CELAYA, Gto.- Con más de 50 años de tradición, la familia Zúñiga Serrano ha mantenido viva la tradición de la elaboración del dulce conocido como charamusca, el cual nació en Rincón de Tamayo y después se extendió a municipios como Comonfort, Juventino Rosas, e incluso algunas familias que migraron a León también realizan dicho dulce con piloncillo que sólo en Semana Santa se ofrece, especialmente el Viernes Santo.
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La señora Emelia Serrano comentó que era una niña cuando sus padres ya hacían el dulce de la charamusca, y ellos lo habían aprendido de sus abuelos, y ahora sus hijos y nietos mantienen viva una tradición, pero con la receta original, y no con químicos que nuevos fabricantes le ponen para que rinda el producto.
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Dijo que de un año a otro aumentó el precio de la charamusca en un 100%, y de valer la pieza en 10 pesos, ahora tiene un costo de 20 pesos, pero se debe a que subió el precio del piloncillo, sin embargo, el dulce que ellos elaboran tiene la misma calidad que ha tenido desde su origen.
Mientras se acercaba gente para pedir dulces de distintos sabores, desde queso hasta almendra, nuez, pasas, entre otros, la señora Emilia comentó que sus hermanos también continuaron la tradición del dulce de la charamusca, y es en Semana Santa cuando lo elaboran con el gusto de que la gente se lo lleve a su tierra natal.
Explicó que el origen y significado del dulce, es porque la gente terminaba muy agotada tras participar en la representación de las Tres Caídas, por lo que les daban algo dulce para reponerse, y se elaboró, de manera rudimentaria el dulce que después, poco a poco, fue tomando forma de la actual charamusca.
También dijo que es una manera de los oriundos de Rincón de Tamayo ofrecen algo dulce para que no resulte del todo amargo el dolor de la representación del Viacrucis, y así la gente pueda tener un momento grato, en paladar y olor de la amplia variedad de sabores.
Por su parte, Juan Serrano, hermano de la señora Emelia, comentó que es parte de toda una tradición familiar, y que su labor es hacer el dulce, y aclaró que es limpio todo el proceso, ya que no agarra dinero y nada a lo largo de la elaboración.
Comentó que desde los años 60s ya era parte de los familiares que de una o de otra manera realizaba el dulce, pero aclaró que antes se hacía en rústicos troncos de árboles, y no en vigas como ahora se elaboran.
Dijo ser el segundo de la familia, y recordó que antes se elaboraba en lo que antes era el jardín, a un lado de una escuela pero que ahora es una explanada que la gente ocupa para distintos eventos, y ahora venden el dulce en la calle principal de la comunidad, a pocos metros del templo.
“Antes éramos muy pocos, uno que otro, pero ahora son muchos los que hacen la charamusca. Antes todo era natural, y nosotros lo seguimos haciendo natural, pero hay gente de otros lugares que le meten química y no sabe igual”, comentó mientras elaboraba el dulce.