Realizan Primer Encuentro de Lectura “Leer para aprender”

Organizado por los alumnos del cuarto cuatrimestre de la Maestría de Docencia del Colegio Humanístico de Estudios Superiores Zalaya

José Sánchez / El Sol del Bajío

  · martes 30 de abril de 2024

Fue inaugurada una sala que invita a salir del mundo, sumergirse en otros y ser otros y muchos más por medio de la lectura. | Foto: José Sánchez / El Sol del Bajío

CELAYA, Gto.- El cronista Fernando Amate y la poetisa María Raquel Ojeda Leal, encabezaron el Primer Encuentro de Lectura “Leer para aprender”, organizado por los alumnos del cuarto cuatrimestre de la Maestría de Docencia del Colegio Humanístico de Estudios Superiores Zalaya, en el marco del Día Internacional del Libro.

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Además de inaugurar una sala de lectura, obsequiar libros y abrir un espacio para la reflexión sobre el hábito a la lectura en casa y en la escuela, la directora del plantel, María Eugenia Zúñiga Tapia, dio la bienvenida a más de medio centenar de asistentes y planteó que parte de los objetivos del evento es contribuir en la comunidad estudiantil, docente y en la misma sociedad el gusto por la lectura.

Por su parte, la catedrática Fátima Elena Esquivel Rodríguez, contextualizó que los alumnos del cuarto cuatrimestre de la Maestría de Docencia del Colegio Humanístico de Estudios Superiores de Zalaya, organizaron el evento como parte de la materia Gestión Educativa que concluyó el pasado viernes.

Los alumnos son el maestro Juan Carlos Torre Peña, y las maestras Tania Sarahi Lemus Bocanegra, Angelina Fernández Mandujano y Yolanda Miranda Alvarado, recibieron un reconocimiento por la organización del evento, para el cual buscaron a los conferencistas, diseñaron el programa, coordinaron las ponencias, el espacio de preguntas y respuesta e inauguraron la Sala de Lectura.

La primera participación fue por parte del cronista Fernando Amate, quien inició, como es parte de su naturaleza espiritual, con una anécdota en donde al poeta Pablo Neruda (1904-1973) se le dio a elegir una sola palabra en caso de que en un momento fueran a desaparecer todas las palabras de la historia de la humanidad, y el poeta chileno eligió la palabra: gracias, como el más elevado conjuro que hermana a los grandes espíritus.

Después de mostrarse agradecido por la invitación a lo que fueron dos horas de diálogo, Fernando Amate dio lectura al ensayo titulado “Placeres y displaceres de la lectura”, que viene en su libro Crónicas de Tierra Llana, en donde retomó el ejemplo de grandes escritores que más de una vez hablaron sobre el valor de la lectura, como Jorge Luis Borges.


Los alumnos Juan Carlos Torre Peña, y las maestras Tania Sarahi Lemus Bocanegra, Angelina Fernández Mandujano y Yolanda Miranda Alvarado, recibieron un reconocimiento por la organización del Primer Encuentro de Lectura. | Foto: José Sánchez / El Sol del Bajío



“Leer es un acto profundamente humano, por ende ruin, perverso, angelical y místico. Leer es la posibilidad de escuchar a la distancia el redoble de un tambor de hojalata (Gunter Grass), ver surcar por los cielos un cohete rumbo a la luna (Julio Verne), asistir a un banquete con la emperatriz Carlota (Fernando del Paso), acompañar a Hércules en sus extenuantes trabajos (mitología griega), solazar el oído con Góngora y Quevedo y sus barrocos dichos (siglo de oro de la literatura española)”, dio lectura y suspiró en ocasiones.


Decenas de personas recibieron de forma gratuita un libro al concluir el Primer Encuentro de Lectura. | Foto: José Sánchez / El Sol del Bajío


Por su experiencia como lector, dijo que leer es transportarse sin viajar, sufrir como endemoniado y curarse cuando dejamos el libro objeto de nuestros quebrantos; leer es amar sin límites y quedarse con el agridulce sabor, ya que todo fue una quimera encerrada en algún tomo; el amoroso acto de leer provoca: estertores de muerte, fiebres, convulsiones, mareos, vista nublada, pálpitos, temblores, orgasmos inenarrables, crepitar de hogueras y caída repentina de chubascos bienhechores.

“Gracias a la lectura podemos ir en ancas de Rocinante y acompañar al hidalgo de la triste figura en su misión divina de desfacer entuertos y vengar honras mancilladas. Gracias a las letras que se encadenan y cantan sabremos del inventor de hielo y de la estirpe de los Buendía en el mágico Macondo”, siguió dando lectura y algunos asistentes suspiraron en ocasiones.

Sin el menor indicio de aburrimiento, al contrario, absortos, el público escuchó, también por parte del cronista, la presentación de la revista ilustrada por Alfredo Tierrablanca, que lleva el título “Ni buenos, ni malos”, historia escrita por Fernando Amate.

En el mismo ambiente inmerso por el gusto a la lectura, la poetisa María Raquel Ojeda Leal habló sobre una tragedia en su vida que la refugió en lo más recóndito de su silencioso corazón, y de ahí, para ella y para la hoja en blanco, confesó sentimientos, ideas, recuerdos, percepciones, y toda línea fue suelta de sus venas al papel sin el propósito de compartirlo, pero pasados los años, nuevas visiones se fueron sumando en aquellas líneas, y una ocasión llegó a sus manos una convocatoria de literatura para una antología de poesía, y se aventuró, con toda certeza de no llegar más allá de la ilusión de que alguien había leído su latir de otros tiempos.

Sin embargo, recibe la noticia de que había sido seleccionada para dicha antología poética; la historia, la incertidumbre y la sorpresa se repitió en una segunda, tercera y hasta cuarta convocatoria, y ya publicada parte de su sentir poético, presentó su obra ante un público que hizo un escándalo al aplaudir para así celebrar el susurro de su voz poética.

Antes de concluir el Primer Encuentro de lectura, fue inaugurada una sala que invita a salir del mundo, sumergirse en otros y ser otros y muchos más por medio de la lectura.