CELAYA, Gto.- Como parte de la “LXI Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones” y, teniendo como sede la Catedral, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya confirió el ministerio del Lectorado y Acolitado a cinco seminaristas pertenecientes al Seminario Diocesano de la Inmaculada Concepción de Celaya.
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Teniendo como testigo al padre Gilberto Rico, rector del Seminario Diocesano de la Inmaculada Concepción de Celaya, quienes recibieron el ministerio de Acolitado fueron los seminaristas Jesús Antonio Robles, Abraham Salatiel y Víctor Alonso Zúñiga, mientras que quienes recibieron el ministerio del Lectorado fueron los seminaristas José Juan Ruíz y Henry Martínez León.
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Durante su mensaje, Monseñor Aguilar Ledesma destacó la importancia de ser líderes en las empresas, con los estudiantes y en todas partes al estilo Jesús, es decir, con autoridad moral, con compasión por el hermano y viviendo en la verdad, “pues la verdad nos hará libres”.
“Un buen líder debe tener tres aspectos importantes, primero autoridad moral para que lo que digas valga, segundo, tener compasión en el buen sentido de la palabra, así como el papá y la mamá comparten el dolor de los hijos y, tercero decir la verdad, aunque nos duela. La verdad a veces nos duele. Habría que acercarnos a quien nos diga la verdad, no a aquel que te adula, porque eso solo te esclaviza, hay que ser buen líderes al estilo de Cristo”.
A los seminaristas los exhortó a no olvidar construir sobre la roca, “Jesús mismos dice: Sin mí nada puede crecer, pero nosotros a veces tenemos la obsesión de decir es que yo sí puedo, pero es que la fe no es autosugestión, no es yo me tengo fe, yo puedo, sino que es yo te tengo fe, creo en ti y confío en ti, porque eres mi fuerza. Si se construye sobre la roca, podrán ser fiel a su vocación, cualquiera que sea, el matrimonio, la vida consagrada, la profesión, la fe”.
Por otra parte, es importante mencionar que el ministerio del lectorado y acolitado son oficios instituidos por la Iglesia y conferidos por ella, a través de un rito litúrgico en el cual el obispo da una bendición para que puedan ejercerlos en nombre de la Iglesia.
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Por lo que, con el Ministerio del Lectorado los seminaristas pueden proclamar las lecturas de la Sagrada Escritura, así como proponer las intenciones de la oración universal. Con el Ministerio del Acolitado, por otro lado, el seminarista es instituido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Ellos pueden preparar el altar, los vasos sagrados y, en caso de ser necesario, de distribuir la eucaristía a los fieles.
