CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Después de nueve días de caminar, más de tres mil mujeres pertenecientes a la Peregrinación Femenil a Pie al Tepeyac, perteneciente a la Diócesis de Celaya, llegaron a la Basílica de Guadalupe para dar gracias por los favores recibidos. En el lugar, participaron en la celebración eucarística concelebrada y presidida por el Obispo Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, quien las felicitó por el esfuerzo que cada año hacen al organizar cuidadosamente el recorrido, además, las exhortó a no dejarse robar la alegría con las preocupaciones que les da la vida, la familia y la sociedad, sino más bien, después de esta visita sean una bendición en su comunidad, para su esposo, sus hijos y en sus parroquias.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
La peregrinación comenzó el 30 de julio con una misa en la Catedral de Celaya presidida por Monseñor Aguilar Ledesma y concelebrada por los sacerdotes Eloy Padrón, Antonio González Lara y Eduardo Sánchez Ramírez. Durante el camino se fueron integrando peregrinas de los diferentes municipios de la Diócesis de Celaya, quienes este 9 de agosto llegaron a la Basílica de Guadalupe.
Infórmate aquí ➡ Con arcángeles piden por la paz en Celaya
Al llegar, de inmediato se acercaron a la tilma de San Juan Diego, para dar gracias a la Madre de Dios o pedir por su intercesión. Posteriormente, cada una tomó su lugar para escuchar con mucha fe y devoción la sagrada eucaristía.
Durante su mensaje, Monseñor Aguilar Ledesma invitó a las peregrinas a que en este año jubilar no se dejen robar la alegría por todas las situaciones que les preocupa y les duele como es la “violencia, la extorsión, la inseguridad, la impunidad, la ilegalidad y tantas cosas que manchan, entristecen y nublan la vida de las familias, de la sociedad, pero hoy queremos recobrar el ánimo, queremos delante de nuestra madre santísima sentir su cobijo, sentir que viene a tocar a nuestra casa a nuestro corazón”.
De igual forma, el obispo indicó que el júbilo de una diócesis es poder cantar y tener la fuerza para caminar agradecidos en la fe, por tal motivo, reconoció a las peregrinas externándoles su admiración porque “cuando las vi caminar, las veía cansadas, con los fogazos, con todo lo que traían y seguían su caminar”.
“Qué ejemplo de una diócesis que camina agradecida en la fe, no en las dificultades propias del camino, dentro de ese camino se puede cantar y alegrar, aunque a veces no se pueda más. Como dice una canción, los hombres no lloramos, se nos humedecen los ojos, pero sí llora nuestro corazón, hoy también le queremos decir a nuestra madre que queremos seguir caminando como una diócesis unida, alegre, gozosa, en medio de las dificultades que tenemos”.
También les mencionó que es importante que entren en la presencia del Espíritu Santo, ya que es quien anima, da alegría, gozo y paz. Virtudes que, son indispensables para poder ser una bendición en su comunidad, con su esposo, sus hijos, su parroquia.
Espera que al llegar a sus hogares lo hagan llenas de una experiencia de fe, sonrientes y con un mensaje para sus seres queridos que es “Nuestra Madre Santísima les manda bendiciones a todos ustedes”, concluyó el obispo.
Al finalizar la misa, las peregrinas hicieron oración, visitaron nuevamente la tilma y salieron de regreso a sus lugares de origen.
