ACÁMBARO, Gto. (OEM-Informex).- Migrantes documentados de Estados Unidos que regresan para pasar las fiestas decembrinas en la comunidad de Nuevo Chupícuaro nos hablan de su proceso de regularización en la reforma migratoria de 1986.
El migrante, Margarito Domínguez Bautista de 67 años de edad desde hace más de 40 años viajó de indocumentado a Estados Unidos en busca del sueño americano, su estatus migratorio en un inicio le tenía muchas puertas cerradas, sin embargo, cuando el Congreso estadounidense abrió la puerta a millones de personas con la aprobación de la reforma de inmigración en 1986 su vida cambió por completo.
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Domínguez Bautista dijo “tuvimos la suerte de estar en Estados Unidos cuando hubo la amnistía, el cual fue un proceso no muy difícil porque contábamos con todos los requisitos, ahora muchos inmigrantes sueñan con que haya otro proceso como el que nos tocó vivir. Gracias a nuestra regularización pudimos volver a nuestra tierra para ver a la familia que nos vio crecer y que tuvimos que dejar por buscar mejores oportunidades de vida”.
Agregó que “allá en Estados Unidos me casé, tengo dos hijos que residen allá; sin embargo, a mí me gusta mucho venir a mi pueblo cada que tengo oportunidad, durante varios años no pude hacerlo porque sufrí mucho de los riñones, tengo dos trasplantes pero doy gracias a Dios por darme salud y al Gobierno estadounidense que gracias a mi estatus migratorio me ayudó desde el 1992 hasta el 2012 con el tratamiento y cuidado; aquí en México no creo que hubiera recibido el mismo apoyo del Gobierno”.
Por otro lado, los hermanos Juan Manuel y Samuel Reséndiz Domínguez originarios de esta comunidad desde hace más de 30 años dejaron de ser inmigrantes indocumentados de Estados Unidos gracias a la reforma migratoria aprobada por el Congreso y promulgada por el presidente republicano Ronald Reagan el 6 de noviembre de 1986.
Juan Manuel Reséndiz dio a conocer que desde los 80´s viajó de inmigrante a Estados Unidos en busca del sueño americano ya que aquí no había oportunidades de trabajo; dijo que “al llegar allá se me abrieron muchas puertas, es un país de muchas oportunidades para todos los que están legales e ilegales, es una vida muy diferente a la que desgraciadamente aquí en nuestro México no podemos llevar”.
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Agregó que “desde que recién llegué a California trabajé en el campo, luego de un tiempo conocí a un gran compañero americano y decidimos emprender en la producción de la miel donde trabajé cerca de 18 años, de ahí me salí y entré a una compañía para la realización de pozos para extraer agua, es un trabajo mejor pagado, desgraciadamente tuve un accidente en esa compañía por lo que ya no pude trabajar, quedé deshabilitado, pero igual se me siguieron abriendo puertas y ahorita Gracias a Dios tengo un pequeño negocio de autolavado y estamos echándole ganas”.
Indicó que allá conoció a su esposa con quien tiene cuatro hijos y una nieta, “estoy feliz de la familia que he formado, espero que la familia siga creciendo; aquí en México la familia sigue creciendo, me gusta mucho venir, lo hago por lo menos dos veces por año desde hace 6 años luego de no venir por 11 años”.
Por su parte, Samuel Reséndiz Domínguez refirió que tiene 36 años de migrante en Estados Unidos el cual tuvo la suerte de hacerse residente y luego ciudadano en el año 2002, “yo me dedico a la apicultura desde hace años, durante 22 años trabajé en el campo como todos los que llegamos a California; me siento orgulloso de ser migrante porque como muchos viajé a Estados Unidos en busca de un sueño y gracias a Dios lo logré”.
Dijo que “mi esposa es también migrante pero mis hijos ya son nacidos en Estados Unidos por lo que ha sido un poco difícil enseñarles todas nuestras raíces porque ellos han crecido en otra cultura, se sienten más identificados con la otra cultura, sin embargo, no dejamos de enseñarles nuestras raíces”.
Agregó que cada que tiene oportunidad viene a México para vivir las fiestas de su comunidad, “nos gusta venir a visitar a nuestra gente y estamos comprometidos con los acambarenses, en la medida de lo posible apoyamos a nuestro delegado Fernando Trujillo, una persona muy comprometida con el trabajo de esta localidad, es una gran persona, por eso nosotros siempre hemos extendido nuestra mano para que a través de él se puedan realizar grandes acciones en beneficio de la gente”.