CELAYA, Gto.- Durante la festividad en San Juan de la Vega, “se junta la tradición, lo religioso, lo pagano y los gustos personales que recuerdan sucesos históricos de una manera no muy recomendable”, por tal motivo, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, mencionó que si aquellos a los que ya se les exhortó a no quemar petardos de todas formas lo van a hacer, lo hagan con prudencia; a las personas locales las invita a que no hagan tanta publicidad al petardo, a los turistas a que no se acerque a ese lugar y a las autoridades que a los que se encuentren en un estado inconveniente no les permitan que los truenen.

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Monseñor Aguilar Ledesma mencionó que la fiesta en San Juan de la Vega es muy particular, ya que el pueblo tiene por costumbre el quemar petardos en la calle a horas y deshoras, sin embargo, a pesar de que la parroquia, junto con las autoridades han tratado de poner orden y de convencerlos de que ya no hagan la quema, los pobladores no han hecho caso, por tal motivo, y con la finalidad de resguardar a la población es que se pidió la protección de los tres niveles de seguridad.

Invitó a los visitantes “a que no estén muy cerca de esos lugares, que el morbo no les atraiga tanto; a las personas locales que no le hagan tanta publicidad al petardo, sino a la fiesta religiosa y a quienes queman el petardo pedirles que lo hagan de la forma más prudente, que puedan hasta donde les llegue su ciencia y su conciencia, si no van a dejar de hacerlo, que lo hagan de la forma menos peligrosa y dañina para la gente, es decir, que ocasionen los menos accidentes que se puedan”.

“A las autoridades civiles les pedimos que al menos aquellas personas que se encuentren en estado de ebriedad o en estado inconveniente no los dejen que quemen los petardos, porque muchas veces son a quienes les suceden los accidentes, porque su condición no les permite tener la precisión para el golpe del petardo y a veces lo hacen de forma muy precipitada y en lugares inconvenientes”.

El obispo exhortó a los pobladores a que su celebración sea más prevalente en el aspecto religioso, que dejen a un lado el ruido de los petardos; a los turistas los invitó a que dejen de acercarse a los lugares peligrosos y en su lugar se vayan a la celebración religiosa; a quienes festejan quemando los petardos les dice que lo hagan en un estado conveniente, en lugares seguros y que siempre procuren su seguridad y de quienes están a un lado de ellos.

Por otra parte, recordó que la Iglesia a quien celebra es a San Juan, “no celebramos a un San Juan de la Vega, no existe, el señor era, entre comillas, una especie de Chucho el roto, que se vestía de Robin Hood. Él robaba para darle a los pobres”.

Para conmemorar su llegada al pueblo, dijo, es que la gente ha comentado que se celebra quemando petardos. “Esa fiesta para el pueblo después se traduce en una fiesta religiosa, en lugar de celebrar un acontecimiento medio pagano era poner la fiesta de San Juan, que es el patrono de la parroquia y a quien se le hace la fiesta junto con la Virgen”.

“Eso es lo más importante, participar en la celebración eucarística, estar en familia, en convivio religioso, juegos pirotécnicos, el castillo y lo propio de la celebración, los petardos son en la calle esa es la parte pagana hacen su jolgorio”. Finalmente, dijo que lo más conveniente es que los habitantes recordaran de forma ordenada la parte histórica del pueblo, en lugar de realizar dicha quema.