CELAYA, Gto.- Cerca de 40 mil peregrinos pertenecientes a todo el estado de Guanajuato, arribaron desde la madrugada de este martes a la Basílica de Guadalupe, donde participaron en punto de las 07:00 horas en la Sagrada Eucaristía concelebrada y presidida por el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, quien pidió por la paz de Israel y Palestina, por el sínodo que se lleva a cabo en Roma, por el año jubilar de la diócesis que encabeza y, de manera especial, por el eterno descanso del peregrino ciclista Víctor Pedraza y su familia.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
De manera concreta, los peregrinos que arribaron al lugar provenientes de la Diócesis de Celaya, pertenecen a la Peregrinación Varonil Diocesana de A Pie al Tepeyac, a la Peregrinación Ciclista, al Grupo de Antorchistas y al grupo Palomas, siendo este último integrado por mujeres que realizan oración para pedir por los sacerdotes, los peregrinos, sus familias y sus amigos.
Te puede interesar: Habrá cero tolerancia en FIC y no permitirá ingesta de alcohol en la calle
A partir de las 04:00 horas y pese al frío y la lluvia, los peregrinos comenzaron a llegar a la Basílica de Guadalupe llenos de fe. Algunos aprovecharon para dormir un poco, comer y visitar la tilma de San Juan Diego que dejó impresa la figura de la Madre de Dios.
Más tarde a las 07:00 horas, participaron en la eucaristía amenizada por el mariachi, concelebrada por 12 sacerdotes y presidida por Monseñor Aguilar Ledesma, quien los felicitó por su perseverancia, por dar testimonio de su fe durante su caminar y por hacer el recorrido a pie o en bicicleta, de igual forma, agradeció a los sacerdotes peregrinos por su ejemplo y fortaleza. También agradeció el trabajo que hizo Juan Manuel Hernández, presidente saliente de los peregrinos y felicitó a Francisco Villa, por ser elegido como el nuevo presidente.
“De manera especial queremos recordar y poner en manos de nuestra madre santísima al peregrino ciclista Víctor Pedraza que perdió la vida en un lamentable accidente. Pidamos a Dios y a nuestra madre por él, por su familia, su esposa, sus hijos, su madre, que llenos de fe han aceptado aún con dolor este lamentable accidente, de nuestra parte reciba nuestra oración, un abrazo y el apoyo solidarios de nuestra diócesis para ellos”.
“Agradecemos a quienes en estos 50 años han organizado, caminado y pedaleado pero que ya no están con nosotros en estos momentos, a todos ellos, peregrinos, peregrinas que ya no están les mandamos desde aquí desde la misa nuestra oración pidiendo a Dios les conceda el gozo eterno”.
El obispo les pidió llevar a Cristo a sus familias a sus lugares de trabajo, a ser testimonios vivos, a que en este tiempo en que existen nuevos paganismos sepan reconocer al verdadero Dios y compartirlo a los demás, que pongan a Jesús en el centro de su vida, no crear divisiones internas y no ser ásperos con el prójimo. También les recordó que el Papa Francisco los invita a agarrar las armas del evangelio que son: la humildad, la oración, la unidad y la caridad.
De igual forma, pidió a los peregrinos que para el año jubilar que se celebra el 18 de abril de 2024 bajo el lema: Caminando agradecidos en la fe, sigan caminando, pedaleando y viajando llenos de fe para dar gracias por estos 50 años de vida diocesana.
Por otra parte, pidió por la paz en Israel y Palestina, para que la guerra termine, para que vuelvan a verse como hermanos y para que se apoyen unos a otros. Asimismo, se unió en oración por la Iglesia Católica Apostólica y Romana que se encuentra en estos momentos participando en el sínodo.
“Pidamos por todos los obispos y laicos, los acompañamos aquí con nuestra oración. El Papa Francisco nos invita a ser una Iglesia que bendice y contempla la acción de Dios, que en medio de las olas no se desanima, a ser una Iglesia que no busca escapatorias ideológicas, que no se atrinchera de las convicciones adquiridas, una Iglesia que no cede a soluciones cómodas, ni deja que el mundo dicte la agenda”.
“Nuestra Iglesia diocesana de Celaya afronta los desafíos culturales y religiosos, pero no con una actitud de conflicto, ni división, sino que nosotros miramos a Dios que es comunión, que lo adoramos y servimos como nuestro señor. Pedimos a nuestra madre santísima que seamos una iglesia en comunión, sinodal, unida, jamás dividida, que como nuestra madre nos ha pedido, que construyamos su casita sagrada donde nadie se sienta extraño”.
Exhortó a los peregrinos y sus familias a comprometerse en construir la paz, a ser justos, honestos, que construya cada uno una casita sagrada en su corazón para que la Virgen de Guadalupe reine y brote de él un abrazo y una mano de fraternidad para poderla ofrecer al prójimo.
Al finalizar la misa, los peregrinos que faltaron pasaron a ver la tilma de San Juan Diego y, posteriormente, todos se dispusieron a regresar a sus lugares de origen.