CELAYA, Gto.- De 1936 a 1938, el padre Moisés Lira Serafín, Misionero del Espíritu Santo, llegó a Celaya con la encomienda de ayudar y dirigir espiritualmente a los fieles católicos que acudían al Templo de la Merced. 88 años después regresó a esta ciudad, pero ya reconocido como un beato milagroso.
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Al haber sido muy querido por la comunidad Mercedaria, fue traída la Reliquia de Primera Clase, que es un fragmento óseo y colocada en uno de los costados del templo, junto a su imagen, las cuales estarán de manera permanente en el lugar. Ambas, fueron develadas por Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya.
Cabe mencionar que, el pasado 14 de septiembre en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, se llevó a cabo la misa de beatificación del padre Moisés Lira, concelebrada y presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, en representación del Papa Francisco.
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DEVELAN RELIQUIA, PLACA E IMAGEN
Teniendo como sede el Templo de la Merced y cómo un acto de acción de gracias por la beatificación del Padre Moisés Lira Serafín, se llevó a cabo la conferencia “El Beato que vivió en Celaya”, donde se contó un poco de su historia en la ciudad.
Al finalizar, la banda de guerra encabezó una procesión dentro del templo hasta llegar al lugar asignado a la reliquia. A ellos les siguieron Monseñor Aguilar Ledesma, frailes Mercedarios, sacerdotes Misioneros del Espíritu Santo, religiosas Misioneras de la Caridad de María Inmaculada y fieles laicos.
Frente a una cortina roja con dorado, se hizo oración, se contó brevemente la historia del beato y, posteriormente, se retiró dicha cortina para develar la Reliquia de Primera Clase, la placa y la imagen que serán expuestas de manera permanente para la veneración pública permanente en el templo. Después, el obispo bendijo el espacio con agua bendita e impregnó el espacio con el olor a incienso.
Como parte de este evento religioso, se colocó un libro en el cual se puede observar parte de los escritos del beato realizados en esta ciudad. Todos los congregados, continuaron en un ambiente de recogimiento para participar en la Sagrada Eucaristía presidida por el obispo y concelebrada por el resto de los frailes y sacerdotes.
DOS AÑOS VIVIÓ EL BEATO EN CELAYA
Por otra parte, durante la conferencia se dio a conocer que el beato nació en Zacatlán, Puebla, el 16 de septiembre de 1893 y falleció en 1950 en la Ciudad de México. Fue misionero del Espíritu Santo y fundador de la Congregación de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada.
En 1936, fue enviado a Celaya, que en ese entonces dependía de la diócesis de Morelia, junto con un grupo de Misioneros para atender el Templo de la Merced hasta 1938. Durante su estancia, se destacó por su apostolado silencioso pero efectivo, basado en su amor por la liturgia y su habilidad para guiar espiritualmente.
También se destacó por realizar un notable trabajo con los niños, formándolos tanto en catequesis como en el servicio como monaguillos. Su labor atrajo a numerosos feligreses al templo, convirtiéndolo en un lugar de gran concurrencia, gracias a la profunda influencia espiritual que ejerció.
De acuerdo con uno de sus escritos, el beato mencionó: “Me siento con un corazón muy grande para encerrar a todo el mundo, es decir, quisiera remediar todo mal, con una inmensa caridad” y “debo ser más que una madre: todo Jesús, dulce y bueno para las amas que Dios me ha confiado”.
TESTIMONIO DEL PRIMER OBISPO DE CELAYA
De igual forma, compartieron que el primer Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Victorino Álvarez Tena, conoció al beato y, de acuerdo con las declarantes de Celaya, sacerdotes y obispos dados a conocer el 29 mayo de 1978, el prelado expresó:
“Como rasgos sobresalientes del padre Moisés, puedo decir que era un padre muy alegre, muy festivo y realmente, un hombre de vida interior. Conocí al padre Moisés cuando yo era sacerdote. Yo estaba en el Seminario de Morelia e iba con frecuencia a celebrar la Misa en el templo de la Cruz. El padre Moisés me impresionó por su alegría”.
“Me pareció un hombre muy sincero, muy buen religioso. En su vida espiritual me pareció un hombre centrado. Yo no llegué a confesarme con él. Le oí algunas pláticas espirituales. Sí me impresionó su vida de alegría, su vida de oración, porque se veía un hombre espiritual. Repito, me parecía muy alegre, muy atento, muy bondadoso con todos”.
CAUSA DE BEATIFICACIÓN
Finalmente, compartieron que en 1999 comenzó la causa de beatificación. En 2013 el Papa Francisco lo declaró Venerable, mientras que en 2023 aprobó un milagro que realizó y que consistió en la curación de una niña que aún se encontraba en el vientre materno y que fue diagnosticada con hidropesía. Gracias a esto, pudo ser beatificado el 14 de septiembre de 2024, fecha en que se declaró que su fiesta litúrgica se celebrará cada 25 de junio.