CELAYA, Gto.- Con la presencia del padre Sergio Moctezuma Estrada, rector de la rectoría de Santo Cristo, fieles católicos, así como una comitiva de la “Corporación de Inditas e Inditos de Nuestra Madre Santísima del Pueblito de San José de la Montaña, Salamanca”, es como fue recibida la reliquia insigne de San Rafael Guízar y Valencia. El corazón incorrupto del santo se encontraba en un relicario hecho de plata con forma de corazón al interior de una urna de cristal montada en andas de madera de cedro rojo.
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Junto a la reliquia, la cual estaba custodiada por la congregación religiosa “Discípulos Misioneros de Jesús de la Misericordia”, se encuentra una copia de certificación, una imagen tallada del santo y un libro tallado en cedro con la inscripción: “Dios colme a usted de bendiciones y lo llene de su santo amor”, debido a que esa frase es la que utilizaba San Rafael para rubricar su correspondencia, misma que se convirtió en el distintivo de sus saludos.
Durante el arribo a la rectoría de Santo Cristo, el padre Sergio Moctezuma pidió a Dios, a través de la intercesión del santo por todos los obispos “que llevan en sus hombros la hermosa carga de la Iglesia, pidamos en especial por Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, quien ama mucho a su comunidad cristiana la diócesis de Celaya y necesita siempre nuestras oraciones”.
“También pidamos por las familias, por la paz, por los gobernantes, por todos y cada uno de los que se encomiendan a nuestras oraciones, que tengamos un gran amor a Dios y que se manifieste en un gran amor a nuestros hermanos”.
Posteriormente, uno de los hermanos religiosos hizo lectura de la certificación de la reliquia, la cual expidió el arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong el 11 de febrero de 2022 y de la cual da fe el padre José Ignacio Barrera Murrieta, quien es el canciller secretario.
Cabe destacar que, a la llegada de la reliquia la Corporación de Inditas e Inditos de Nuestra Madre Santísima del Pueblito de San José de la Montaña, Salamanca realizó un ceremonial de bienvenida con pétalos de flores, danzas e incienso.
Más tarde, a las 17:00 horas se llevó a cabo una catequesis sobre la vida del santo, a las 18:00 horas se rezó el Santo Rosario, a las 19:00 horas se celebró la misa solemne y a las 20:00 horas se realizó la despedida de la reliquia.
HISTORIA
Por otra parte, Luis Enrique Lara Córdoba, coordinador de la visita de las reliquias a la Rectoría de Santo Cristo, dio a conocer que San Rafael Guízar y Valencia, es el primer obispo mexicano y latinoamericano canonizado, además de que es el patrono de los obispos de México.
“El santo caminó en fe y en la búsqueda de la voluntad de Dios. Era un hombre muy intrépido, le tocó vivir dos destierros fuera del país, primero durante la revolución mexicana y después en la Guerra Cristera, en esos tiempos estuvo en Estados Unidos, Guatemala, Cuba, Colombia, entre otros lugares, en los que desarrolló un apostolado muy amplio con la gente, sobre todo, con los pobres, los más necesitados.”.
“Se disfrazaba para ir a los campos de batalla para llevar la comunión a los heridos de los dos bandos, fue misionero. En su vida personal fue un obispo muy humilde, dócil a la voluntad de Dios, era pobre y sencillo, cercano a la gente, mostraba mucha dulzura y era sumamente enérgico cuando lo tenía que ser. La gente que lo conoció recuerda sus ojos azules llenos de bondad y alegría”.
Platicó que existe una anécdota que muchos recuerdan y, es que un día se enteró que el gobernador de Veracruz de ese tiempo, Adalberto Tejeda, lo mandó matar, ante esto, lo que hizo fue cruzar de la Catedral hacia la presidencia municipal, se plantó frente a él y le dijo que sabía que lo había mandado asesinar, pero no quería que ninguno de sus fieles se mancharan las manos, así es que, le pidió que si lo quería muerto, que lo matara él mismo, y el gobernador apenado aceptó su culpa y le dijo que como obispo lo detestaba, pero como hombre lo admiraba por su valentía y solo por eso lo dejó vivir.
“San Rafael Guízar y Valencia fue un obispo que sufrió mucho, le tocó la clausura del culto público, sin embargo, fue el único obispo en todo el país que mantuvo abierto el seminario de manera clandestina. Él en persona visitaba a los bienhechores para sus seminaristas, existe otra anécdota que se recuerda mucho que es el haberlo visto con un puerquito paseando con una cuerda porque se lo habían regalado para darle de comer a sus seminaristas”.
De igual forma, indicó que el santo era devoto de la eucaristía, de la Virgen María, además de que compuso muchos cantos que actualmente se siguen cantando en las misas, porque así es como catequizaba. También era músico, tocaba el órgano y el acordeón, “tenía muchos dotes humanos y místicos, es una figura que vale la pena conocer, acercarse a su vida, que los inspire”.
El 6 de junio de 1938, a los 60 años, el obispo murió en la Ciudad de México a causa de las enfermedades que padecía, es decir, por la diabetes, insuficiencia cardiaca, entre otros padecimientos renales. En los años cincuenta su cuerpo fue exhumado y se encontró incorrupto. Su tumba se encuentra en la Catedral Metropolitana de Xalapa y las madres Adoratrices tienen a su resguardo el relicario con el corazón incorrupto en su monasterio.
CULTO POR LAS RELIQUIAS
Mencionó que “el culto a las reliquias podría parecer algo extraño de la Iglesia, pero forma parte de la tradición del culto a los santos. La eucaristía nace de las celebraciones clandestinas en las tumbas de los mártires, esto significa que los primeros cristianos celebraban la eucaristía en la tumba de los mártires, ellos fueron testimonio de la fe cristiana y su amor por la Iglesia”.
Cabe mencionar que, San Rafael Guízar y Valencia fue beatificado el 29 de enero de 1995, por parte de Juan Pablo II y canonizado el 15 de octubre de 2006, por parte de Benedicto XVI.