CELAYA, Gto.- Este año se cumplieron 800 años de la representación viviente del Nacimiento de Jesús y, al ser atribuido a San Francisco de Asís fue que el Papa Francisco concedió a la Conferencia de la Familia Franciscana otorgar la indulgencia plenaria, hasta el 2 de febrero de 2024, a quienes visiten las iglesias de la Orden de los Frailes Menores (O.F.M.) y se detengan a orar ante los pesebres allí montados.
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Ministros Generales y la Conferencia de la Familia Franciscana, a través de un comunicado dieron a conocer que para conmemorar los 800 años en que el santo montó el primer pesebre en Greccio, Italia, el 17 de abril de 2023 mandaron una petición al Papa Francisco para que el Papa concediera la indulgencia plenaria con el propósito de “promover la renovación espiritual de los fieles y acrecentar la vida de gracia”.
Al ser concedida la petición es que los fieles podrán ganar la indulgencia al acudir a un templo franciscano y ante el pesebre se haga oración. A quienes estén enfermos o físicamente incapacitados para acudir “también podrán gozar del don de la Indulgencia Plenaria ofreciendo sus sufrimientos al Señor o realizando prácticas piadosas”.
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Por otra parte, de acuerdo con información proporcionada por los frailes franciscanos en Celaya a los fieles, la tradición cuenta que el primer pesebre lo colocó San Francisco en 1223 en Greccio, Italia como una manera de sentir y tocar la pobreza que el hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación.
Lo que significa un llamado a seguirlo en el camino de la humildad, la pobreza y el despojo que desde la gruta de Belén conduce hasta la cruz. También es una llamada para encontrarlo y servirlo de manera misericordiosa en las y los hermanos más necesitados.
Por lo que, celebrar estos 800 años invita a que se reflexione sobre cuál es el lugar que Jesús ocupa en el corazón de cada uno y si en él tienen cabida aquellos con los que quiso identificarse. También dijeron que Jesús con su encarnación eliminó las distancias que lo separaban de la humanidad, con esto, es que invitan a los fieles a hacer lo mismo, es decir, a hacerse cercanos y próximos a los demás, a fin de acogerlos y tocarlos con misericordia.
Finalmente, indicaron que celebrar este octavo centenario de la Regla Bulada es una oportunidad como familia franciscana para conocerse mejor, para promover la comunión, la confianza mutua, para ser una fraternidad abierta y en salida, que sea constructora de una nueva cultura del encuentro y de la amistad social.
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