CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- El día viernes, la talentosa, carismática y reconocida Pintacaritas Rosalba Montes Nieves partió de este mundo a sus 50 años de edad, dejando un legado muy importante en el arte, maquillaje artístico y la docencia.
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La celayense Rosalba nació el 26 septiembre 1972, tenía 3 hermanas y dos hermanos, su mamá la Señora Remedios quien aún vive, desde joven la apoyó en sus sueños tanto en el estilismo como en el maquillaje, a base de gran esfuerzo y dedicación Rosalba creó su propia estética y comenzó a prepararse en esta área tomando talleres y capacitaciones mismos que después impartiría en esta ciudad, formando además parte importante de los eventos, clases, convenciones y eventos de maquillaje infantil y sus derivados, destacando que a pesar de su amplia experiencia, Rosalba continuaba capacitándose y ampliando sus conocimientos.
Se casó con Javier Jiménez Rojas y procreó a sus hijos Marcos Javier, Karla Guadalupe y Jesús Salvador Jiménez Montes, a quienes siempre les dio un buen ejemplo y enseñó a valorar y amar cada día.
Como ser humano Rosalba era una mujer que no se rendía, siempre quería buscaba el lado positivo a las cosas, el saber cómo sí podía lograrlo, era reconocida por ser una gran hija, una hermana, esposa y madre.
Además del maquillaje infantil, Rosalba fungió un tiempo como doctora de la risa en donde aprendió aún más el significado de la vida, además se especializó en diversas áreas del maquillaje entre ellas el body paint, con el que logró mostrar su talento, creatividad y amor por su profesión.
Dentro de su trayectoria de más de 20 años, fungió además como docente de diversos talleres plásticos del Instituto de Arte y Cultura de Celaya y en el Instituto de la Mujer, entre otros así como el ser invitada varias veces como juez de concursos relacionados a este rubro uno de ellos el de Calaveras vivientes, realizando también varias máster class sin descuidar su negocio de maquillaje infantil que tanto amaba y le apasionada en la Alameda Hidalgo, mismo que fue parte esencial e importante de su vida y profesión.
Rosalba amaba y disfrutaba maquillar y pintar, sus trabajos eran muestra de su talento y pasión por estas áreas, por lo que será recordada con cariño por ser la primera Pintacaritas de Celaya con un amplio corazón y ganas de transmitir siempre sus conocimientos a las nuevas generaciones.
Sus restos se encuentran siendo velados en la funeraria “Jardines de paz” ubicada a un costado del panteón municipal sur.