CELAYA, Gto.- María Eugenia Pérez Cabello ama los libros por dos motivos, son portadores de enseñanzas universales y porque le dan para comer, por eso los vende con pasión, explicando a los clientes de lo que trata, los argumentos, ilustraciones, número de páginas, y cuando la persona lo adquiere, una revista, un libro, un volumen antiguo, queda satisfecha porque sabe que ha cumplido su misión de promover la lectora en distintos tianguis de la ciudad.
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Cuenta que en tiempo de pandemia nace el gusto por la lectura y venta de libros, porque su padre le heredó libros para venderlos en los tianguis y así salir adelante en una etapa en donde la humanidad se había encerrado.
Al principio, con desconfianza, sacó su puesto en las calles de los tianguis de las colonias Santa Rita, Emiliano Zapata, y vendía poco, pero después, como la gente necesitaba entretenerse en algo durante pandemia, fue vendiendo cada vez más.
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Fue así como hizo su negocio en donde en ocasiones una hermana le ayuda y también su papá, quién se mostró sorprendido de la capacidad de su hija para convencer a la gente que mucha de ella pasaba indiferente a los libros extendidos en el suelo.
Además de novelas, cuentos, poesía, también empezó a vender libros y revistas de costura, cocina, carpintería, y la gente se mostró más interesada.
Sumó a su oferta libros de historia, religión, arte, ciencia y tecnología, y se dio cuenta que la gente lee de todo, por gusto a la lectora y por la pasión al conocimiento.
Comentó que se surte de las librerías que van a cerrar, y procura una amplia variedad de temas, incluso de magia, astrología, metafísica, biografías y literatura infantil.
Compra y vende, buscando, por supuesto tener cierta ganancia, para salir adelante junto con su papá y hermana. Para concluir, invitó a la gente a acercarse a su puesto que instala, literalmente, en suelo, pero asegura que toda lectura ayuda elevar aún más el espíritu de las personas, gracias al hábito de la lectura.
