CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Para evitar contagios por el virus Covid-19 y cumplir con el confinamiento, Francisco Zúñiga Reyes, tuvo que posponer su boda que se llevaría a cabo el pasado 2 de mayo; actualmente se reprogramó para este 26 de septiembre, pero confiesa que debió gastar poco más de 11 mil pesos extra por el cambio de fecha.
“Organizamos todo desde el año pasado para que el 2 de mayo estuviera todo listo, ya teníamos programada la fecha de la misa, el salón, el grupo, el banquete, las invitaciones e incluso la luna de miel. Cuando nos dijeron que debíamos posponer para ponernos en resguardo sentí mucha impotencia por los gastos que ya había hecho, pero al mismo tiempo tuve empatía con mis seres queridos porque lo más importante para mí fue cuidar su salud”.
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Refirió que, en el caso de la luna de miel, ya estaba todo pagado y al cambiar la fecha del vuelo les representó un costo extra, también les generó un costo extra cada uno de los días en el cuarto del hotel, mientras que, uno de los grupos que amenizarían la boda, al ya no coincidir con las fechas del banquete con las del salón, les cobró el anticipo por haberle cancelado la primera fecha, porque así estaba estipulado en el contrato.
En cuanto a la misa, platicó que su primera opción fue la Parroquia de la Virgen de los Pobres, pero “se nos juntaron los tiempos, nos pedían muchos requisitos, exhortos, que por los tiempos no alcanzamos a generar y tuvimos que cambiar el lugar de la boda a la Parroquia Elías del Socorro Nieves, donde se mostraron más accesibles, pero en las invitaciones ya no coincidían los datos”.
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Contó que, en el caso de las invitaciones, éstas ya no se volvieron a imprimir, sino que, al reducir el número de invitados a la mitad, sólo se contactaron con los familiares que asistirán para indicarles los cambios.
Destacó que invertirá poco más de mil pesos para que en el salón de fiesta, el cual es abierto, se coloque un tapete sanitizante, gel antibacterial y cubrebocas. Dijo que habrá una persona que tomará la temperatura y pondrá el gel, además de que las mesas estarán separadas dos metros para cumplir con la sana distancia.