CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Muchos de los migrantes se han desplazado de sus lugares de origen debido a la violencia y la falta de oportunidades, y en su caminar hacia Estados Unidos, que es a donde la mayoría va, pasan por Celaya, a ellos el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, les dice que con la reapertura de la Casa del Migrante "El Buen Samaritano", tienen “una casa donde serán bien recibidos, acogidos y atendidos”.
Con la presencia de autoridades municipales, eclesiásticas y fieles católicos, se llevó a cabo la reapertura de la Casa del Migrante comenzando con la eucaristía concelebrada por el Obispo y al finalizar, se efectuó la bendición de las instalaciones.
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Durante su mensaje, Monseñor Aguilar Ledesma, mencionó que es importante ser para los migrantes un bálsamo en el camino, ya que muchos vienen de lejos y necesitan atención, cariño, respeto en su dignidad humana y ser tratados como personas e hijos de Dios, para que ellos se sientan como en su casa.
“Muchos de los que migran van perseguidos, afligidos por la miseria, por las situaciones sociales de violencia, el hambre, la pobreza y ahora algunos tienen que pasar por estos lugares, no quieren quedarse, ni deben quedarse, ellos tienen otro destino hay que ayudarles en este camino”.
“Dios hizo este mundo bello, hermoso, pero nosotros por el pecado lo hemos destruido, somos nosotros los seres humanos los que pusimos fronteras, hicimos distinciones de colores, razas, clases, somos nosotros los que hemos afeado la creación de Dios, empezando con nuestra persona, porque el pecado nos afea, nos destruye y cuando va el hombre destruido destruye a su familia y a la sociedad”.
Indicó que muchos de los migrantes tienen historias difíciles, por ello pide a los fieles evangelizarlos para que en su vida llueva no solo la caridad, alimento, vestido, cobija, sino la sanación interior de sus heridas y la reconstrucción de su persona.
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Pidió a Dios que cesen las injusticias en sus lugares de origen para que no tengan que migrar, pero dijo a los que tengan que hacerlo que “aquí se les recibe con los brazos abiertos y en la medida de nuestras posibilidades les ofreceremos lo mejor. Invito a la ciudadanía en general a que se sumen a este proyecto, aquí hay una buena forma de hacer caridad de forma clara y patente”.
Por otra parte, sobre el hecho de que la Casa del Migrante se encuentre en una de las zonas más peligrosas de la ciudad, el Obispo mencionó que es vital “invitarlos a que sepan que son hermanos necesitados como ellos, a que se sumen en ayudarlos, más que dañarlos o ahuyentarlos, que sepan abrir sus manos, su corazón”.
Invitó a la colonia de Santa Teresita a expresar su cariño, “porque sabemos que son gente buena, generosa y servicial. Los invitamos a que se sumen al proyecto, que lo tomen como suyo. Que ayuden, a lo mejor no muchos con recursos, sino con su tiempo, en la limpieza, lavado de ropa, entre otras cosas”.