CELAYA,Gto.- Con un mensaje de esperanza para la comunidad y exhortando a los padres de familia a ser un ejemplo en valores y virtudes para sus hijos, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, concelebró y presidió la Sagrada Eucaristía en Santa Rosa de Lima con motivo de la fiesta patronal celebrada en la comunidad del mismo nombre en Villagrán, en la cual participó en un recorrido que salió del campo deportivo hacia el templo.
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El obispo, después de participar en el recorrido que se realizó por las principales calles de la comunidad, arribó al Templo de Santa Rosa de Lima, acompañado de sacerdotes y fieles. Durante la homilía, mencionó la importancia de sacar los frutos pastorales y espirituales de esta fiesta, además de tomar en cuenta las enseñanzas de vida de la santa, la cual fue humilde y obediente a Dios.
Comentó que la vida de Santa Rosa fue un jardín donde Dios cultivó grandes rosas que se traducen en virtudes. Desde pequeña, dijo, sus papás descubrieron que era especial, ya que tenía mucho amor a Dios, era humilde, obediente y esto se fortalecía con el ejemplo que le daban sus padres, los cuales eran piadosos.
Ante esto, exhortó a los fieles que se dieron cita en el templo a que se preocupen por sus hijos y cultiven en ellos los valores y virtudes cristianas, no solo de palabra, sino también con sus propias acciones para que sean un ejemplo para ellos. Les pidió recordar que los hijos son el reflejo de los padres y, por ende, si sus hijos pecan es porque también lo hacen los padres, ante esto, resaltó la importancia que tiene sembrar y cultivar el bien.
De igual forma, Monseñor Aguilar Ledesma mencionó que la soberbia es el pecado original donde el ser humano se cree que vale más, que lo sabe todo, el que siente que debe ser servido y el que tiene que dar las órdenes, sin embargo, mencionó que es mejor vivir en la humildad, tal y como lo hizo la Virgen María y la propia Santa Rosa.
Y, es que dijo, “un soberbio no obedece a Dios ni a nadie, solo sabe mandar, por eso es difícil que se sometan. Hay que saber renunciar a algunas cosas por amor a Dios, a veces hay que sacrificarse por Dios, obedecerlo, que Él sea lo más importante de su vida”.
Asimismo, los invitó a huir de las personas que los vanaglorian y elogian, porque los “inflan como globos”, sino que, deben acercarse a aquellos que les digan la verdad, aunque duela, porque eso demuestra que son amigos y buscan su bien.
Los invitó a darle a Dios lo mejor de sus vidas, a sembrar el bien en las niñas, niños, jóvenes y en sí a todos los de la comunidad y a que encuentren el tesoro espiritual, porque “lo importante no es cuántos años se viven, sino cómo se vive, para qué vive la gente, cómo viven, cómo trabajan, para quién trabajan. La santa nos enseña a vivir en amor, entrega y fidelidad para que puedan ganar la vida eterna”.
Al finalizar la eucaristía, se llevó a cabo el tradicional recorrido con la Burra Borracha y por la noche, enfrente del templo se realizó la quema del castillo.
