CELAYA, Gto.- Después de dar su testimonio de vida la alpinista Elena Cortés, el presidente municipal Javier Mendoza Márquez, en el marco de la conmemoración del Día de la Mujer, felicitó a las mujeres que forman parte del Ayuntamiento, y afirmó que las mujeres son inquebrantables, mágicas, porque ante cualquier adversidad y contingencia por difícil que se les presente en la vida, siempre tienen encuentra la puerta para salir adelante.
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“Lo decías en tu testimonio, pero hoy yo quisiera subir a la montaña más alta para estar más cerca de mi madre. Imagínense una jovencita de 32 años, viuda, con siete chiquillos, la mayor de las hermanas tenía 10 años, y la menor tenía seis meses cuando se queda viuda mi madre”, narró con la voz que vino del corazón.
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Contó que los siete hermanos el día de hoy son ciudadanos de bien y de provecho para la sociedad y para la patria gracias a su madre, que lo único que tenía en ese momento era un par de agujas para tejer chambritas, zapatitos para dormir, chalequitos, y con eso sacó adelante a los siete “chiquillos”.
“Mi hermano fue presidente municipal, diputado federal, estuvo nueve años en Desarrollo Económico del Estado de Guanajuato, nueve años fue delegado en Economía de la federación en Guanajuato, y un servidor aquí, humildemente sirviendo a mi querida Celaya”, expuso.
Dijo que sus hermanas también están luchando y poniendo su granito de arena, de tal manera que para el primer edil hay muchos calificativos que se les puede poner a las mujeres.
“Pero yo sólo les diré que son mágicas, porque es un privilegio compartir ideas y compartir ideales con tantas mujeres en la administración pública municipal, en organismos empresariales. Y como decía Elena, cada vez la brecha se va cerrando, pero es una lucha de muchos años, de muchas mujeres en cada una de las actividades en la vida”, mencionó ante trabajadoras.
Enfatizó que las mujeres son la base de una sociedad que sigue viva gracias a las mujeres. “No es un día para felicitar, es un día para conmemorar esa lucha de muchos años, de muchas décadas, de tantas mujeres que como Elena que hoy nos platica su testimonio, y estoy seguro que cada una de ustedes se lleva un gran mensaje: nunca hay nada perdido, y el límite de sus sueños es el cielo, el cielo en donde vamos a encontrar a seres queridos”.