Los danzantes han acompañado a la imagen, desde que estaban en San Diego de la Unión

La imagen de la Virgen de Guadalupe fue pintada por uno de los discípulos de la escuela de fraile Juan de Zumárraga.

José Sánchez

  · domingo 13 de enero de 2019

Imagen de la Virgen de Guadalupe / Foto: José González

CELAYA, Gto. – (OEM-Informex). - Las distintas generaciones de danzantes han venerado y seguido a la Virgen de Guadalupe: primero, cuando estuvo en San Diego de la Unión; después, en la Hacienda de Don Diego, de la comunidad de Neutla, perteneciente al municipio de Chamacuero, hoy Comonfort; más tarde, en la Hacienda de Yustis; y hoy en día, desde 1850, en el barrio de Tierras Negras, en donde se venera a la Madre de Dios con danzas de tradición azteca.

El padre Rogelio Segundo Escobedo, rector del templo de Tierras Negras, contó que el religioso franciscano español fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la diócesis de México donde llegó en 1528, fue quien recibió las flores y la imagen de la aparición de la Virgen de Guadalupe, de manos de hoy San Juan Diego.


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Explicó que el fraile hizo una escuela de pintores que reproducían la imagen de la Virgen de Guadalupe, y posiblemente, mucho tiempo después, alguno de sus discípulos, hizo la imagen la cual llegó a San Diego de la Unión, por medio del transporte llamado el Camino de la Plata. Desde ese entonces, los danzantes, en menor cantidad que ahora, ya veneraban a la imagen.

Mucho tiempo después, el dueño de la imagen, Laureano Collante, quien vivía en la Hacienda de San Juan de Arriba, tuvo que huir del lugar a consecuencia de la peste negra o peste bubónica en dicha localidad.

Laureano Collante, por el año de 1815, llega a la Hacienda de Don Diego de la comunidad de Neutla, perteneciente al municipio de Chamacuero, ahora Comonfort; se casa con la hija del hacendado, la joven Guadalupe, y se hace de algunas tierras. Los danzantes de la zona y de otras localidades siguen a la imagen para ofrecer su ofrenda de danzas y cantos.

Por el año de 1830, don Laureano lleva a la imagen a una ermita en lo que se le llamaba la Hacienda de Yustis, a petición del hacendado que tenía enferma a una de sus hijas. Sana la joven y el milagro hace que la imagen ya no regrese a Neutla. En Yustis, los dueños trabajan en tierras de color negro.


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20 años después, la imagen ya había atraído a mucha gente, entre ellos a danzantes que, como en tiempos atrás, venían de todas partes. El dueño de la hacienda teme que el lugar se convierta en un pueblo y corre a las personas, de tal manera que la imagen llega en 1850 a una ermita en lo que hoy se llama barrio de Tierras Negras, porque en ese entonces la gente solía decir: vamos a ver a los Tierrasnegras, refiriéndose a la familia que trabajaba en las tierras negras de Yustis, aunque también está la versión que los campos agrícolas de la zona eran tierras oscuras con las se cultivaban flores.

La imagen llega al barrio de Tierras Negras en 1850, pero hasta 1855 inicia la construcción del templo, el cual se inaugura el 12 de enero de 1864, fecha en que llegan los danzantes de distintos estados de la República, pero hacen previamente hacen un ritual en el panteón norte, en memoria a los muertos que viven en su corazón y fueron parte de la historia de la imagen de la Madre de Dios.