ACÁMBARO, Gto. (OEM-Informex).- El joven Francisco Abraham Mondragón, desde que era un niño es restaurador de imágenes del Niño Dios, un oficio que heredó de su familia y que no pretende abandonar hasta que otro integrante de su familia también le dé continuidad.
Durante los meses de diciembre y enero se instala frente al atrio parroquial para recibir año con año a cientos de imágenes que llevan los feligreses para que sean restauradas y luzcan bonitas en Navidad y el 2 de febrero, día de la Candelaria.
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Francisco Abraham Mondragón dio a conocer que aprendió a ser restaurador desde hace 16 años aproximadamente, oficio que heredó de su papá Francisco Mondragón Lucio, quien desde hace 40 años realiza restauraciones de imágenes gracias a las enseñanzas de su mamá.
Abraham Mondragón refirió que este oficio solo lo realiza durante estas fechas, ya que durante el resto del año se dedica a realizar otras actividades que le permitan tener ingresos, “solo durante diciembre y enero nos colocamos en este lugar para restaurar imágenes, el resto del año me dedico a hacer otros trabajos, sin embargo, durante los meses que no restauró se me hace eterno ya que me gusta mucho estar reparando imágenes del Niño Dios porque me han pasado cosas muy bonitas e inexplicables”.
Agregó que “para restaurar una imagen se requiere de mucha práctica y conocimiento, ya que se tiene que buscar las tonalidades de la pintura, saber trabajar la cerámica, resina, yeso o madera”.
Indicó que la gente regularmente prefiere restaurar en lugar de comprar una imagen, ya que muchas son herencia de sus antepasados; lo que más repara son los deditos, tallones y hasta quebraduras completas, además que ha reparado niños de más de 100 años de antigüedad; “nos han traído niños aproximadamente de tres generaciones de familias, hay niños de entre 70, 80, 90 años y los más antiguos que son de madera”.
Asimismo, Jesús Castro Sandoval quien tiene quince años como restaurador de imágenes y que ha trabajado con Francisco Mondragón en este oficio comentó que este trabajo le gusta mucho porque pasan cosas muy fuera de lo común, “hay veces que nos traen una imagen del Niño Dios y cuando lo tenemos listo para entregar se esconden y después de días aparece. También hay mucha gente que comenta cosas que les han sucedido, que pierden su zapatito, que no los mueven y que sus pies están tallados y cositas así, pues cada quien tiene su fe y a cada quien le han pasado diferentes experiencias con sus niños”.
Ambos restauradores, esperan que la gente continúe conservando su fe y cuidando su Niño Dios y que si requieren embellecerlo los busquen para que les den vida de nuevo y puedan lucir este próximo 2 de febrero cuando los presente en los templos.