CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Los comerciantes que se encuentran en el punto y alrededor de donde fueron las explosiones del llamado Domingo Negro, hace ya 23 años, coinciden que todos ellos recuerdan a los difuntos, porque pudieron ser familiares, y porque finalmente todos son comerciantes, siempre elevan una oración en su memoria.
Miguel Ángel Martínez, dijo que nació en el año del Domingo Negro, y conforme pasaron los años, fue conociendo cada una de las historias, sobre todo desde hace cinco años en que se encuentra trabajando en la carnicería muy cerca de donde fueron las explosiones, y como los demás compañeros, dicen estar de acuerdo a que no se permita jamás la compra venta y uso de los juegos pirotécnicos.
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Don Beto, también trabajador de venta de carnitas, dijo que a 23 años de la tragedia, lamenta profundamente la muerte de tantas personas, y pidió a Dios que no se repita la historia, pero para ello es necesario poner mano dura para que no haya compra venta de ningún tipo de cohetes y artefactos con pólvora.
La señora Juana Sastre comentó que aún no se instalaban cuando sucedió la tragedia, sino hasta diez años después empezaron a vender dulces y fritangas, pero desde entonces fue conociendo más de cerca las historias, sobre todo a través de los familiares afectados que año con año acuden para levantar su modesto altar y orar por un rato.
“No los olvidamos, porque fueron parte del comercio de la zona, o aquellos que murieron en cumplimiento de su deber, como los elementos de la Cruz Roja y Bomberos, incluso un periodista. De todos ellos nos hemos enterado y estamos con el dolor de los familiares”, dijo.
De la misma forma, la señora Sheila, dijo que no hay que olvidar a los difuntos, pero sobre todo no hay que permitir la venta de los juegos pirotécnicos, por el gran peligro que representa para los niños, los jóvenes, para toda la familia.
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“En ocasiones los mismos padres de familia lo ven como diversión, pero cuando el peligroso juego se convierte en tragedia, es cuando se arrepienten. No estamos de acuerdo que se vendan los artefactos con pólvora, porque si se almacena, como sucedió hace 23 años, se corre el peligro de que se repita el Domingo Negro”, comentó.
El señor Mario Salazar dijo que si ellos, los comerciantes, no olvidan la tragedia, menos los familiares de los difuntos, y por ello cada año se solidarizan en oración cada 26 de septiembre, fecha en que fue la tragedia.
Dijo que el año pasado casi no acudió gente, pero ellos se solidarizan con las familias que sufrieron la pérdida de un hijo, tío o padre, y espera que este lunes 26 en que se cumplen 23 años de la tragedia, acudan familiares de los deudos e incluso espera que haya misa, porque recordar el Domingo Negro es no permitir la compra venta y uso de juegos pirotécnicos.