CELAYA, Gto.- Pidiendo por el cese de la violencia, la justicia social y el bienestar de las familias, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, encabezó el rezo del Santo Rosario en la Glorieta de los Fundadores. En el lugar, estuvo acompañado de sacerdotes, la comunidad religiosa y fieles laicos.
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Durante el rezo, los asistentes llenos de fervor y esperanza se unieron a una sola voz a los pies de la imagen de la Purísima Concepción, para orar y meditar los misterios dolorosos de Cristo. Este acto de fe concluyó con la bendición del obispo, quien les agradeció a todos su participación, la cual resaltó, ha incrementado en estos tres años que se ha venido haciendo.
Ya en entrevista, Monseñor Aguilar Ledesma mencionó que es importante seguir orando, pidiendo e implorando por la paz y, es que, “parecería que pasan días y meses y la paz no nos llega. Sigamos rezando, sigamos implorando y también pidiendo a las autoridades que hagan la correspondiente labor, nosotros tenemos la nuestra y ellos que hagan la suya, esa labor de investigación, prevención de delitos y demás”.
“Quiera Dios y la Santísima Virgen María nos ayuden a que todos podamos ser hermanos y podamos construir la casita sagrada donde todos quepamos, donde no hay discusiones, donde todos podamos sentirnos seguros y en paz en nuestra tierra, en nuestra diócesis”.
De igual forma, comentó que este 12 de noviembre se cumplieron tres años seguidos de asistir cada mes a la Glorieta de Fundadores para pedir por la paz y, además de agradecer a quienes siempre han acudido, invitó al resto de los fieles a que se sumen para continuar pidiendo a Dios por la paz de Celaya, de todo México y el mundo entero.
Recordó que la Iglesia Católica en México está preparando una Novena Intercontinental para celebrar las apariciones de la Santísima Virgen María de Guadalupe en el año 2031, por lo que, pide a toda la comunidad que se prepare para esta fecha con todo el corazón y, a través del rezo del Santo Rosario.
Para concluir, el obispo mandó su bendición y se dijo esperanzado en que, a través de Dios y la Virgen María pronto se tenga “una ciudad y un país donde nos respetemos y vivamos todos en paz”.