CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Después de que los Reyes Magos cumplieron su misión de llevar juguetes a miles de niños en toda la ciudad de Celaya, dejaron una carta a los padres de familia para aconsejarles que el mejor obsequio que se puede dar a un niño es tiempo de calidad, no solo un día, sino todo el año, porque los pequeños fueron concebidos con amor y por lo tanto se debe asumir el compromiso de cuidarlos con cariño y respeto.
Melchor comentó que los niños amanecieron este viernes 6 de enero con el asombro de encontrar su juguete que pidieron días antes, y que la muñeca, la pelota, la bicicleta, los súper héroes, o el juguete que le haya amanecido, lo tendrán algunos meses, sin embargo, lo que más necesitan es la compañía de los papás, pero con tiempo de calidad.
Comentó Melchor que en muchas cartas, los niños pedían, además de los juguetes, que los papás estén siempre unidos, y que necesitaban más tiempo de ambos, para platicar, jugar, comer juntos y hasta ver todos la tele en familia.
Gaspar, por su parte, dijo que el mejor regalo de un niño es otro niño, y aclaró que no se refiere a que tengan más hermanos o la familia sea más grande, sino que es importante que los padres de familia promuevan la sana y hasta mágica convivencia entre primos, hermanos, compañeros de escuela y hasta de vecinos de la misma edad.
“Cuando una niña se junta con otra pequeñita, es importante que ambas aprendan a compartir, un dulce, el juguete, y saber disfrutar el momento con los juguetes que les hemos dejado porque se portaron bien, pero saber compartir se aprende desde casa, cuando los padres enseñan con el ejemplo el ser generosos entre familiares y vecinos”, dijo Baltazar.
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En su lugar, Baltazar, dijo que el último gran consejo que les dejan a los padres de familia, es estar atentos en la escuela de los pequeños, las tareas que les dejan, lo que van aprendiendo todos los días, la convivencia con sus compañeros y el trato de los maestros hacia los niños.
“Pero no olviden, los buenos modales se aprenden en casa, se fortalecen en la escuela y se demuestran a lo largo de la vida”, concluyó Baltazar.