SAN MIGUEL DE ALLENDE, Gto.- El panteón de San Juan de Dios es considerado un monumento histórico, el cual fue cerrado en 1950, un pequeño panteón que ya nadie llora, ni visita, porque la mayoría de las familias también han partido.
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Este panteón de San Juan de Dios está ubicado en la calle de San Antonio Abad entre la calle de Insurgentes y San Rafael, en el barrio de San Juan de Dios, donde se dice que perteneció al Templo que lleva el mismo nombre.
El profesor Acacio Martínez Rodríguez director de Cultura y Tradiciones, comentó “dado que estamos a punto de conmemorar el Día de Muertos, el panteón de San Rafael o más conocido de San Juan de Dios, se dice sin poder precisar como un historiador podría hacerlo, que fue un proyecto de Juan Manuel de Villegas, que crea el hospital y luego habilitó el panteón”.
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Agregó que es hasta que el párroco Don Joaquín Hidalgo y Costilla, hermano mayor del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, por ahí de 1770 que se utilizó como panteón.
Expresó Acacio, “este panteón fue creado según por ahí de 1750 pero sin precisar, y a partir de 1770 funcionaba como el panteón de San Miguel, aunque hay que recordar que antes los atrios de las iglesias servían como panteones por la idea de enterrar a los familiares cerca de la casa de Dios”.
Además comentó que la zona de entierros abarcaba desde lo que hoy son las escuelas que están a un costado del templo de San Juan de Dios y terminaba en la calle de Insurgentes donde se encuentra el DIF municipal, aseguró que por diferentes motivos, ya quedan muy pocas evidencias, pero era un panteón bonito ya que en San Miguel había gente pudiente que mandaron construir lápidas muy grandes y atractivas, aunque también estaba el lado del pueblo, donde los entierros llegaban a ser envueltos en petate.
Recordó que el presidente de México, Anastacio Bustamante, estuvo aquí pero, después se llevó su cuerpo a la parroquia de San Miguel Arcángel donde hasta la fecha pertenece.
Finalizó diciendo que actualmente se tiene como un monumento histórico, “vemos que es un lugar limpio y bonito, yo creo que ya no hay familiares ya que desde 1950 dejó de usarse”.
El panteón cubrió la necesidad durante epidemias y hambrunas frecuentes de la época, actualmente ha quedado en medio de una ciudad en crecimiento y fue reducido de su tamaño original a un pequeño panteón que resguarda mausoleos y lápidas con algunos nombres y fechas de personas que descansan en paz en el lugar, además el mismo crecimiento de la ciudad provocó que fuera rodeado de escuelas y oficinas de gobierno municipal.
Este lugar es parte de la historia de San Miguel de Allende, donde ya no hay vivos para llorar porque tienen años de haber partido, donde la gente solo puede ver desde una reja las criptas que quedan y donde se dice que las almas aún rondan sus alrededores.