CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Le corresponde a la sociedad mexicana asumir el compromiso de aceptar, cuidar y proteger a los adultos mayores, con un nuevo lenguaje en donde no se les vea como un estorbo, carga familiar, problema económico, sino aprovechar de sus conocimientos y experiencias, pero además, retornarlos a su vida activa, en la medida de sus posibilidades físicas y mentales, ya sea en casa, instituciones o creando micro empresas.

Así lo expresó el doctor Robinson Cuadros, presidente de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, quien expuso la conferencia “Envejecer con orgullo y Lenguaje asertivo con las personas adultas”, en el marco del I Simposio de Gerontología y Geriatría organizado por la pasante de la Licenciatura en Gerontología de la Universidad de Guanajuato, ante pensionados del ISSSTE.

En entrevista, habló cómo envejecer con orgullo y cómo transformar lenguajes en la transición demográfica de los pueblos latinoamericanos, pero también cómo generar una nueva perspectiva para un envejecimiento activo, digno y saludable.

MÉXICO ENVEJECE MÁS RÁPIDO QUE OTROS PAÍSES LATINOS

En la ponencia, como en la entrevista, tocó el tema de cómo está envejeciendo México frente a América Latina, cómo se perciben los jóvenes y adultos en el proceso de envejecimiento, qué papel protagónico se le está dando a la persona de la tercera edad, y cómo romper los estereotipos negativos frente la vejez, la sexualidad en la vejez, el trato con el adulto mayor, y cómo regenerar nuevos diálogos para que las personas se puedan reconocer dentro de este proceso de envejecimiento, y así se generen nuevo lenguajes que repercuta en un envejecimiento más saludable en las nuevas generaciones.

En entrevista, aseguró que México, frente a los demás pueblos de América Latina, está envejeciendo mucho más rápido, con una transición más acelerada en su desarrollo social y económico, lo que implica nuevos desafíos y nuevas oportunidades; porque cuando se habla de envejecimiento se piensa como una carga económica, problemas de salud.

Aseguró que las nuevas políticas internacionales plantean que es una oportunidad para el pueblo mexicano, el cual requiere plantear nuevos horizontes frente a culturas, economías, ciudades amigables, economía, arquitectura y nuevas apuestas de salud, con el fin de vivir más años, pero con mejor calidad de vida durante la vejez.

EL RETO DEL ADULTO MAYOR: SEGUIR SIENDO PRODUCTIVO

“Hay un reto sobre la protección económica en la vejez, pero es un reto que se tiene que inculcar a los niños, jóvenes y adultos; cómo se están preparando económicamente para llegar a una vejez protegido en su economía, para no cargar toda la responsabilidad al gobierno, a través de las pensiones o jubilaciones”, amplió.

Pero también es generar nuevos proyectos de emprendimiento, préstamo bancario, nuevos conceptos para que el adulto mayor siga trabajando en condiciones dignas, en un empleo adaptado, estudio del puesto de trabajo adaptado a las necesidades del adulto mayor, y también para que las personas de la tercera edad ofrezca empleo a otras generaciones; para así activar la economía con nuevas miradas y nuevos horizontes frente al crecimiento poblacional.

EN 2050 MÉXICO TENDRÁ 25% DE ADULTOS MAYORES

“Los últimos estudios en toda América Latina, refleja que entre el 12 y 14 por ciento de la población en México es adulto mayor, mayores de 70 años; pero es una cifra que va en crecimiento, por lo que para el 2050 ya no será el 12 por ciento, sino el 25 por ciento de la población total en México será de adultos mayores de 70 años y más”, enfatizó.

Cuando se habla de personas de 100 años y más, se ve que la curva es exponencial, que va en crecimiento en comparación a los niños menores de cinco años; por lo que cada habrá más personas mayores de 100 años que niños.

Expuso en que este momento, en América Latina, hay más personas mayores de 60 años de edad, que menores de 5 años; y para el 2030, habrá la misma proporción de adultos mayores con menores de 15 años.

El futuro ya no va a pertenecer a los niños, sino a los adultos mayores, porque para el 2050 habrá más adultos mayores que niños, sobre todo porque se vive más y porque de cada diez parejas de jóvenes, sólo de dos a tres quieren tener hijos, y la mayoría se niega a tener familia, y prefieren tener mascotas para vivir como solteros.

