CELAYA, Gto.- Aún con la herida abierta, una vez más los deudos de los difuntos del llamado Domingo Negro, participarán este martes en la misa de las ocho de la mañana en el templo de la Resurrección, del barrio con el mismo nombre; y como todos los años, para que el pueblo de Celaya no olvide la tragedia de hace ya 24 años, se realizará un acto litúrgico a las 10:00 horas, en la calle Antonio Plaza, esquina con Felipe Ángeles.
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Integrantes del Movimiento Ciudadano Celayense, Rosalía Tamayo Guzmán, representante común de los deudos, así como Leonardo Pérez Castañeda, representante común de los lesionados, invitaron a la población a participar en ambas ceremonias de recogimiento espiritual, y con el silencio, no permitir de nueva cuenta la venta, comercialización y quema de juegos pirotécnicos, porque representa un peligro para los celayenses.
En otro intento por mantener vivo el recuerdo que duele a familias enteras, y a 24 años no ha existido palabra que disipe la tristeza, Alianza Ciudadana Celayense solicitó al Obispado de Celaya que se lleve a cabo este mismo martes, pero a las seis de la tarde, en Catedral, una ceremonia religiosa para conmemorar el 24 aniversario del Domingo Negro o las explosiones que en Celaya cobró la vida de 72 personas y ocasionó cientos de personas lesionadas en distintas magnitudes, desde la amputación de un pie, así como sordera profunda y la pérdida de un ojo.
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Integrantes de Alianza Ciudadana Celayense, confían que la ceremonia religiosa sea ofrecida por el obispo de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma; pero de no ser así, saben bien que el sacerdote a cargo seguramente podrá ofrecer palabras de aliento que mitiguen el dolor de familiares que perdieron a hijos, esposo o parientes.
CONTEXTO
Un 26 de septiembre, pero de hace 24 años, el país entero se conmocionó por las noticias que salían de Celaya, y que en un principio se llegó a anunciar en red nacional que gran parte de la ciudad había colapsado por explosiones; incluso, los mismos celayenses vivieron horas de incertidumbre.
Poco a poco las televisoras de alcance nacional fueron dando la historia con datos precisos, y por la tarde ya se le llamó “Domingo Negro”, tras tomar evidencias del estallido de toneladas de pólvora y material pirotécnico en dos locales de la calle Antonio Plaza, que dejó 72 personas muertas y 350 heridas.
Todavía meses después, decenas de afectados, entre lesionados, viudas y huérfanos aún buscaron la justicia en contra de los responsables, pero sólo hubo una persona sancionada, la dueña de la Abarrotera Celaya: Angélica Vargas Bocanegra, quien fue condenada a 10 años y 4 meses de prisión, que los cumplió en 2018 y quedó libre, no hubo reparación del daño a los afectados luego de agotarse las instancias legales, tanto en lo penal como en lo civil.
Como se recuerda, serían aproximadamente las 10:15 horas del domingo 26 de septiembre cuando una llamada alertó al entonces Cuerpo de Bomberos Voluntarios sobre un incendio en un negocio cercano a la esquina de las calles Antonio Plaza y Felipe Ángeles; frente a la Central Camionera, había una vitrina que exhibía fuegos artificiales y estalló (la primera explosión) al parecer por el efecto lupa que causó el sol de la mañana.
Acudió una unidad de ataque rápido y en pocos minutos arribaron paramédicos de Cruz Roja en una ambulancia, luego acudieron elementos de la Policía Preventiva y Tránsito para participar en las labores de ayuda, y con ellos decenas y cientos de curiosos.
Menos de media hora después, ignorantes de lo que había en el interior, los cuerpos de auxilio hacían su labor cuando vino la segunda explosión.
Un testigo la describió como el ruido de una puerta al cerrarse de golpe, demolió los locales en la esquina y los negocios que había frente a ellos, la onda expansiva lanzó esquirlas y escombro que mataron instantáneamente a 72 personas y lesionaron a otras 350, el humo negro que levantó se vio a kilómetros a la redonda.
Los automóviles estacionados en las calles mencionadas volaron o volcaron con la segunda explosión, incluida la unidad de acción rápida de Bomberos y una ambulancia de Cruz Roja. En el lugar murieron los socorristas Juan Rodríguez Corona, Cristina Camarena Laguna y Jesús Revilla Sánchez, así como el bombero Juan Manuel Segoviano, y Rafael Santoyo, de Rescate SOS, con ellos también falleció el fotógrafo Matías Niño y resultó lesionado el fotógrafo de El Sol del Bajío, Leonicio Lira, quien murió horas después.
Este martes, 26 de septiembre, a 24 años de la tragedia, y aunque cada vez son menos los afectados que asisten, se realizará la ceremonia religiosa en el templo de la Resurrección, a las ocho de la mañana; y más tarde, a las 10 horas, en el punto donde fueron las explosiones, se colocarán las fotografías de fallecidos, flores y veladoras a su alrededor, para elevar oraciones que piden por la paz eterna de los difuntos, y que no se vuelva a repetir la peor tragedia que ha tenido Celaya.