CELAYA,Gto.- En bicicleta, con su equipo de protección para ciclismo y lleno de entusiasmo, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, se unió a la “Peregrinación Ciclista del Bajío al Tepeyac”, en el municipio de Polotitlán, en el Estado de México, durante la tercera jornada de peregrinación.
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El obispo reconoció el gran amor y fervor que le tienen a la Virgen de Guadalupe los más de dos mil 500 hombres que se encontraban en el lugar. Además de convivir con ellos, Monseñor Aguilar Ledesma también impartió el sacramento de la reconciliación y celebró la Santa Misa en el lugar.
Durante su mensaje, destacó que este momento que están viviendo debe ser un tiempo para la reflexión de tu vida.
Y agregó: “Estimado hermano, que la transformación sea como los números que forman el 111, pues comienza con uno, continúa con uno y concluye con uno, pero la fuerza sólo nos viene de Cristo, será posible siempre y cuando le abramos a él la puerta de nuestro corazón para que entre a nuestra vida”.
“Al final de esta peregrinación todos deben preguntarse si en el camino dejaron entrar al Señor, así pues, no pongan resistencia para que se note en ustedes el encuentro personal con Cristo y la Virgen María, con nuevas actitudes maravillen y asombren con su buen comportamiento a los suyos, sus entornos y al mundo”.
De igual forma, los exhortó a que, como buenos guadalupanos, participen activamente en las actividades propias de la Novena Intercontinental Guadalupana, entre las que incluyen la misa, el rezo del Santo Rosario y la salve los días 12 de cada mes. Al finalizar la celebración eucarística, algunos peregrinos recibieron un reconocimiento al cumplir 50 años de participación en la peregrinación.
Cabe recordar que los peregrinos ciclistas salieron el 6 de octubre de Dolores Hidalgo y pasaron por los municipios de San Miguel de Allende, Comonfort, Escobedo y Celaya, donde finalizaron su jornada en el Seminario Diocesano y aprovecharon para confesarse con los sacerdotes que estuvieron impartiendo el sacramento de la reconciliación.
Después, salieron del Seminario Diocesano por la madrugada hasta llegar a Apaseo el Grande, a fin de participar en la Celebración Eucarística presidida por el padre Daniel Huerta Ibáñez. Al finalizar, se dirigieron a Loma Linda de San Juan del Río, Querétaro, donde rezaron el Santo Rosario frente a Jesús Sacramentado.
De ahí salieron hacia Polotitlán, en el Estado de México, lugar donde se encontraron con Monseñor Aguilar Ledesma y después continuaron con su peregrinar hasta la Basílica de Guadalupe para participar en la misa.