CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- En un ambiente donde hay “mucho desaparecido, gente asesinada, divisiones, corrupción y violencia”, Monseñor Eduardo Muñoz Ochoa, Obispo Auxiliar de Guadalajara, mencionó que, sin entrar a temas políticas, ni partidistas, “tenemos la conciencia de que el Evangelio verdaderamente cambia la realidad, sino lo hiciera, podríamos decir que solo es una ideología, porque solo da ideas, pero eso no es así, el Evangelio cambia la vida del sacerdote y de las comunidades para que sean más unidas, fraternas, solidarias e impulsa a cuidar todos los aspectos desde la familia”.

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Mencionó que para que existe un verdadero cambio en el sacerdote, es necesario que procure siempre el Evangelio, porque humaniza y los hace participar de la divinidad que es como una evolución del hombre.

También explicó que, durante el primer día de la “Jornada Sacerdotal Jubilar Diocesana”, la cual se realiza en el marco del 50 aniversario de la diócesis, presentó el tema: “Identidad sacerdotal: Ser sacerdote hoy”, donde hizo un recorrido histórico de cómo es inició la diócesis, quiénes han pasado, así como quiénes se han comprometido en construirla territorialmente y en crecimiento como diócesis.

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“El reto y la tarea misma del sacerdote en este caminar histórico es hacer que en el encuentro con Jesucristo vaya entrando uno en un crecimiento más de humanidad, no podemos pensar en una fe que nos haga más deshumanos, no solo en el aspecto religioso, sino también de humanización, porque el Evangelio también tiene esa dimensión de humanizar, sacar de situaciones complicadas de guerra y de división a una humanidad que también nos da el Señor”.

Comentó que se analizó el cómo responder con el Evangelio, siendo el centro de la vida, a los diferentes ambientes sociales, en cómo el sacerdote no debe perder el horizonte de su comunidad parroquial, es decir, “no solamente es celebrar misa, dar catecismo, sino que eso tenga una repercusión y esta estructura social de la Diócesis de Celaya”.

De igual forma, mencionó que otro paso importante es la formación de los sacerdotes, ya que no solo se trata de que sean un bien para la diócesis y la sociedad, sino que “la vocación que ha recibido también es un bien para él, que lo hace más humano, más espiritual y más preparado para que responda a las necesidades de la diócesis”.

“Por último, nos focalizamos sobre la tarea de la comunión entre los mismos presbíteros con su obispo y de la unión de los presbíteros con los feligreses para caminar juntos, esa es la tarea, pero en este caminar hay que revisar todas aquellas cosas que se van deformando, paganizando o como dice el Papa Francisco, que van entrando en una mundanidad espiritual. Hay que estar continuamente observando, pero a la luz de Nuestro Señor. Finalmente, nos quedamos con lo que eso implica de tarea”, concluyó el arzobispo.

Es importante destacar que durante la jornada sacerdotal se contó con la presencia de Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, del Cardenal Alberto Suárez Inda, así como de los sacerdotes de toda la diócesis de Celaya. Además, se entregó un reconocimiento a Monseñor Eduardo Muñoz Ochoa.

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