CELAYA, Gto.- En una noche emblemática, donde la esperanza y la fe se entrelazan, la comunidad católica de la Catedral vivió momentos de profunda espiritualidad con la celebración de la misa de la Vigilia Pascual, dirigida por el obispo Víctor Alejandro Aguilar Ledesma. La ceremonia, que marca el punto culminante de la Semana Santa, comenzó minutos antes de las 8:00 de la noche del sábado, anticipando la Resurrección de Jesucristo.
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La oscuridad exterior de la catedral se vio desafiada por la creación de una fogata preparada meticulosamente para bendecir el nuevo fuego, un acto que simboliza la luz de Cristo venciendo a las tinieblas. A las 8:15 de la noche el obispo Aguilar Ledesma emergió para bendecir el fuego y, con un cirio más pequeño, procedió al encendido del Cirio Pascual, signo de Cristo Resucitado, la luz del mundo.
La procesión hacia el interior de la catedral fue un espectáculo de fe y unidad, integrada por sacerdotes, monaguillos y el obispo, seguidos por la congregación, todos guiados por la luz del Cirio Pascual. En un gesto simbólico de compartir la luz de Cristo, cada fiel encendió su cirio personal, dispersando la oscuridad de la catedral en una manifestación visible de la fe que los congrega.
Dentro del sagrado recinto, la liturgia de la palabra se convirtió en un viaje a través de la historia de la salvación, con lecturas que narraron desde la creación hasta la promesa de la Resurrección, recordando a los fieles la presencia constante y salvífica de Dios a lo largo de los tiempos. El "Exsultet", o Pregón Pascual, resonó en las paredes de la catedral, proclamando la victoria de la luz sobre la oscuridad.
Uno de los momentos más conmovedores de la noche fue la Liturgia Bautismal. En un poderoso símbolo de renacimiento y renovación, la comunidad católica en una promesa de fe y esperanza. La congregación, por su parte, renovó sus promesas bautismales, reafirmando su compromiso con Cristo y su mensaje de amor y redención.
La celebración alcanzó su clímax con la Liturgia Eucarística, donde los fieles participaron del sacramento de la Eucaristía, fortaleciendo su unión con Cristo resucitado y entre ellos. Esta comunión no solo simboliza la fe en la Resurrección, sino que también reafirma la comunidad de creyentes como el Cuerpo de Cristo.
La misa de la Vigilia Pascual, bajo la estrella guía del obispo Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, fue un testimonio de luz, amor y comunidad. La catedral, iluminada por la fe de sus fieles, sirvió como un recordatorio palpable de la promesa de renovación y esperanza que la Pascua trae al mundo.