CELAYA, Gto.- Tener confianza, es el principal mensaje que Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, dio a la población este primer domingo de Adviento y, es que, actualmente la sociedad vive sumergida en medio de la adversidad, los dolores, las penas, los sufrimientos, la inseguridad y la violencia que les hace olvidar el tener “confianza en un Dios que está con nosotros, que nos libera, que nos salva, que no nos abandona, que hace historia y camino con nosotros”.
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Monseñor Aguilar Ledesma, indicó que el tiempo de adviento se celebra para que los fieles se preparen para la Navidad y, al mismo tiempo, la Iglesia comienza con un nuevo año litúrgico donde se celebra, de manera especial, el Misterio Pascual de Cristo.
Este tiempo de adviento “va marcado con la esperanza, una virtud que hoy hace mucha falta en nuestra gente, hay crisis de esperanza, nuestra gente hoy no espera gran cosa de las cosas de la vida. En este tiempo de adviento es invitar a nuestra gente, a nuestras personas, a las familias, los matrimonios, los jóvenes a saber esperar”.
“La esperanza se nutre de la confianza, la confianza en un Dios que está con nosotros, que nos libera, que nos salva, que no nos abandona, que hace historia y camino con nosotros y eso es lo que tenemos que pensar, que, en medio de tantas adversidades, dolores, penas, sufrimientos, inseguridad, violencia, nosotros como cristianos no perdemos la esperanza en la intervención divina que estará con nosotros aún en medio de la adversidad. Podemos mantener encendida la llama de la esperanza, eso lo vivimos encendiendo cada domingo una vela en nuestra corona de adviento, de manera que, nos vayamos preparando para la venida del Señor”.
Ante esto, el obispo invita a todos a vivir cristianamente este tiempo y a vivirla como corresponde, ya que ha identificado que a la gente le dan “pan y circo” para que no se preocupe y se olvide de cosas como la justicia y la solidaridad, por lo tanto, considera que las personas deben aprender a vivir, durante este tiempo, con austeridad, recordando que “lo más importante no son los regalos, ni la pachanga”.
“Que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones no emboten nuestra mente y que podamos en un ambiente como el que ahora vivimos a no darnos a tantos desmanes, sino que podamos vivir cristianamente tanto la preparación para la fiesta de la Nuestra Señora de Guadalupe y el novenario que llamamos posadas”.
“Que no haya tantos excesos en el comer, en el beber y más bien nos preparemos con oración, acudiendo a la eucaristía, haciendo una buena confesión, preparando nuestras casas en un ambiente donde haya signos como nuestra corona de adviento, ir poniendo un nacimiento, más que a Santa Claus y árboles, es poner un nacimiento lo que es propiamente un signo cristiano que nos recuerda la navidad, el nacimiento de Jesús. Desearles a todos que en estos tiempos que estamos viviendo los podamos vivir en medio de las dificultades, pero sin perder la esperanza y la alegría cristianas”.
Cabe mencionar que, al finalizar la misa dominical que concelebró y presidió el obispo, el padre Rafael Patiño, vicario de la Iglesia Catedral, bendijo las coronas de adviento y las velas que los fieles llevaron para comenzar este tiempo de reflexión en sus hogares.