/ jueves 17 de agosto de 2023

Medio siglo desde la inundación de 1973 en Celaya [Fotos]

El día 17 de agosto de 1973 se abrieron las compuertas de la presa, y el Río Laja llevó 400 metros cúbicos por segundo, por lo que se desbordó en varios puntos

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- El pueblo del valle de Celaya ha sufrido cuatro severas inundaciones en los años 1912, 1926, 1973 y la más reciente, en el 2018; y aunque en este último año no se olvida la afectación que la empresa Honda que perdió 442 millones de dólares por inundación de su planta un 28 de junio, la memoria colectiva tiene más presente la inundación de hace 50 años porque el impacto catastrófico llegó a una gran parte de la ciudad de Celaya, incluso en la zona centro, pero también trascendió y otras localidades vecinas como Irapuato, en donde hubo una gran cantidad de muertos, mientras que en esta ciudad sólo hubo un electrocutado.

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A fines de los años 60 se había empezado con el bombardeo de nubes con yoduro de plata para provocar la lluvia, y años anteriores a 1973 se presentaron con sequías, por lo que se repitieron dichos bombardeos con mayor intensidad, lo que se cree generó 19 días seguidos de lluvia en la cuenca alta del Río Laja, entre los municipios de Jesús María, Jalisco, y San Felipe, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende, Guanajuato.

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Para ese entonces no existía Protección Civil, y tampoco normas precisas como las que actualmente permiten prevenir y tomar medidas ante catástrofes naturales; además, los 19 días de lluvia permanente fueron minimizados por encargados de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH), en Guanajuato, o no se optó para desfogar la presa a fin de evitar las protestas de los usuarios de las tierras de cultivo regados por aguas por gravedad.


En la calle Tampico del barrio de El Zapote, se desplomaron varias viviendas de adobe. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya


Hasta el día 17 de agosto de 1973 se abrieron las compuertas de la presa, y el Río Laja llevó 400 metros cúbicos por segundo, por lo que se desbordó en varios puntos, afectando inicialmente comunidades y cabecera municipal del municipio de Comonfort, pero el agua, con memoria, siguió su camino hasta inundar Celaya.


El punto donde se registró el más alto nivel del agua, hasta de un metro con 60 centímetros. | | Foto: Cortesía | Museo de Celaya



En la memoria de papel de El Sol del Bajío quedó evidencia escrita y fotográfica que por la tarde del día 17, las colonias Las Insurgentes y la Obrera, así como parte de la colonia Alameda y el Barrio de El Zapote, ya estaban inundadas.


Como sucede en toda inundación, en donde las redes de agua potable suelen contaminarse, se recomendó a la población hervir el agua con cal, y así evitar epidemias. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya



Se intentó frenar el agua haciendo un dique con costales llenos de arena sobre las vías del ferrocarril de la ruta México-Laredo y la carretera Panamericana, que comenzaba en lo que es hoy 2 de Abril y Boulevard, pero la fuerza del agua fue mayor.


El agua llegó hasta el centro de la ciudad. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya


Autoridades municipales y del Estado decidieron romper la carretera en un punto donde hoy existe una agencia de autos paralela a la vía del ferrocarril, junto a Jardines de Celaya, con el fin de desviar la inundación.

Sin embargo, el cauce terminó por inundar el barrio de La Resurrección, después, por la madrugada del sábado 18, el agua ingresó por la calle Doctor Hernández Álvarez (hoy Felipe Ángeles) e inundó este barrio, el de San Juan y la colonia Emeteria Valencia.


La población perdió los artículos de casa, y muchos negocios también perdieron su mercancía. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya



En la mañana del sábado la calle Ignacio Allende se había convertido en una serpiente de agua desde lo que hoy es Constituyentes y Lázaro Cárdenas, hasta poco antes de la calle Pípila, en zona centro, como nunca antes visto.

La gente con casa de dos pisos, se dieron a la tarea de subir muebles y todo tipo de pertenencias, pero los que sólo tenían un piso, lo perdieron todo. El agua llegó por la calle Morelos, se extendió hasta el mercado del mismo nombre y por Madero, incluso llegó hasta el Convento de San Francisco.




En la calle Río Bravo, del barrio de El Zapote, poco antes de El Chubasco, fue el punto donde se registró el más alto nivel del agua, hasta de un metro con 60 centímetros, medida promedio de la población.

Como parte de los reportes de afectaciones, en la calle Tampico del barrio de El Zapote, se desplomaron varias viviendas de adobe; también se reportó un muro perimetral del mismo material en un fraccionamiento privado ubicado en la esquina de las calles de Acapulco y 16 de Septiembre.

Además de que la nueva Central de Autobuses quedó sumergida en un metro de agua al igual que el fraccionamiento El Vergel, se registró que una persona falleció tras recibir una descarga eléctrica al pisar un cable de alta tensión, esto en el barrio de El Zapote.

El papel del Ejército Mexicano fue clave para evitar más desgracias, y auxilió a la población civil, la cual fue congregada en las instalaciones de la escuela primaria Tresguerras, de la zona centro; pero poco después acudió al llamado de urgencia en la vecina ciudad de Irapuato, que también se había inundado, debido a que colapsó una presa aguas arriba y arrasó el centro de la ciudad, causando numerosas muertes.

Ante la partida de los soldados, la población fue apoyada por integrantes del Club de Leones y Club Rotario, además de gente altruista y el gobierno municipal, y el Ex-convento de San Francisco se convirtió en refugio de cientos de damnificados, al igual que algunas escuelas.