DE CADA 10 PAREJAS, SÓLO TRES QUIEREN TENER FAMILIA

“Es momento de cambiar el lenguaje, porque actualmente el adulto mayor de 60 años dice que le deja el trabajo a las nuevas generaciones, porque él ya cumplió con lo que tenía que hacer. Pero no debe ser así, porque el adulto mayor tiene más vida y ahora puede y debería seguir construyendo sociedad”, afirmó.

Explicó que los padres de familia, todavía de los años 60s, tenían hasta más de 12 hijos; después, las generaciones de los años 70 y 80, sólo buscan tener de dos a tres hijos; y las nuevas generaciones, de cada diez parejas, sólo dos o tres parejas quieren tener familia, pero sólo un hijo; por ello en una década habrá más adultos mayores que niños y jóvenes.

Reconoció que México, pero también la humanidad, está viviendo una nueva realidad, y por ello es necesario replantear el lenguaje sobre el trato al adulto y el proceso hacia la vejez, pero mirarlo desde lo positivo, y no hacia lo negativo.

Destacó que los países europeos viven un problema crítico, en el sentido de que los jóvenes están pagando las pensiones de los adultos mayores; por lo que se niegan en su mayoría a tener familia, pero a la vez, los gobiernos pagan a las parejas por tener hijos; y dicho fenómeno podría pasar en México.

Reiteró que es necesario generar nuevas acciones para que el adulto mayor siga siendo económicamente activo; pero para ello los tres niveles de gobierno deberán de ofrecer propuestas de negocios, créditos y facilidades para que la persona de la tercera edad, según sus condiciones, se mantenga en una actividad para generar sus propios recursos; pero a la vez, para que el adulto de hoy, así como el joven, sepan vivir para tener una vejez económicamente sólida, pero también para que llegue a los 60 ó 70 años de edad con una buena salud.

Explicó que el grueso de la población en México, aproximadamente en un 60 por ciento, está entre los 30 y 50 años de edad; en poco tiempo dicha población va a envejecer y ocupará el mayor porcentaje de la población como adulto mayor, que dependencias de salud como el ISSSTE o el IMSS, tendrá que afrontar con pensiones o jubilaciones.

ABANDONO Y SOLEDAD

En entrevista, comentó que en México existen regiones en donde se respeta, valora y cuida al adulto mayor, sobre todo en la zona sur; pero cada vez es más frecuente que en la zona centro y norte del país, sobre todo en grandes ciudades, se le abandone en hospitales, asilos o en las calles.

Resaltó que la soledad es un fenómeno que va acompañado en el proceso del envejecimiento, y actualmente, en las grandes ciudades, el 13 por ciento de los adultos mayores viven en la absoluta soledad; para el 2030 se triplicará, por lo que más del 35 por ciento de los adultos mayores vivirán sin hijos y sin persona que les ayude, en espera de una muerte en el absoluto abandono por la familia y la sociedad.

En este punto, que calificó como un nuevo reto, dijo que por ello es importante aprender a vivir entre amigos, porque si cada vez se tiene menos hijos, que seguramente no cuidarán a los padres ancianos, los amigos pueden ser la mejor compañía.

De cada 10 adultos mayores, tres viven en abandono; cuatro de cada 10 sufren maltrato físico y psicológico, violencia familiar, negligencia, no son tomados en cuenta en las decisiones de la comunidad; y sólo tres de cada diez adultos mayores son cuidados, protegidos, valorados; se sienten importantes, forman parte de las decisiones en la familia y son felices, verdaderamente viven en plenitud.

“Por eso el gran reto de manejar un nuevo lenguaje para que el joven y adulto se pueda plantear cómo, dónde y con quién envejecer, y generar espacios de discusión como el I Simposio de Gerontología y Geriatria”, añadió.

Concluyó que de cada diez adultos mayores, entre 3 y 4 personas de la tercera edad tienen una pensión suficiente para mantenerse ellos y ayudar un poco a la familia, mientras que los otros seis viven en pobreza extrema, reflejando con ello grandes desigualdades económicas en los adultos mayores en México y América Latina.