Se registra poca afluencia en imposición de ceniza

Este año, debido a la pandemia, fue atípico el inicio de la Cuaresma; en algunos templos sí hubo imposición de ceniza y en otros sólo repartieron sobrecitos para llevar el polvo

Ana Medina | El Sol del Bajío

  · jueves 18 de febrero de 2021

En los templos de La Merced, El Carmen, San Agustín, San Francisco, Sagrario Catedral y el Santuario de Guadalupe, durante la celebración eucarística los sacerdotes impusieron la ceniza. | Foto: Javier Patiño | El Sol del Bajío

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Cada año los fieles católicos se congregan en los distintos templos de la ciudad para recibir la imposición de la ceniza, pero este 2021 debido a la pandemia la afluencia que se registró fue poca, algunos la recibieron por parte de un sacerdote durante la eucaristía, mientras que otros optaron por llevar su bolsita a sus casas para imponérsela junto a sus familias.

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En los templos de La Merced, El Carmen, San Agustín, San Francisco, Sagrario Catedral y el Santuario de Guadalupe, durante la celebración eucarística los sacerdotes impusieron la ceniza en la cabeza de los fieles con un guante, mientras que en la parroquia de Nuestra Señora de la Salud, cada persona fue quien se la colocó.


El padre Gilberto Rico impuso la ceniza a Monseñor Benjamín Castillo. | Foto: Javier Patiño | El Sol del Bajío


Al salir, a la gente que deseaba llevar un poco para sus familiares que se encuentran en resguardo se les proporcionó junto con un tríptico, de igual forma sucedió con quienes acudían a los templos cuando no había celebraciones eucarísticas, los cuales fueron pocos a comparación de años anteriores. Por otra parte, en todas las iglesias se respetaron las medidas sanitarias.


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TIEMPO DE CONVERSIÓN Y AMOR

Por su parte, Monseñor Benjamín Castillo Plascencia, concelebró la sagrada eucaristía en Sagrario Catedral junto al párroco Gilberto Rico, quien le impuso la ceniza al Obispo de la Diócesis de Celaya.

Durante su mensaje el obispo reiteró su llamado a que “este Miércoles de Ceniza sea un tiempo de convertirse a Dios, al hermano y al amor”. También destacó que la conversión se debe expresar con signos claros como la limosna, pero no como algo que sobra o estorba en la bolsa, sino que realmente duela, “que demos de nosotros mismos y no para que los vean”.

Dijo que otro de los signos es la oración y destacó que como expresó el Papa Francisco “orar es ponerse frente a Dios, dirigirnos a alguien que es Dios o uno de los amigos de Dios”; de igual forma indicó que con el ayuno se manifiesta el espíritu de penitencia que debe ver solo Dios.