ACÁMBARO, Gto.- Desde hace más de 50 años, José Cleofas Tinajero Delgado se ha dedicado a la venta de dulces tradicionales, hoy, a sus 72 años de edad, espera seguir endulzando el paladar de los acambarenses.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
Cleofas Tinajero dijo que por su edad avanzada cada día le cuesta más trabajo realizar dulces, sin embargo, piensa seguir trabajando hasta que su cuerpo definitivamente se lo impida, “durante varios años estuve instalado a un lado del atrio parroquial, justo en la calle Pino Suárez, esquina con el Andador Juárez, pero por el trabajo que costaba trasladarme y cargar cajas tuve que retirarme e instalarme en mi domicilio en la avenida 20 de Noviembre entre Abasolo y Guerrero”.
Te puede interesar: La acambarense Yuliana Itzel Soto destaca en el Futbol Americano
Refirió que proviene de una familia de dulceros tradicionales; “eran tres hermanos, mi papá Refugio Tinajero, mi tío Pantaleón Tinajero y Felipe Tinajero, ellos fueron de la primera generación y después seguimos nosotros, mi primo Salvador con la dulcería Don Panta muy famosa por su cajeta y nosotros los Tinajero que hacemos dulce de calabaza, chilacayote, camote, garapiñados entre otros. Ya la tercera generación muy pocos están trabajando, un hijo mío y los hijos de mi primo Salvador”.
Indicó que este oficio es muy bonito, sin embargo, poco a poco se ha ido perdiendo la tradición, “posiblemente haya quien continúe la tradición de la realización y venta de dulces tradicionales, pero como la mayoría estudia ya no tienen mucho interés en esto, puede ser que ya no haya una cuarta generación”.
Informó que empezó a los 20 años a vender dulces, pero desde niño ya los elaboraba con su papá, “toda la familia trabajábamos juntos, ahí nos enseñamos con mi papá, solo yo luego de salir de la prepa me fui de empleado, pero al poco tiempo regresé a trabajar ya por mi cuenta, ahorita tengo 72 años, ósea que tengo poco más de 50 años trabajando por mi cuenta los dulces, fabricando lo que me enseñaron”.
Los dulces que más se venden son los cubiertos como: cocadas, garapiñados y dulce de calabaza, de higo, chilacayote, camote, además de los ates, charamuscas, licores artesanales, cajeta con nuez entre otros, que oscilan entre los 5 pesos hasta los 100 pesos.
Recalcó que su papá, Refugio Tinajero, durante años vendió dulces en el antiguo mercado y su tío Pantaleón trabajó mucho en la estación del ferrocarril, “cuando llegaban los trenes de pasajeros se iba a vender sus dulces por eso se hizo muy famoso Don Panta y a mi papá le gustaba mucho ir a vender a las ferias del estado de Michoacán y de este Estado, a mí también me gustaba ir a las ferias, pero ahora por mi edad solo voy a la fiesta de Parácuaro”.
Comentó que elaborar estos dulces es todo un arte, “estos dulces se hacen de un día para otro, esto es artesanía y una terapia porque te olvidas de todo y te concentras únicamente en pelar las calabazas, chilacayotes y estar partiéndolas; todo el artesano tiene magia en sus manos porque transforma las cosas y eso es lo que más me gusta, transformar la fruta en dulce y dulce del bueno”.