias del cambio climático, el cual se ha venido dando a nivel mundial desde hace décadas, por un uso y abuso de los recursos naturales.
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Expuso que existe la Agenda 20-50 del agua, como una hoja de ruta, pero tiene que estar involucrados los productores y los usuarios de la industria y la zona urbana, porque son los que realmente conocen el problema.
“Visión a largo plazo como la hoja de ruta con acciones y proyectos que estamos construyendo con apoyo de varias asociaciones académicas y con los productores. Y vamos a empezar con Guanajuato estos proyectos para fortalecer los sistemas hídricos y la modernización agrícola”, expuso el ex secretario de Semarnat.
Dijo que se está analizando con distintas instituciones para ver cuáles son los sistemas de financiamiento, porque los productores guanajuatenses tienen la capacidad financiera para participar en distintos proyectos de tecnificación.
“Tenemos que encontrar dónde se puede aplicar el mayor recurso, en el menor tiempo y con la mayor rentabilidad. Eso es lo que estamos haciendo a nivel hidroagrícola”, afirmó.
Enfatizó que para amortiguar el impacto del cambio climático a nivel mundial, es necesario tener acceso a toda la innovación en materia tecnológica, biotecnológica, inteligencia artificial, y consideró que va muy de la mano con la juventud.
Enfatizó que en el tema del cambio climático y la agricultura, la juventud es clave, porque lamentablemente cuando se reúne con integrantes de los módulos de riego, son personas grandes.
Reconoció que muchos productores han dicho que sus hijos no quieren seguir con el trabajo del campo, porque es muy sacrificado, porque hay inseguridad, no hay ganancias.
“Sí hay futuro para los jóvenes, y es en la actividad agrícola. No me queda la menor duda. Las universidades, la educación vocacional tiene que ir en buscar la incorporación de tecnologías que motiven a los jóvenes a participar en la actividad agrícola, y en acciones para combatir el cambio climático”, precisó.
Otro aspecto es la planeación de desarrollo urbano, los cuales deben ir alineados al Programa General de Ordenamiento Ecológico del Territorio, porque está en función a la vocación del suelo, y obliga también a la necesidad de visualizar muy bien el fondo urbano, un concepto muy antiguo y el cual es para garantizar los servicios; originalmente era la seguridad, el amurallamiento, pero el fondo urbano es central para estos dos servicios.
“No se trata de seguir el patrón de una mancha de aceite sobre el agua, que se extiende, sino que está en función de la vocación del sueño. El ordenamiento territorial tiene que estar en el programa. Hay lugares catalogados como área natural protegida y están invadidas, afectando así al ecosistema, como el Desierto de los Leones, la Sierra de Guadalupe”.
Para disminuir el impacto del cambio climático es la modernización de los sistemas de riego, y el entubamiento de agua agrícola permite un ahorro de un 30 al 40 % para evitar la evaporación de agua de superficie que va de las presas hasta los campos agrícolas.
“Es importante entrar al tema de la grilla directa. Hay un presidente de la República que sin estudios previos decide realizar el tren maya, en un principio con un presupuesto de 500 mil millones de pesos, ahora 560 mil millones de pesos. Pero con 560 mil millones de pesos aplicados a la tecnificación del agua, se resolvería en su totalidad el problema del agua en el país”, concluyó.