CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- “Pensé que no la libraría” dice Ángel Casique, de 41 años de edad, quien contrajo el virus SARS-CoV-2, llevándolo a vivir momentos desesperantes y angustiantes, pero también lo hizo descubrir sus debilidades, necesidades y prioridades, incluso le hizo buscar más profundamente a Dios.
Los síntomas comenzaron entre el 11 y 12 de noviembre, cuenta El Sol del Bajío. Primero, dolor de garganta, tos, cuerpo cortado; y para la siguiente semana, los malestares eran más agudos, lo que lo llevó a realizarse la prueba PCR en el Centro de Salud.
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Mientras daban los resultados, el aislamiento fue de manera voluntaria junto con su esposa; ambos comenzaron a tomar mucho líquido, vitaminas C, D y Complejo B. “Creo que es una acción muy responsable que al momento en que alguien tenga los síntomas se aísle para no andar esparciendo el virus, hay mucho asintomático y eso es lo que está provocando que haya muchos contagios”.
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“Positivo”, fue el resultado que les dieron el 21 de noviembre, iniciando de inmediato un tratamiento paliativo, pues “aún no hay un tratamiento que ataque directamente al virus”.
La etapa más crítica fue del 22 de noviembre en adelante, ya que durante la madrugada tuvo fiebre de 39 o 39.6 grados, mucha tos, mientras que la oxigenación estuvo al límite con 89 y 90.
“En ese momento pensé que ya no la libraba, viví momentos muy desesperantes y desgastantes, porque estuve encerrado en mi cuarto desde el 12 de noviembre, tuve que tener mucha paciencia para poder sobre llevarlo y no dejar el tratamiento que los doctores me recetaron. Esta enfermedad afecta mucho en lo emocional y lo anímico, pero con la ayuda de Dios se puede superar la situación”.
“Con esta experiencia me di cuenta que creí que lo tenía todo, que dominaba el mundo, pero no, somos vulnerables ante estas situación que está pasando, hace falta que la gente se concientice con lo que pasa, que seamos más empáticos, que aprendamos que no son importantes las cosas materiales, que cuando está la salud de por medio, no tiene comparación”.
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Este 4 de diciembre, Ángel Casique acudió a su cita para la alta médica e indicó que esto no significa que “voy a echar campanas al vuelo”, sino que seguirá con su tratamiento de recuperación para reforzar el sistema inmunológico, respiratorio y los pulmones.
En cuanto a la nueva normalidad dijo que la vivirá diferente, siguiendo las medidas preventivas, sin acudir a lugares concurridos, cuidando a su familia. Destacó que “espero que este testimonio la gente lo tome en cuenta porque lo que se vive es una situación muy difícil, ya que incluso hay gente que se debate entre la vida y la muerte por este virus”.
Indicó que hasta el momento en su familia quienes han contraído el virus además de él y su esposa son su tío quién está muy delicado e internado y dos sobrinos. También dijo que está dispuesto a donar plasma para ayudar a otros y de exhortar a las personas que sigan las recomendaciones que hace la Secretaría de Salud.