CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Los motivos por los que un sacerdote puede ser suspendido de su ministerio son por cuestiones administrativas, morales, de costumbre y de justicia, indicó el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, luego de la suspensión del padre Alfredo Gallegos, más conocido como el Padre Pistolas, por presuntamente cometer muchas irregularidades durante su ejercicio pastoral.
Explicó que una suspensión canónica “es un proceso que se realiza en varias etapas, primero, se le amonesta, segundo, se le advierte y si no hay indicios de conversión y de regular las cosas a tiempo viene la suspensión”, la cual dijo, se puede revertir, siempre y cuando el padre desista de su situación.
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Mencionó que los motivos por los que el sacerdote se encuentra en un proceso canónico se encuentran en la mitra, es decir, en la instancia eclesiástica que lleva a cabo el juicio e indicó que “lo importante es que el padre reconozca lo que se le está pidiendo por parte de la Iglesia y que acate las disposiciones, que humildemente acepte la corrección y que él hable con el obispo para que se revierta la resolución”.
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Y es que dijo, los sacerdotes tienen la obligación de predicar el Evangelio y de denunciar algunas situaciones sin ofender a las personas, sin dar nombres y fue justamente lo que el padre Pistolas no acató.
“Se puede hablar de la justicia, la corrupción, la impunidad e ilegalidad, pero sin mencionar personas, y menos insultarlas haciendo un juicio a veces severo, desproporcionado, injustificado y sin los datos precisos, nadie debería hacer eso, hay formas e instancias”.
Refirió que el lenguaje de un sacerdote dentro de la liturgia debe ser propio y digno, al igual que las vestiduras y los objetos religiosos. También dijo que las tres normas que nadie debe brincarse son la conciencia, las normas de la Iglesia donde se vive “y las de nuestro juez el salvador al final del tiempo nos acogemos a su misericordia que Dios tenga piedad de nosotros”.
El Obispo pidió a Dios por el padre Pistolas para que le conceda la conversión y la humildad necesaria para que vaya reconociendo las cosas que hizo y que no son correctas, para que pueda revertir la suspensión que le hicieron.
Por otra parte, aseguró que en este año que tiene al frente de Diócesis de Celaya, no se ha registrado ningún caso de suspensión de sacerdotes. Además, dijo que todos los presbíteros conocen este proceso desde el seminario, por lo que, cuando aceptan un oficio dentro de la Iglesia se les pide un juramento, no solo obediencia al Papa, a l iglesia, al obispo y al magisterio, sino también al derecho canónico.
Añadió que un sacerdote puede ser suspendido por varias razones, entre ellas se encuentran las cuestiones administrativas, morales y de costumbres y de justicia. Refirió que para cada uno debe haber una denuncia, deben probarse los hechos y pasar a juicio.
“En la Iglesia tenemos un tribunal y un padre que se encarga como juez de administrar esto a nombre del obispo, hay una serie de sacerdotes por si hay una situación, se lleve la demanda, es parecido al Ministerio Público, pero no es igual”.
Finalmente, explicó que el derecho canónico incluye a los sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos. En él se pueden dar tres resoluciones que son la suspensión que significa que no pueden ejercer el ministerio mientras no se quite el problema.
La dimisión, la cual no es reversible. Esta la puede pedir el obispo o el mismo sacerdote, para que la envíe directamente la Santa Sede; y la excomunión, la cual puede ser automática por parte de la misma persona, pero cuando se realiza por parte de una autoridad se entrega un documento.