CELAYA, Gto.- Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, mencionó que la aprobación de la Reforma al Poder Judicial “es un retroceso para el país y una imposición en la que un solo partido ve una sola posición y no le importa lo que opinen los demás”, además respaldó las manifestaciones que se han realizado en contra de dicha reforma, ya que considera que “parte de una buena democracia es el poder defenderse”.
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Considera que la reforma aprobada por las fracciones parlamentarias del partido Morena y sus aliados del PT y el PVEM en la Cámara de Diputados es una imposición, ya que no les importaron las opiniones de los especialistas en derecho, los estudiantes, ni de quienes tienen las facultades y conocen del tema, por lo que, esa aprobación fue más bien “una decisión política más que un debate que se haya hecho a nivel de jurisprudencia, de juristas”.
Indicó que esta acción política, proveniente de un partido hegemónico, es realmente un retroceso hacia los años setenta, cuando una sola persona era la que tomaba las decisiones. “Hubo en cierta parte de la historia un solo candidato, hacía proselitismo electoral y ganaba él solo”.
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“Ahora vamos a llegar a ese mundo, creo que no estamos avanzando, al contrario, hemos retrocedido. Muchos de los elementos jurídicos y muchos de los institutos autónomos que se fueron conquistando con el tiempo han sido destruidos, ahora habrá una sola visión, un solo modo de ver la vida y es destruir un país que había caminado un proceso largo y difícil y ahora hay que recomenzar la historia”.
Mencionó que está de acuerdo con la decisión que tomaron algunos de manifestarse en contra de la reforma, debido a que “parte de una buena democracia es el poder defenderse, aunque muchas veces van a decir que es inconstitucional”.
“Cuando están en el partido y eres el jefe, muchas cosas que tú hiciste antes no eran inconstitucionales, ahora que tú eres el jefe sí es inconstitucional, antes cuando ellos se manifestaban no era anticonstitucional, ahora los que se manifiesta sí lo están, porque hacen su ley al modo del gobernante. Lo que quieren ahora es que haya leyes a su modo para gobernar”.
También refirió que antes se hablaba que pocas personas eran las que gobernaban, sin embargo, ahora será solo uno, por lo que, desconoce si era antes peor que gobernaran pocos o ahora que gobernará un solo partido, con una sola visión.
“El tema es que nadie puede ver diferente las cosas, todos tenemos que ver como ellos las ven, como ellos ven la historia y juzgados con las normas y leyes que van a poner para todos. Considero que la polarización es un caldo de cultivo para estos grupos radicales, el provocar polarizaciones, confrontaciones entre la sociedad”.
“Era un principio muy antiguo ese que dice divide y vencerás, para poder gobernar un país hay que dividirlo, confrontarlo en temas políticos, religiosos, educativos, para los políticos que les gusta ser demagogos es caldo de cultivo para que puedan gobernar tranquilamente, hacer sus normas y leyes. Espero que los diputados sean más responsables con la función que se les encomienda, que sean fieles al pueblo, no a un partido, ni a una persona, ellos se deben a la voluntad del pueblo, deben estar a favor de la ciudadanía”.
Ante este retroceso, el obispo considera importante que los ciudadanos sean pensantes, activos, reactivos cuando se debe y realmente hablar desde la razón, no desde la pasión, ni su resentimiento social, porque eso hace que haya enemigos, lo cual ocasiona que no se pueda luchar, ni ver con claridad los problemas que se están viviendo.
“Ahora el trabajo es cómo revertir todas estas situaciones, porque algo muy doloroso es la indolencia de la gente que ante lo que estamos viendo, el cómo se está demoliendo de a poco el país, vemos que a mucha gente no le interesa, quizá hemos llegado a un mundo de individualismo, de egoísmo, donde no nos importa que el país esté en un camino de retroceso hacia los años setenta, México así nunca va a pasar”.
“Cuando había segundo muro, éramos el tercer mundo, después pasamos a países en vías de desarrollo, ahora nos dicen que somos países de economías emergentes, pero de abajo no pasamos, que triste que un país siempre tenga que estar sumido en medio de conflictos sociales, retrocesos y de pocos avances”.
De igual forma, mencionó que el ciudadano es una persona consciente del bien social y de la comunidad, y es precisamente lo que es la política, por lo que, considera importante que se tengan políticos con una política correcta, es decir, aquella que ve el bien común, no solo el de un grupo o partido, ya que de eso se trata, de que no haya una exclusión solo porque no se piensa igual y mucho menos que consideren a una persona que piense diferente como un adversario.
Finalmente, el obispo indicó que “en un país no hay adversarios, hay ciudadanos que pensamos diferente, tienen que aprender que no somos adversarios, ni enemigos, pensamos diferente, opinamos diferente, hemos tomado decisiones diferentes, tenemos que aprender a convivir y a compartir el mismo espacio plural, no con la visión única y eso nos toca a nosotros aprenderlo al ciudadano. Es una responsabilidad de todos crear ciudadanía”.
