Restaura imágenes del Niño Dios desde hace tres décadas

Desde los 12 años, Francisco Mondragón empezó a trabajar en el panteón municipal limpiando y arreglando tumbas

Jorge Carmona | El Sol del Bajío

  · domingo 22 de enero de 2023

Este oficio se los ha heredado a sus hijos. | Fotos: Jorge Carmona | El Sol del Bajío

ACÁMBARO, Gto.- (OEM-Informex).- Desde hace más de cuatro décadas, el acambarense Francisco Mondragón, de 54 años se ha dedicado a la restauración de imágenes, principalmente los Niños Dios durante las fiestas decembrinas y de la Candelaria.

Desde los 12 años, Francisco Mondragón empezó a trabajar en el panteón municipal limpiando y arreglando tumbas, ahí fue donde realizó su primera pintura de una imagen religiosa, “desde ahí me nació pintar imágenes, una persona me contrató para pintar un ángel, recuerdo que el señor llevaba la pintura color blanco y como no quería ensuciarse me pidió que yo lo pintara”.


Dijo que “después de realizar mi primer trabajo me fui interesando en pintar más imágenes religiosas, pero ahora ya con otros tonos de colores para darles más vida, yo no pensé que iba a ser algo a lo que me iba a dedicar toda mi vida, ahora que recuerdo mis inicios no me arrepiento de iniciar este bonito oficio que ya estoy heredando a mis hijos”.

Indicó que desde hace 25 años se ha instalado en esta época a un costado de la parroquia de San Francisco de Asís para hacer restauración de las imágenes del Niño Dios, “desde el mes de diciembre que nos instalamos hasta febrero cientos de personas nos visitan para restaurar sus imágenes del Niño Dios, gracias a Dios nunca nos hemos quedado sin trabajo”.

Desde hace 25 años se ha instalado en esta época a un costado de la parroquia de San Francisco de Asís para hacer restauración de las imágenes del Niño Dios. | Fotos: Jorge Carmona | El Sol del Bajío

Agregó que “durante este tiempo hemos restaurado imágenes del Niño Dios con una antigüedad de hasta 200 años, restauramos de aquellos que están hechos de madera, barro y hasta piedra el cual son muy escasos; lo que más se repara son los deditos, tallones y hasta quebraduras completas”.

Señaló que durante este tiempo que ha restaurado imágenes religiosas le ha tocado escuchar cientos de historias sobre cada Niño Dios, “cada anécdota que he escuchado tiene una similitud con las mías, hay cosas que la gente no cree, cosas que te dejan perplejo por ejemplo me ha tocado ver imágenes como se parten en pedazos sin que nadie las toque, he visto niños guiñan el ojo, hay personas que al acercarse a ver los trabajos se quedan sorprendidas al ver cómo los niños realizan algún gesto. En una ocasión, me tocó restaurar un Niño Dios del cuello, al estar raspando encontré una gasa como las del seguro, al quitársela sentí en mi cuello como si me quitara una tecata, una experiencia que me dejó impactado, así como esta historia he vivido tantas que hacen que me apasione más mi trabajo”.

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