Como sucede en toda inundación, en donde las redes de agua potable suelen contaminarse, se recomendó a la población hervir el agua con cal, y así evitar epidemias, sin embargo, se reportaron decenas de casos de personas con problemas intestinales.

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- El pueblo del valle de Celaya ha sufrido cuatro severas inundaciones en los años 1912, 1926, 1973 y la más reciente, en el 2018; y aunque en este último año no se olvida la afectación que la empresa Honda que perdió 442 millones de dólares por inundación de su planta un 28 de junio, la memoria colectiva tiene más presente la inundación de hace 50 años porque el impacto catastrófico llegó a una gran parte de la ciudad de Celaya, incluso en la zona centro, pero también trascendió y otras localidades vecinas como Irapuato, en donde hubo una gran cantidad de muertos, mientras que en esta ciudad sólo hubo un electrocutado.

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A fines de los años 60 se había empezado con el bombardeo de nubes con yoduro de plata para provocar la lluvia, y años anteriores a 1973 se presentaron con sequías, por lo que se repitieron dichos bombardeos con mayor intensidad, lo que se cree generó 19 días seguidos de lluvia en la cuenca alta del Río Laja, entre los municipios de Jesús María, Jalisco, y San Felipe, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende, Guanajuato.

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Para ese entonces no existía Protección Civil, y tampoco normas precisas como las que actualmente permiten prevenir y tomar medidas ante catástrofes naturales; además, los 19 días de lluvia permanente fueron minimizados por encargados de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH), en Guanajuato, o no se optó para desfogar la presa a fin de evitar las protestas de los usuarios de las tierras de cultivo regados por aguas por gravedad.


En la calle Tampico del barrio de El Zapote, se desplomaron varias viviendas de adobe. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya


Hasta el día 17 de agosto de 1973 se abrieron las compuertas de la presa, y el Río Laja llevó 400 metros cúbicos por segundo, por lo que se desbordó en varios puntos, afectando inicialmente comunidades y cabecera municipal del municipio de Comonfort, pero el agua, con memoria, siguió su camino hasta inundar Celaya.


El punto donde se registró el más alto nivel del agua, hasta de un metro con 60 centímetros. | | Foto: Cortesía | Museo de Celaya



En la memoria de papel de El Sol del Bajío quedó evidencia escrita y fotográfica que por la tarde del día 17, las colonias Las Insurgentes y la Obrera, así como parte de la colonia Alameda y el Barrio de El Zapote, ya estaban inundadas.


Como sucede en toda inundación, en donde las redes de agua potable suelen contaminarse, se recomendó a la población hervir el agua con cal, y así evitar epidemias. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya



Se intentó frenar el agua haciendo un dique con costales llenos de arena sobre las vías del ferrocarril de la ruta México-Laredo y la carretera Panamericana, que comenzaba en lo que es hoy 2 de Abril y Boulevard, pero la fuerza del agua fue mayor.


El agua llegó hasta el centro de la ciudad. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya


Autoridades municipales y del Estado decidieron romper la carretera en un punto donde hoy existe una agencia de autos paralela a la vía del ferrocarril, junto a Jardines de Celaya, con el fin de desviar la inundación.

Sin embargo, el cauce terminó por inundar el barrio de La Resurrección, después, por la madrugada del sábado 18, el agua ingresó por la calle Doctor Hernández Álvarez (hoy Felipe Ángeles) e inundó este barrio, el de San Juan y la colonia Emeteria Valencia.


La población perdió los artículos de casa, y muchos negocios también perdieron su mercancía. | Foto: Cortesía | Museo de Celaya



En la mañana del sábado la calle Ignacio Allende se había convertido en una serpiente de agua desde lo que hoy es Constituyentes y Lázaro Cárdenas, hasta poco antes de la calle Pípila, en zona centro, como nunca antes visto.

La gente con casa de dos pisos, se dieron a la tarea de subir muebles y todo tipo de pertenencias, pero los que sólo tenían un piso, lo perdieron todo. El agua llegó por la calle Morelos, se extendió hasta el mercado del mismo nombre y por Madero, incluso llegó hasta el Convento de San Francisco.




En la calle Río Bravo, del barrio de El Zapote, poco antes de El Chubasco, fue el punto donde se registró el más alto nivel del agua, hasta de un metro con 60 centímetros, medida promedio de la población.

Como parte de los reportes de afectaciones, en la calle Tampico del barrio de El Zapote, se desplomaron varias viviendas de adobe; también se reportó un muro perimetral del mismo material en un fraccionamiento privado ubicado en la esquina de las calles de Acapulco y 16 de Septiembre.

Además de que la nueva Central de Autobuses quedó sumergida en un metro de agua al igual que el fraccionamiento El Vergel, se registró que una persona falleció tras recibir una descarga eléctrica al pisar un cable de alta tensión, esto en el barrio de El Zapote.

El papel del Ejército Mexicano fue clave para evitar más desgracias, y auxilió a la población civil, la cual fue congregada en las instalaciones de la escuela primaria Tresguerras, de la zona centro; pero poco después acudió al llamado de urgencia en la vecina ciudad de Irapuato, que también se había inundado, debido a que colapsó una presa aguas arriba y arrasó el centro de la ciudad, causando numerosas muertes.

Ante la partida de los soldados, la población fue apoyada por integrantes del Club de Leones y Club Rotario, además de gente altruista y el gobierno municipal, y el Ex-convento de San Francisco se convirtió en refugio de cientos de damnificados, al igual que algunas escuelas.

Como sucede en toda inundación, en donde las redes de agua potable suelen contaminarse, se recomendó a la población hervir el agua con cal, y así evitar epidemias, sin embargo, se reportaron decenas de casos de personas con problemas intestinales.

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