SAN MIGUEL DE ALLENDE, Gto. (OEM-Informex).- Después de dos años de no salir a las calles, este año más de 130 mil personas se reunieron en las calles de San Miguel para ver el tradicional Convite de Locos, quienes celebran a San Antonio de Padua para que no falten las lluvias en esta temporada.
La ciudad patrimonio se convirtió en un desfile de colores y baile que con alegría contagian a los sanmiguelenses y visitantes para así celebrar un año más a San Antonio de Padua.
➡️ Esperan más de 120 mil espectadores para el Convite de Locos 2022
Esta tradición emblema en esta Ciudad Patrimonio contó con más de 130 mil espectadores y participantes iniciando a las 8 y media de la mañana, donde algunos fieles creyentes pasaron al templo de San Antonio para recibir la misa en honor a San Antonio.
En punto de las 10 de la mañana dio inicio este desfile, donde se pudo apreciar, convites de payasos, duendes, hadas, cavernícolas, scouts, sombrereros locos, políticos, alebrijes entre otros disfraces que la mayoría le pone empeño, algunos cuadros aún fabrican sus trajes y máscaras para salir en algunos de los convites.
Hay cuadros que destacan por su creatividad en el diseño de sus trajes, como los lego, otros que se vistieron de charros con un sombrero de aproximadamente 2 metros de ancho, los payasos de rodeo que llevaron un toro saltador, super héroes, entre otros más y no faltaron las peloteras que ponen mucho corazón en sus bailes, también se vio la presencia del presidente de México Obrador y el presidente de Rusia Putin, uno de los más emotivos fue el cuadro de loquitos.
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Como es costumbre ver hombres disfrazados de mujer con faldas y tacón que sacan a bailar a los hombres que se encuentran de espectadores y al terminar se llevan un puño de dulces, así como muchos niños que usaron hasta sus gorras para poder cachar los dulces.
Este recorrido masivo duró aproximadamente 4 horas y contó con la presencia de cuerpos de emergencias como Cruz Roja, Bomberos, Protección Civil, Tránsito y Policía Municipal, para salvaguardar la integridad física y patrimonial de las personas que asistieron a disfrutar de un día de locos.