CELAYA, Gto.- La violencia, el narcotráfico y la inseguridad que afecta a diversas regiones del país, fueron algunas de las principales preocupaciones que los obispos de México compartieron con la presidenta de la República Mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo, durante la “CXVII Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano”.
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Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, mencionó que durante la reunión organizada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), se felicitó a Sheinbaum Pardo por su triunfo, se le manifestaron sus inquietudes y su visión en relación con la realidad sociopolítica de México.
“Especialmente, el tema de la violencia, del narcotráfico y, sobre todo, para nosotros el tema de la inseguridad que eran los grandes temas para platicar con ella”. También le hicieron algunas peticiones relacionadas con los asuntos religiosos, ya que es importante para ellos conocer cómo se tratará esta temática con Gobernación.
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Para ahondar más en este tema, los obispos también recibieron y tuvieron un diálogo con Clara Luz Flores, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social y con Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), para tratar temas relacionados entre la Iglesia y el estado, a fin de conocer “qué tratamiento jurídico nos va a dar y cómo vamos a hacer las vinculaciones a través de asuntos religiosos y a través de gobernación”.
Al final, Claudia Sheinbaum “nos dirigió un mensaje cordial, donde ella nos habló del respeto mutuo entre las dos instituciones y de que podamos colaborar en algunos puntos en los que coincidimos y respetar puntos en los que hay ciertas divergencias naturales”, concluyó el obispo.
Cabe mencionar que, de acuerdo con un comunicado de prensa compartido por la CEM, con la presidenta de México también abordaron temas como la situación de pobreza que aqueja a muchas personas en el país, sobre el acompañamiento a las madres buscadoras en su inalcanzable labor y la necesidad de garantizar el acceso a la atención espiritual a los enfermos en hospitales.
Por su parte, los obispos se comprometieron a la defensa de la vida en todas sus etapas, la dignidad de la persona, así como a colaborar en la construcción de la justicia, la paz y el bien común de la nación.